La obra de arte de Toni Moya y el estado de alerta de Víctor Fernández

Toni Moya marcó un gol soberbio ante el Levante que no le sirvió al Real Zaragoza para puntuar. Antes del partido, Víctor Fernández había confesado que la temporada aún le daba mucho miedo. En Valencia, el equipo mejoró claramente fuera de casa: propuso, jugó con dinamismo y acumuló llegadas. Le volvió a fallar la eficacia. Lo que dejó tras de sí la derrota, más allá de otro sinsabor, fue para que el entrenador no esté demasiado inquieto, si eso es posible en la situación actual, todavía incierta.

Toni Moya celebra el 1-1, un gol bellísimo, con Marc Aguado.

Toni Moya celebra el 1-1, un gol bellísimo, con Marc Aguado. / LALIGA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Luego ocurrió aquella maravilla que fue el Dream Team en los Juegos Olímpicos de Barcelona-92. Pero antes, el 30 de agosto de 1990, Michael Jordan ya había disputado un partido en España. Fue el encuentro de presentación de la ACB previo al inicio de la temporada. El mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos disputó una parte con cada uno de los equipos, integrados por las estrellas de la Liga en aquel momento. Fue un magnífico acto promocional de Nike, la marca de Air.

De aquel día quedaron los 37 puntos que Jordan convirtió en total y el halo de superestrella que dejó en los que compartieron pista con él. Uno de ellos fue Antonio Martín, actual presidente de la ACB y entonces jugador del Real Madrid. Su memoria grabó este detalle para siempre: “Lo que más llamaba la atención era que no hacía ruido con las zapatillas”. Jordan flotaba por la cancha, explicaba José Luis Llorente, que también participó en el partido. Su figura se fundía en una comunión perfecta con el parquet, al que trataba tan bien con sus pies como a la pelota con las manos.

Este sábado, en el estadio Ciudad de Valencia, Toni Moya flotó también en el césped. Corría el minuto 18, el Real Zaragoza andaba por debajo en el marcador después de haber encajado un tanto de córner obra de Brugué al inicio, y el balón le cayó de cara al centrocampista, servido por Maikel Mesa. Desde fuera del área, Moya golpeó con la diestra, la pelota cogió una espectacular curva de fuera hacia dentro y se coló en la portería despertando a las arañas. Al entrar en contacto con el balón, el jugador del Real Zaragoza sintió el placer que produce un impacto perfecto.

En la pretemporada, Toni había mostrado su buen pie, en faltas directas o llegando en carrera, como fue el caso. Al igual que le ha sucedido al resto del equipo conforme iba avanzando la temporada, con Moya una cosa fue lo que apuntaba y otra lo que ha acabado siendo. El medio llevaba una campaña muy floja, pero también ha repuntado con la llegada de Víctor Fernández. Ante el Levante hizo honor a sus habilidades, pero su obra de arte no sirvió para sumar. Otro magnífico disparo de Dela desde lejísimos lo evitó muy al final.

El Real Zaragoza perdió un partido que no mereció perder. Pero el grupo ha cambiado mucho: ahora va, genera, produce, juega con dinamismo, valentía y más personalidad. Y llega al área rival. En Valencia purgó los mismos pecados que tantas veces. No tuvo eficacia y desaprovechó varios acercamientos realmente peligrosos a las cercanías de Andrés. Solo Moya fue capaz de embocarla. Al campo del Levante fue Víctor Fernández asegurando que la temporada aún le daba mucho miedo. El resultado fue malo. Lo que dejó detrás fue para estar más tranquilo y con menos miedo que semanas atrás, si eso es posible en una situación aún incierta como la actual.