BATALLA EN LA IZQUIERDA

Yolanda Díaz busca un aval en las urnas a su papel en el Gobierno mientras Podemos fía su futuro a Irene Montero

Las europeas dejarán el primer esbozo de las fuerzas a la izquierda del PSOE, aunque en Sumar rechazan este plebiscito

Pablo Iglesias resucita políticamente esta campaña electoral para reforzar el futuro liderazgo de Irene Montero

Yolanda Díaz, en el acto de cierre de campaña de Sumar este viernes.

Yolanda Díaz, en el acto de cierre de campaña de Sumar este viernes. / EFE

La izquierda alternativa al PSOE afronta este domingo su primera batalla en las urnas. Las elecciones europeas son la primera cita donde Sumar y Podemos medirán sus apoyos a nivel nacional, y los resultados de unos y otros en Europa marcarán también la futura configuración de esta opción electoral en España.

Seis meses después de la ruptura en el Congreso de los Diputados, ambas fuerzas son conscientes de que la lectura final se hará en función de los resultados propios y la distancia que guarden con su adversario por la izquierda. Pero las estrategias han sido diametralmente opuestas: mientras Podemos ha planteado una campaña agresiva contra Sumar ante la necesidad de distinguirse ante su electorado, más ideologizado, los de Yolanda Díaz han evitado entrar en la pugna, al considerar que este tipo de confrontación puede desmovilizar a sus votantes.

Yolanda Díaz cierra este viernes una campaña donde ha ignorado por sistema el choque con Podemos, y plantea estos comicios como un aval a su papel dentro del Gobierno de coalición, marcando distancias con el PSOE y llegando a entrar en el cuerpo a cuerpo. Sumar trata estos días de sacudirse la idea del plebiscito con el partido de Irene Montero, un perfil político consolidado frente al fuerte desconocimiento de su candidata, Estrella Galán. La imagen del domingo, advertían, no sería representativa respecto a su fuerza real, puesto que no son unas generales en clave nacional, donde pesaría su papel como llave de Gobierno progresista.

La campaña de Díaz ha pivotado sobre la idea su utilidad dentro del Consejo de Ministros, haciendo gala de marcar el paso al ala socialista en medidas como la subida del salario mínimo, la reforma laboral o la postura de España respecto a Palestina. La adhesión de España a la demanda contra Israel anunciada este jueves llevó a Sumar a abanderar la decisión, que llevaba meses reclamando, para reivindicar su autoría e impedir que el PSOE lo capitalizase en solitario. Esta medida, creen algunas voces del espacio, revertirá electoralmente a ambos socios de coalición.

TENSIÓN CONTENIDA EN SUMAR

Un buen o mal resultado no sólo dependerá del número de escaños, sino del número de votos de diferencia entre ambas fuerzas, y la posición general en la que queden. Esta semana la candidatura trataba de socializar los resultados de la izquierda asegurando que "un mal resultado no puede medirse a nivel individual", sino a nivel de "bloque progresista". Pero el ánimo es de tensión contenida en las últimas horas.

En Sumar consideran que tienen consolidados 4 escaños, la misma cifra que vienen otorgando la inmensa mayoría de encuestas. Subir más allá de eso sería todo un éxito, pero quedarse en tres eurodiputados supondría no sólo un fracaso a nivel electoral -perderían la mitad de los 6 que logró Unidas Podemos en 2019- sino que abriría una importante guerra interna.

En ese caso IU quedaría sin representación en el Europarlamento al quedar fuera su candidato, Manu Pineda, en el cuarto puesto de la lista. Una situación agravada por el hecho de que esta formación, la única con una implantación territorial fuerte, aceptó a regañadientes la propuesta de Sumar y podría haberse asegurado un eurodiputado en caso de concurrir en solitario. Los resultados, asumen, dependerán en buena medida de la movilización del electorado progresista.

Los resultados de Podemos, en cambio, no parecen estar tan vinculados a la movilización. El partido morado da por asegurado el escaño de su candidata, Irene Montero, y aspira a lograr también el segundo. En su caso, la excesiva participación en los comicios podría resultar desfavorable, puesto que la formación parece tener un nicho de votantes consolidado, muy ideologizado y movilizado. Esa bolsa de votos tendrá más impacto en caso de que la participación no sea extremadamente alta.

Pero sus resultados no dependerán sólo de ellos mismos: también se leerán en función de la distancia a la que queden de Sumar. Hay otros factores, como la posibilidad de verse superados por nuevos partidos como la plataforma de ultraderecha, Se acabó la fiesta, de Alvise Pérez. Una circunstancia que, de cumplirse, ensombrecería también cualquier balance.

RESURRECCIÓN DE PABLO IGLESIAS

Podemos, que desapareció en casi todos los territorios en las elecciones de mayo, es consciente de que los resultados del domingo determinarán su futuro en la izquierda. Por esta razón, desde el pasado enero el partido ha centrado todos sus esfuerzos, materiales, políticos y humanos, en esta empresa.

La extrema importancia de esta cita también se ha visto en la hiperactividad del exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, que ha resucitado en la vida política para convertirse en una de las figuras claves de la campaña de Podemos. Con un total de nueve actos electorales y su destacada presencia en el cierre de campaña este viernes, el ahora director de Canal Red no ha dudado en reducir su actividad en su empresa y volver a la vida pública: no tenía protagonizaba tantos carteles desde que era líder del partido, cargo que abandonó ahora hace tres años. ¿El objetivo? Que Irene Montero logre la máxima fuerza posible, no sólo para acotar el territorio de Podemos en el escenario de izquierda frente a Sumar, sino para impulsar el liderazgo de la exministra de Igualdad.

Montero se ha convertido en el principal y casi único activo del partido, que ha fiado su supervivencia a sus resultados. Pero la candidata ve en este domingo sólo su punto de partida: en distintas entrevistas la exministra ha evitado descartar su vuelta a la política nacional como líder de Podemos o como cabeza de cartel del partido a unas elecciones generales.

Su misión, la de "poner en pie" al partido, lleva encomendada desde enero, cuando comenzó su larguísima campaña europea, centrada en acercar su faceta más personal a los ciudadanos a través de las redes sociales y plataformas alternativas como podcast o televisiones online, relegando el protagonismo de los medios de comunicación tradicionales, contra quienes ha cargado duramente esta campaña como parte de una trama de poderes fácticos que, a su juicio, les ha derribado. El mayor o menor éxito de su empresa dirimirá también el alcance de su proyección política a futuro.