El PSOE se acoge a Sánchez para revertir la tendencia en Aragón

Los socialistas recuperan 23.000 votos con respecto a las elecciones del 28M

La relación de la federación aragonesa con Ferraz vive un complicado momento

Javier Lambán y Pilar Alegría, el pasado viernes en el cierre de campaña del PSOE en Zaragoza. | ANDREEA VORNICU

Javier Lambán y Pilar Alegría, el pasado viernes en el cierre de campaña del PSOE en Zaragoza. | ANDREEA VORNICU / sergio h. valgañón

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

EL PSOE no ganó las elecciones pero no puede quejarse de los resultados obtenidos a nivel nacional ni mucho menos a nivel autonómico. Mejores registros que en las pasadas elecciones generales y recuperación casi instantánea de los malos resultados del pasado 28 de mayo, cuando el temblor se instaló en el socialismo aragonés.

Hace apenas dos meses, el PSOE cerraba la jornada electoral autonómica con una gran debacle a nivel municipal, pero con el pulso mantenido en La Aljafería. Lambán se dejaba tan solo un diputado en el fulgurante ascenso del PP y Vox pero, al coger la lupa, la información era mucho más grave para los intereses socialistas: el PSOE había conseguido 197.919 votos, frente a los 206.400 que había atesorado en 2019 para alargar su presencia al frente del Ejecutivo autonómico. Algo había, fallado no solo el éxito popular era responsable.

En estos últimos cuatro años, Lambán se ha destapado como uno de los barones más críticos de Pedro Sánchez, jerarca absoluto del PSOE, como demostró con la confección de las listas de Zaragoza y Teruel para el Congreso y el Senado. La federación de Huesca, mucho más cercana a Ferraz de lo que es el socialismo aragonés, se libró de la purga del secretario general nacional, que transformó de cabo a rabo las propuestas aragonesas para las otras dos provincias.

La crítica a Sánchez mantenía a Lambán como uno de los mejores vistos por el público neutral e, incluso, por la derecha. Como un desplante contra un líder, para muchos, excesivamente autoritario. Sin embargo, en estas generales, donde la marca Sánchez ha sido el gran valor del PSOE, el socialismo aragonés se movilizó a la llamada del líder.

En menos de dos meses, Pilar Alegría, Begoña Nasarre y Herminio Sancho, candidatos socialistas por Zaragoza, Huesca y Teruel respectivamente, han recuperado 22.545 votos para su formación. Todo ello fundamentado en la misma línea que el PSOE nacional, convenciéndose de que era posible repetir el Gobierno de coalición y ofreciéndose al electorado como el voto útil en todas las demarcaciones, pero especialmente en provincias con menos representación como Huesca y Teruel.

Si se baja a los resultados obtenidos en cada una de las tres provincias aragonesas, la mejora del voto socialista es evidente respecto a las elecciones generales del 2019. En Zaragoza, sin embargo, pese al elevado número de población, los registros socialistas son prácticamente un calco. Mientras que hace cuatro años el PSOE fue la fuerza elegida por 158.326 zaragozanos, en esta ocasión 158.517 confiaron en que Pilar Alegría debía ser diputada en el Congreso.

En Huesca, la sección aragonesa que sí que sigue la línea que marca Ferraz, el apoyo sigue siendo masivo. 39.899 oscenses depositaron en la urna votos con la rosa y el puño como escudo, frente a los 38.101 que lo hicieron hace cuatro años. El bastión oscense sigue siendo, al menos en parámetros nacionales, del PSOE, que vio hace dos meses como el PP desmontaba todo su poder en los Pirineos, coloreaba muchas comarcas de azul y recuperaba la DPH, sin necesitar pactos y con Isaac Claver como cabeza visible.

Pero el crecimiento mayor ha sido en Teruel, donde los socialistas han sabido capitalizar el miedo a la ultraderecha y han eliminado a uno de sus rivales en la provincia: Teruel Existe ya no estará en Madrid, al menos en los próximos cuatro años. El precio a pagar es que el Partido Popular se quedó con dos de los tres escaños. Los socialistas convencieron a 22.048 turolenses, frente a los 18.934 que se decantaron en el pasado 2019.

Mientras Azcón marca el camino para que el Gobierno de Aragón se resuelva lo antes posible y Sánchez ya trabaja para seguir cuatro años más en La Moncloa, Lambán se mantiene al margen.

El secretario de los socialistas aragoneses no estuvo en la noche electoral con sus compañeros, pero sí arropó a Pilar Alegría en el cierre de campaña en Zaragoza. Cinco días antes, en Huesca, dejó clara su nula sintonía con Sánchez con su semblante serio durante todo el mitin. Sus «desaveniencias» con el líder dice que son imaginaciones de la prensa, aunque no puede ocultar la sonrisa irónica. Se ve «disciplinado» y al servicio del partido, pero ahora le toca plantear un nuevo liderazgo tras su salida a Madrid como senador. Viendo los resultados, ¿Aragón es sanchista? El rompecabezas de Lambán solo acaba de comenzar.