Opinión | erre que erre

España 2030: oportunidad para Zaragoza

Natalia Chueca y Roberto Bermúdez de Castro, en La Romareda, en una imagen del pasado mes de abril.

Natalia Chueca y Roberto Bermúdez de Castro, en La Romareda, en una imagen del pasado mes de abril. / Jaime Galindo

El Mundial de Fútbol de 2030 va a beneficiar a Zaragoza. Eso es un hecho y ya que se va a celebrar aquí, en España (es de suponer que no haya ningún traspiés por el lío de la Federación Española de Fútbol y Portugal y Marruecos sigan de la mano) siempre será mejor que vengan equipos a jugar que solo jueguen en otras ciudades. Desde el Ayuntamiento de Zaragoza esperan que la competición deje en Zaragoza alrededor de 335 millones de euros y genere más de 3.500 empleos directos e indirectos. No estaría mal. Ahora que estamos viendo los partidos de la Eurocopa de Alemania vemos cómo los estadios de todas las ciudades están a tope de forofos y, aunque no veamos mucho de las ciudades como tal, se adivina una gran actividad de ocio en ellas.

Quizás sería bueno echar la vista atrás y ver qué supuso para Zaragoza el Mundial de 1982, en plena transición española. Evidentemente, lo primero que ocurrió es que fue tal el escaparate de nuestro país que se produjo un cambio de la sociedad y de la economía española viniendo de dónde veníamos. Quizás el dinero que dejó no fue mucho (está pasando con todos los mundiales o campeonatos de Europa últimamente) pero sí que hubo quién se benefició y los zaragozanos también. En el 82, con el ‘Naranjito’ de mascota, en La Romareda jugaron las selecciones de Yugoslavia, Honduras e Irlanda del Norte. Se hicieron obras en el campo de fútbol, se levantó el edifico de Urbanismo (para la prensa) que ahora estaba en desuso y se va a derribar. Los hondureños fueron los mejores acogidos, se hicieron muy famosos y hasta visitaron colegios. No hubo un gran despliegue de turistas pero la hostelería sí que notó estas jornadas futbolísticas. Y además, paralelamente, se organizó un festival de teatro, hubo un concierto de la Orquesta Sinfónica de España, una muestra de artesanía española y la ciudad ‘se vendió’ en la única tele que había entonces. 

Todo esto significa que Zaragoza tiene muchas posibilidades de saber aprovechar en el 2030 la celebración del Mundial. Para ello, hay que seguir adelante con las obras del campo, desde luego, algo clave. Pero es el momento oportuno, quizás a la vuelta del verano, de crear una comisión que, liderada por el ayuntamiento, empiece a pensar cómo y de qué manera se puede obtener más rentabilidad. En el 2008, la Expo supuso una inyección de moral para los zaragozanos pero quizás no se llegó al techo económico marcado. A otro nivel, los partidos del Mundial, sean los que sean, son una excusa perfecta para abrir la ciudad y poder tener algo distinto, algo que haga necesario venir hasta aquí para disfrutarlo y que vuelva a activar a la capital de Aragón. Niños y grandes deben involucrarse y para eso hay que pensar bien y no escatimar recursos económicos. Es una oportunidad más. Pero grande.

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