Zonas verdes

El quiosco del Parque Bruil tendrá que cerrar al renunciar su gestor

El concesionario de este establecimiento hostelero, que depende del ayuntamiento, ha dejado sin pagar 81.000 euros en concepto de canon

Quiosco del Parque Bruil.

Quiosco del Parque Bruil. / Facebook Brasería del Buil

Iván Trigo

Iván Trigo

El quiosco del Parque Bruil, uno de los establecimientos hosteleros más populares de las zonas verdes de Zaragoza, tendrá que cerrar sus puertas al renunciar a su gestión la empresa que lo explotaba desde 2020 a través de una concesión administrativa dependiente del ayuntamiento.

Según acordó ayer el equipo de Gobierno al frente del Ayuntamiento de Zaragoza, se va a proceder a extinguir la concesión mediante la cual la empresa gestionaba este quiosco, que se licitó y adjudicó en octubre de 2020 para un periodo de explotación de 40 años. El canon fijado en el contrato con el Ayuntamiento de Zaragoza ascendía a 36.000 euros anuales, una cantidad que debe abonar el concesionario al consistorio.

No obstante, el 15 de febrero de este año, la Oficina de Gestión del Espacio Público del ayuntamiento, informó a la empresa gestora del quiosco de que, desde 2020, adeudaba 72.000 euros en concepto de impago del canon concesional.

Ante esta situación, el 17 de junio, los gestores del quiosco decidieron presentar su renuncia voluntaria a la concesión del quiosco del Parque Bruil e indicaron que «actualmente resulta inviable la manutención» del negocio por «problemas societarios varios», según explica el expediente aprobado por el Gobierno municipal.

Así, un día más tarde, el 18 de junio, la Oficina de Recaudación volvió a emitir un informe que indicaba que la cantidad adeudada en esos momentos ascendía a 81.000 euros en concepto de impago del canon.

Un mes antes, los gestores del quiosco del Parque Bruil publicaron en el portal inmobiliario web Idealista un anuncio en el que ofrecían el negocio por un alquiler de 3.000 euros al mes o un traspaso que ascendía hasta los 176.100 euros. No obstante, al tratarse de una concesión administrativa, el establecimiento no podría haber cambiado de manos sin la autorización del ayuntamiento.

Al haber sido la empresa la que ha renunciado a la concesión, el ayuntamiento procederá a incautar la garantía de 28.800 euros que los adjudicatarios del quiosco depositaron al inicio del contrato. Asimismo, el consistorio podrá adoptar «las medidas oportunas para requerir el pago de las cantidades adeudadas hasta la fecha», es decir, 81.000 euros.

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