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Ágreda Automóvil: la empresa aragonesa que viaja en Mercedes y crece en compañía

Con una trayectoria casi centenaria, Ágreda Automóvil es un referente del sector de la movilidad, ya sea en el transporte en autobús o la venta y reparación de toda la gama de vehículos de la marca alemana de la estrella. Pero ante todo es una compañía familiar con compromiso y vocación social 

Juan Calvo, presidente de Ágreda Automóvil, presidente el grupo, junto a un retrato de su padre y fundador del grupo, Moisés Calvo.

Juan Calvo, presidente de Ágreda Automóvil, presidente el grupo, junto a un retrato de su padre y fundador del grupo, Moisés Calvo. / Miguel Ángel Gracia

A finales de los truculentos años 30, un joven e intrépido emprendedor soriano viajó a la Alemania nazi para tratar de estrechar lazos comerciales con Daimler Benz (Mercedes). El reto era mayúsculo y más aún llamándose Moisés, un nombre de origen hebreo que podía levantar recelos en aquel régimen. Contra todo pronóstico logró su objetivo. En 1938 obtuvo la representación de la prestigiosa marca germana para su empresa zaragozana, Ágreda Automóvil. Fue el inicio de una alianza que floreció con el paso del tiempo y uno de los pilares sobre los que se ha asentado y crecido esta compañía familiar, casi ya centenaria, que se ha convertido en un referente del sector de la movilidad en Aragón y España. Lo hace con un negocio diversificado y en permanente reinversión que sigue la máxima de la unión hace la fuerza, con alianzas estratégicas con los mejores compañeros de viaje para cada actividad.

El fundador y alma mater del proyecto es Moises Calvo Pardo (Ágreda,1900-Zaragoza, 2001), quien levantó de la nada el que es hoy uno de los grupos empresariales más señeros de Aragón, con una amplía y consolidada experiencia en el transporte de viajeros en autobús, la venta y reparación de vehículos y las estaciones de servicio, entre otras actividades. Alcanza actualmente una facturación anual de más de 500 millones de euros y una plantilla que ronda los 1.300 trabajadores con la suma agregada de sus empresas (propias o participadas).

Este fortín se ha levantado a base de «trabajo, esfuerzo, sacrificio y excelencia», pero, sobre todo, «gracias al valor de la palabra dada», destaca Juan Calvo Pujol (Zaragoza, 1947), presidente de la compañía desde 2001, cuando tomó el relevo a su padre y fundador tras fallecer a los 101 años. «Sobre esos principios hemos procurado desarrollar la empresa, hasta ahora nos han dado buenos resultados», apunta.

Los talleres y el concesionario Mercedes-Benz en la sede de Ágreda en Zaragoza.

Los talleres y el concesionario Mercedes-Benz en la sede de Ágreda en Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

Todo comenzó en 1927, año de su fundación en la villa soriana de Ágreda, de la que tomó su nombre esta empresa familiar. En aquel año, Moisés Calvo, con apenas 27 años, se propuso adquirir dos líneas regulares (Daroca-Cariñena-Zaragoza y La Almunia-Alagón-Zaragoza), para su gestión con nuevos métodos y mejoras en la atención al cliente. Para emprender esa actividad, contó con la colaboración accionarial de sus convecinos, destacando entre ellos Acisclo Fernández Calvo, quien fue presidente de la empresa hasta 1969.

Inició la andadura con apenas tres autocares y cinco conductores, pero ya por entonces Moisés daba muestras de su ingenio y talento en un mercado y una economía donde todo estaba por hacer. Un ejemplo de ello es la taza de chocolate o café que daba a los viajeros en una de las paradas de la línea como aliciente del servicio. Desde sus orígenes, la empresa ha mostrado así la ambición de ser cada día un poco más grandes pero con el cuidado y mimo de lo pequeño. 

Vehiculos de la marca Mercedes estacionados en las instalaciones de Ágreda Automóvil en Zaragoza.

Vehiculos de la marca Mercedes estacionados en las instalaciones de Ágreda Automóvil en Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

En sus objetivos no sólo estaba el transporte de viajeros, sino también la comercialización de automóviles y los servicios asociados a ella. Así, en 1930, abre su primer establecimiento comercial en Zaragoza, dedicado a la venta de accesorios, recambios y neumáticos de la marca Goodrich y pocos años después obtiene la comercialización de los vehículos de la marca francesa Dion Butón e International Corp. (EEUU). «Las ventas de coches en aquella época se contaban con la mano», recuerda Juan Calvo. Más salida tenían por entonces las máquinas de coser Singer que también se despachaban en la tienda.

Ágreda Automóvil vendió el pasado año un total de 8.126 vehículos de las marcas del grupo Mercedes-Benz en sus diferentes concesionarios situados en Zaragoza, Madrid, Huesca y Lérida. De esta manera, se posiciona como líder en España de la enseña de la estrella. De la cifra total, 5.376 corresponden a vehículos nuevos (4.321 turismos, 779 furgonetas y 276 camiones) y otros 2.750 a usados.

En los difíciles años vividos en la Guerra Civil, la compañía marca dos hitos de su historia. El primero de ellos fue que, a pesar de la paralización de su actividad, mantiene las retribuciones de sus trabajadores. «Mi padre les garantizó el sueldo aunque no hubiera actividad», recuerda Juan. Este gesto marca el espíritu y compromiso social del que ha hecho siempre bandera la empresa en estos casi 100 años. Prueba de ello son también las viviendas para los trabajadores que hizo junto a sus talleres de la avenida Valencia o las casas de Ágreda que les ofrecía para pasar las vacaciones de verano.

El otro hecho definitorio fue la vinculación con la marca Daimler Benz desde 1938. «En aquella época, las cosas salían a base de echarle valor y de dar pasos adelante», afirma el actual presidente al recordar la valentía y audacia que tuvo su padre en aquellos años. Con el fin de la contienda, la empresa comienza un periodo de consolidación de sus actividades y mejora de sus instalaciones. En 1940 inaugura su primera estación de servicio, otra de su señas de identidad, que irá aumentando hasta la amplia de red que posee en la actualidad, con ocho establecimientos bajo la bandera de Repsol.

Ágreda Automóvil cuenta con un total de 1.275 trabajadores, de los que 599 corresponden a las actividades que forman del grupo consolidado, 360 a sus 28 empresas asociadas y otros 316 a la división de transporte de viajeros en autobús. En este último mercado, la compañía aragonesa está aliada al gigante Alsa, con el que comparte accionariado en las sociedades Ágreda Bus, Aratesa y Conda.

En 1952, cumple sus primeros 25 años con 130 trabajadores y una flota de 94 autocares. Sólo seis años después, en 1958 abre unas nuevas instalaciones de Mercedes-Benz en la Gran Vía zaragozana. Al cumplir su medio siglo, la empresa inicia un proceso para ampliar sus instalaciones, que se materializa con el nuevo centro en La Bombarda.

Desde finales de los 80, la actividad de la compañía viene marcada por la identificación de los aragoneses con sus servicios de transporte. No en vano, las estaciones de autobús de Ágreda en Zaragoza eran referencia de primer orden en la ciudad, sobre todo la del paseo María Agustín, asumiendo la gestión y comercialización de líneas nacionales de otras empresas. Esta actividad ha continuado en la nueva central de autobuses de Delicias que se puso en marcha en 2007, donde la empresa sigue jugando un papel protagonista.

Nuevo modelo de buses

El gran salto de la compañía llega en 1998, con la nueva sede en la carretera de Madrid, en la avenida Manuel Rodríguez Ayuso, que sustituye a los espacios anteriores y unifica en un mismo complejo las diferentes exposiciones y talleres de Mercedes-Benz que se encontraban en diferentes puntos de la ciudad, así como sus actividades de transporte en autobús. Este centro de operaciones, de más de 41.000 metros cuadrados, sigue siendo hoy el corazón de la compañía, en manos de las familias Calvo y Pérez-Caballero, que ha ido expandiendo su zona de influencia a Madrid, Castilla-La Mancha, Huesca o Lérida, entre otros territorios.

La división de transporte de viajeros en autobús es la que más se ha transformado en los últimos años, con un modelo al que se ha dado un giro para adaptarlo a la nueva realidad del sector. El negocio ha sido segregado del grupo con la creación en 2019 de Ágreda Bus, una sociedad conjunta impulsada con Alsa, el líder nacional de esta actividad. No era un socio desconocido, pues ya mantenía una alianza con este a través de Aratesa, la empresa que explota desde 1992 comunicación en autobús entre Madrid y Barcelona. Las sinergias entre ambos operadores se extienden también a la firma navarra Conda, en la que comparten accionariado.

«Teníamos muy buenas relaciones con Alsa y estimamos que era el mejor socio para afrontar la nueva situación que se ha generado en Aragón con el concurso de las concesiones de transporte», recuerda Juan Calvo. Ágreda Bus cuenta hoy con una flota de cien autobuses y 36 líneas regulares que mueven cada año a más 5 millones de viajeros. Su liderazgo regional ha quedado revalidado en el reciente concurso autonómico de buses, donde ha ganado tres de los lotes, en concreto, las líneas metropolitanas de Casetas y Cuarte y la regional de Castejón de Monegros.

El salto a Madrid

El mayor pulmón del grupo está hoy en su actividad como concesionario y taller autorizado de Mercedes Benz, abarcando toda su gama de vehículos, desde turismos y furgonetas a camiones y autobuses. El crecimiento en este ámbito ha sido extraordinario en los últimos años, sobre todo tras comprar en 2022 la filial española de venta de coches que tenía la matriz alemana. Así surgió, de la mano de la firma gallega Louzao, la sociedad Star Madrid, que cuenta con más de 30.000 metros cuadrados en sus dos centros en la capital (Barajas y calle Ramón de la Cruz). Ágreda también se hizo cargo casi dos años del taller de camiones de Mercedes Trucks y Fuso en Azuqueca de Henares.

Esta red comercial, apoyada en los establecimientos situados en Zaragoza, Madrid, Huesca, Monzón y Lérida, cerró el pasado año con números deslumbrantes. Con 4.321 turismos vendidos es el líder el mercado español de Mercedes, con una cuota del 10%, a los que se añaden 779 furgonetas y 276 camiones, así como varios miles más de vehículos usados y un total de 59.267 pasos de taller.

Los talleres y el concesionario Mercedes-Benz en la sede de Ágreda en Zaragoza.

Los talleres y el concesionario Mercedes-Benz en la sede de Ágreda en Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

«Empresa que no crece muere. Eso es lo que hemos venido aplicando, creo que con acierto, aunque a veces nos hemos equivocado, como todos», sostiene Juan Calvo, que lleva desde 1988 como consejero delegado del grupo, cuya facturación consolidada se sitúa en 414 millones de euros y la plantilla en 599 trabajadores. A estas cifras se suman las aportadas por sus 28 empresas asociadas (53 millones y 360 empleados) y por la división de autobuses (37 millones y 316 personas). En ese perímetro de actividades destacan compañías como Neumáticos Clavijo, que cuenta con ocho talleres en la provincia de Zaragoza. Una diversificación que ha llegado incluso al sector primario, donde cuenta con 240 hectáreas de campos de almendros en Huesca, al tiempo que respalda emprendimientos como el de una firma de alquiler de bicis en hoteles.

Así es hoy Ágreda, un grupo en permanente adaptación a los profundos cambios que viven los sectores sobre los que se asienta, como el autobús y la automoción, y con una reconocida capacidad para cerrar acuerdos y alianzas, ya sea con Mercedes, Alsa o Repsol. Rasmia aragonesa con corazón soriano, una combinación imbatible para los negocios.

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