REAL ZARAGOZA

Beatriz Ramón, la protagonista inesperada

La despedida de Beatriz Ramón, con todos los futbolistas de las categorías inferiores del club haciéndole el pasillo de honor, se ha hecho viral en las redes sociales

Esta administrativa de la Ciudad Deportiva se ha jubilado después de 27 años encargándose de todo el papeleo del fútbol base zaragocista.

Beatriz Ramón posa en la entrada a las oficinas de la Ciudad Deportiva.

Beatriz Ramón posa en la entrada a las oficinas de la Ciudad Deportiva. / LAURA TRIVES

Beatriz Ramón entra en las oficinas de la Ciudad Deportiva como en su casa. Todo el mundo la conoce, todo el mundo le saluda, más aún ahora que se ha jubilado y su vídeo de despedida se ha hecho viral en las redes del Real Zaragoza. Se confiesa «abrumada» porque no esperaba tanta repercusión pero también está feliz con todas las muestras de cariño recibidas. «Sentirte querida es muy chulo», asegura.

«El pasillo me lo hicieron el 30 de mayo, cuando terminó el fútbol base. Lo iban tramando desde hacía quince días. Vi que venían todos a entrenar pero no se me hizo raro. Estaba con Pedro (Suñén) y me dice, ven a ver el gimnasio que verás qué escudo han puesto. Vi jugadores fuera pero también me pareció normal, pero cuando vi aquel pasillo… y la última que me da el ramo de flores es mi hija que vive en Lérida», rememora aún emocionada. Después también tuvo su aplauso y reconocimiento en las oficinas de La Romareda.

Y es que Beatriz Ramón ha pasado los últimos 27 años trabajando para el Real Zaragoza con una labor invisible pero imprescindible. «Hay muchas personas, yo soy un eslabón pequeño de la cadena de personas anónimas que hacen que esto funcione. Tanto aquí como en las oficinas de La Romareda, por supuesto», indica. Entró en el verano de 1997 para cubrir el permiso por maternidad de Beatriz, una compañera que aún sigue al pie del cañón, y ahí se quedó hasta el pasado viernes.

Su labor ha sido de lo más variada y ha evolucionado mucho con los años. Cuando entró, en la Ciudad Deportiva había siete equipos, ahora hay doce más el Genuine y también muchos más técnicos y trabajadores. Desde las oficinas se gestiona todo lo que tiene que ver con esos equipos, desde la tramitación de fichas a la organización de viajes, amistosos, pagos a los clubs convenidos...

«Cuando llegas el lunes tienes que descargar las actas de la federación, grabar los partidos, llevar el control de tarjetas, minutos de cada jugador… en esta época se han formado las nuevas plantillas y tenemos que mandar cartas a todos los jugadores con la fecha de inicio de entrenamientos y la documentación que tienen que aportar. Cuando entré lo hacíamos a máquina de escribir e ibas a la federación a presentarlo. Lo que sí llevamos manual es un cuaderno grande donde apuntamos los calendarios de todos los partidos, vemos los que hay cada semana, nos indican los horarios y tenemos que ponerlos en las federaciones, si los equipos viajan tienes que organizar cuándo quieren el autobús, si necesitan picnic o gestionar el viaje a las islas de los juveniles», enumera. 

En 1997 el director de la Ciudad Deportiva era José Soláns y el coordinador, Chirri. «Fue mi maestro, una persona diez que ya falleció desgraciadamente. Era una persona de entrada muy seria pero luego en la distancia corta se te ganaba la confianza y le tenía mucho cariño. Al resto también, pero por no dejarme a nadie no los enumero», señala. Ramón Lozano, hoy coordinador, era entonces técnico del Cadete B y Ángel Espinosa, coordinador del fútbol formativo, llevaba el Infantil.

Ha visto decenas de entrenadores y centenares de futbolistas. «Son mi familia zaragocista. Yo de fútbol no hablo con nadie porque me parece muy atrevido opinar de fútbol con profesionales, entonces yo con ellos tengo conversaciones personales». Ver a uno de esos jugadores que conoció siendo niños tramitando la ficha con sus padres debutar en el primer equipo es algo especial. «Sí, es como si fueran mis hijos. Digo, ay qué majicos. Cuando se han enterado de que me he jubilado han venido a desearme lo mejor». Desde dentro también se viven los buenos y malos momentos del club. «A las finales de Copa nos invitaba el club a ir, no fui a Sevilla ni a la del 2004, estuve en la de Madrid que fue la que perdimos, pero el club te invitaba y te ponía medio de transporte por si querías ir», explica.

Y confiesa su gran debilidad, el equipo de la Liga Genuine para jugadores con discapacidad intelectual. «Son los únicos a los que salgo a ver entrenar. Son tan agradecidos, tan de verdad. Cuando se vienen a inscribir son muy zaragocistas y les digo, ahora ya eres jugador del Real Zaragoza, y te empiezan a nombrar a los del primer equipo y les digo, tú igual que ellos. Y se emocionan. Los jueves cuando vienen a entrenar te dan unos besos y unos abrazos...». Estos días todo el mundo abraza a Beatriz, es lo que se ha ganado después de 27 años de dedicación al Real Zaragoza.