Real Zaragoza

El Real Zaragoza, con menos pólvora que nunca

Aunque parecía difícil ir a peor, los nueve goles que sumaron Azón, Enrich, Vallejo y Bakis es la cifra anotadora más baja de una delantera en estos once años en Segunda y obliga a, un verano más, a afrontar una nueva revolución ofensiva en la que ninguno de los tres arietes tiene asegurado un puesto

Sinan Bakis, junto con Mouriño, en un entrenamiento de la pasada campaña.

Sinan Bakis, junto con Mouriño, en un entrenamiento de la pasada campaña. / Miguel Ángel Gracia

El listón estaba muy bajo y parecía imposible empeorar las cifras goleadoras de la delantera zaragocista, pero lo cierto es que los arietes de la pasada temporada lograron ese dudoso honor y se convirtieron en la delantera que menos goles consiguió en un curso completo desde que el último descenso. Una estadística que, obligatoriamente, obliga al Real Zaragoza a realizar una nueva revolución en busca de, de una vez por todas, dar con la tecla del gol.

Tan solo nueve dianas pudieron anotar entre Azón, máximo goleador con 5, Sergi Enrich (2), Manu Vallejo (2) y Bakis (0). Un año antes, en la 22-23, entre Giuliano Simeone (9), Azón (3) y Pape Gueye (0), fueron 12 los tantos. Durante la campaña 21-22, el canterano fue el pichichi del equipo con 7 goles, a los que se sumaron 3 de Borja Sainz, 2 de Nano Mesa y dos de Narváez para un total de 14. El registro que hasta ahora era el más bajo databa del curso 20-21, en el que a los nueve goles del colombiano Narváez solo se le sumó uno más convertido por Álex Alegría.

La mediocridad a la que se ha tenido que acostumbrar, a la fuerza, el seguidor zaragocista hace añorar todavía más tiempos pasados, cuando esas bajísimas cifras de los arietes del equipo las podía superar, con creces, el delantero referencia de cada campaña. En solitario, Luis Suárez (19), Borja Iglesias (22), Ángel (21) o Borja Bastón (22) consiguieron doblar los registros de la pasada temporada.

Fórmula de salida

La de este nuevo curso será una nueva oportunidad para tratar de recuperar esos datos o, al menos, acercarse a ellos. Una ocasión que, como es habitual, comienza las dificultades de la situación contractual de los delanteros que vienen de fracasar el último curso. Salvo Manu Vallejo, que estaba cedido, el resto, si nada cambia en estos últimos días antes de que comiencen los entrenamientos, iniciarán la pretemporada como zaragocistas.

Especialmente complicado se plantea el caso de Sinan Bakis. Sus 0 goles no parecen la mejor carta de presentación para que un equipo se haga cargo de sus 900.000 euros de ficha. El que fue el fichaje estrella del último año parece destinado a salir por la puerta de atrás del Real Zaragoza, aunque sus todavía dos años restantes de contrato y el elevado sueldo obligan al club a encontrar la mejor fórmula para darle salida, ya que Víctor Fernández, a pesar de que empezó dándole su confianza, acabó demostrando que no cuenta con él.

Sergi Enrich, por su parte, parece claro que no continuará en el club. Su mejoría en el último tramo del curso, anotando sus dos goles en momentos clave, no es suficiente para garantizarle un sitio en la próxima plantilla si quiere darse el salto adelante que parece que pretende el Zaragoza. En su caso, la rescisión o un acuerdo entre el club y el jugador parece el final más probable para su desvinculación.

Azón, Soberón y los cedidos

La continuidad que más dudas genera es la de Iván Azón, que posee un año más de contrato. El canterano no es indispensable para Víctor Fernández y, por ello, el Real Zaragoza no vería con malos ojos una salida del delantero antes de que quedara libre el verano de 2025. Si llegara una oferta por Iván Azón que rondarla los dos millones, el club le abriría las puertas, aunque por el momento ninguna proposición se acerca a esa cifra.

Fuera de esa terna se quedan los ‘nueves’ que vuelven tras cesión y que tienen pocas, o ninguna, posibilidades de quedarse en Zaragoza esta temporada. Ni Sabin Merino ni Guillem Naranjo ni Marcos Baselga cuentan para ser parte de la plantilla y la única novedad hasta el momento en el apartado ofensivo es la llegada de Mario Soberón, un futbolista aprovechable, pero sin la entidad suficiente para ser la referencia ofensiva. La casi segura salida de Maikel Mesa, el hombre que con sus goles sostuvo al equipo, añade un punto más de incertidumbre a la que va a ser la enésima revolución de un Real Zaragoza a la caza de goleadores como no los hay en La Romareda desde antes de la pandemia.