Opinión | ERRE QUE ERRE

Franco, la amnistía y Caneto

El presidente Azcón, este jueves en el pleno de las Cortes, con Vaquero y Bermúdez de Castro a su vera.

El presidente Azcón, este jueves en el pleno de las Cortes, con Vaquero y Bermúdez de Castro a su vera. / Laura Trives

Decía esta semana en las Cortes de Aragón Alberto Izquierdo, el único diputado regional que tiene el PAR, que Franco, la amnistía y Caneto se han convertido, en ese orden, en el mantra de la oposición al Gobierno aragonés de PP y Vox. Es el otro mantra, el que tienen los del Gobierno y los que les apoyan, como es el caso. La cuestión es que todos los políticos y sus partidos parecen tener un asunto recurrente que en ocasiones se convierte en obsesión. Pero ojo, será una obsesión porque realmente hay un problema. Lo es lo de Franco, porque se ha decidido ir contra las leyes ya aprobadas y que intentaban reparar parte del mucho mal hecho por la dictadura. Unos tienen el mantra de no condenar el franquismo, y otros tienen el de no condenar los atentados terroristas etarras de hace unos años o no calificar a ETA de banda terrorista. Mantras, sí, pero realidades, también. Si se pueden solucionar los asuntos desde la política, ¿por qué no hacerlo sin perjudicar a nadie? 

La amnistía es otro caso. Salvo que ocurra algo excepcional, la ley, más tarde que pronto, será aprobada definitivamente, voten lo que voten senadores como el socialista aragonés Javier Lambán, que por lo que sea aún no puede decir si será a favor, en contra o abstención. Será o no un mantra, pero es algo que sirve para solucionar un problema, el catalán, según dicen unos, o para crear otros distintos, según dicen los otros. Ahí está, mantra, pero pura realidad.

Mantra o no, también es polémico el caso de la escuela de O’Chinebro de Caneto, el pueblo de Huesca que fue abandonado en los años 60 por la construcción del pantano de El Grado, luego se reconstruyó y hoy tiene 50 habitantes y nada menos que 21 niños. Si la política ha actuado y se ha hecho lo que se ha hecho, primero dejar que hubiera una escuela aunque fuera irregularmente, después cerrarla, y la Justicia ha actuado y dice que debe seguir abierta y que además el Gobierno debe acondicionarla, pues que se haga. Ni mantras ni tonterías. ¿Por qué no hacerlo ya? Es verdad que la consejera de Educación dice que se está en vías de solución, pero también sabemos que cuando un político dice eso se corre el riesgo de llegar muy tarde a esa solución. Por eso, arreglémoslo ya, pero sin que los padres de esos alumnos tengan que pagar el coste. Cuanto antes se haga, antes dejará de haber mantra, realidad y problema.

El atasco de los políticos crea los mantras, así es que no se echen en cara sus problemas, aunque todo el mundo sepa que eso les va bien. Todos vemos cómo hay muchos temas que reaparecen y siguen sin solución. Lo era La Romareda, en Zaragoza, y a ver qué pasa hasta 2030 (o 2027), por no hablar del trasvase del Ebro, el Canfranc... Y seguro que del resultado de las elecciones vascas de hoy podemos extraer más de un mantra de cara a las catalanas y a las europeas. 

Suscríbete para seguir leyendo