Problemas en la atención al usuario de la Administración central

La Seguridad Social externaliza la contratación de sus refuerzos

Se gastará casi 250.000 euros para incorporar 5 administrativos y un telefonista a partir de enero

A pesar de las quejas del personal por las carencias estructurales, el contrato limita la duración a un año

El pasado mes de febrero el personal de la Seguridad Social denunciaba el colapso por la falta de personal en Zaragoza. | ÁNGEL DE CASTRO

El pasado mes de febrero el personal de la Seguridad Social denunciaba el colapso por la falta de personal en Zaragoza. | ÁNGEL DE CASTRO / D. L. G.

D. L. G.

El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ya ha puesto en marcha la maquinaria administrativa para que las largas filas a las puertas de sus oficinas o los puntuales cierres por su insuficiencia de plantilla para atender a los usuarios sean cosa del pasado en Aragón. El compromiso de reforzar sus puntos de atención se resolverá con la externalización de la selección de personal. Gracias a un concurso público que ya ha publicado y que supondrá un gasto para las arcas del Estado de casi 250.000 euros. A cambio, la empresa que resulte adjudicataria aportará seis empleados a la entidad pública a partir del 1 de enero de 2024.

El concurso público se ha publicado hace pocos días y consiste en la licitación de dos lotes diferenciados. Ambos comparten el plazo de ejecución, que será de solo un año, que es el margen que se ha dado para aliviar el atasco que sufre desde la pandemia del covid. Estas contrataciones estarán en las oficinas de la Seguridad Social solo hasta el 31 de diciembre de 2024. También tienen idéntico ámbito de actuación, solo estarán en las oficinas de Zaragoza capital.

Dos lotes diferentes

En el primer lote, valorado en 196.694,2 euros se trataría de incorporar cinco ayudantes en tareas administrativas para los que solo piden tres requisitos: ser mayor de edad, tener el graduado escolar o equivalente y contar con experiencia acreditada en las tareas asignadas en el propio pliego de condiciones. Tales como la información de accesos, recepción y comprobación de visitantes o de mercancías, enseres, documentos o paquetería y correo, desplazamientos para entregar o recoger expedientes, manipulación de máquinas simples de oficina como la fotocopiadora, ensobradora, cortadora de papel o transpaleta y carretilla, y ayudar en tareas propias de un centro administrativo.

Todos los que se incorporen a través de este contrato externo podrán ser destinados a cualquiera de los cinco centros estipulados de la Seguridad Social en Zaragoza, tanto la sede provincial en la calle Doctor Cerrada como en los centros de Sancho Abarca, Joaquín Costa, Corona de Aragón y San Juan de la Peña.

Con el segundo lote, con un precio de licitación de 52.800 euros, se trata de conseguir para la Seguridad Social un sexto refuerzo que se dedicará exclusivamente a las labores de telefonista. Para los aspirantes se pide que tengan la «formación académica y profesional adecuada a las características del puesto de trabajo», sin especificar más. En su caso, tendrá que trabajar 7 horas diarias de lunes a viernes entre las 8.00 y las 15.00 horas. Mientras, los ayudantes de oficina harán una menos, 6, entre las 8.30 y las 14.30 horas.

Prohibido tener visitas

Entre las curiosidades que deja la ejecución de estas tareas, el propio contrato obliga a los trabajadores que entren a asumir que tienen «prohibido» recibir visitas de cualquier clase durante su permanencia en el centro de trabajo, así como «mantener conversaciones prolongadas con los teléfonos móviles personales».

Además, les exige a cada persona que la empresa seleccione para esos puestos que sea, por contrato, «cuidadoso con su aspecto físico, con su higiene o con el desempeño de su cometido».

No obstante, más allá de estas peculiaridades, lo que el INSS busca con esta contratación es acelerar unas contrataciones de refuerzo de personal que los empleados ya llevan meses reclamando, que se han traducido en protestas y huelgas y que apuntaban constantemente al «colapso», según ellos mismos decían, de la gestión ordinaria de expedientes con miles de aragoneses afectados.

De hecho, el pasado mes de febrero se vivía el momento álgido de esta delicada situación con ese colapso que derivó en protestas a pie de calle y que llevó al INSS a un compromiso de buscar personal que reforzara sus oficinas. Incluso la sede provincial llegó a tener que cerrar un día. Pero el ministerio se puso manos a la obra y ahora al menos ya hay dinero, aunque se externalice la búsqueda y se limite a contratar para solo un año.