Opinión | tercera página

‘Memories’ / Recuerdos

Le reconozco que soy fan de Barbra Streisand. Tiene una voz impresionante y una presencia en cámara que me resulta magnética. Una de las canciones más escuchadas de la Streisand es The way we were, tema principal de la banda sonora de la película que filmó, nada menos que con Robert Redford, y que en España llevó por título: Tal como éramos.

El tema aparece, entre otros, en un LP mítico que se titula como este mismo artículo. Recuerdos parece que sería la traducción más ajustada. La película es una historia de amor imposible entre una luchadora y comprometida socialmente (Streisand) y un chico más individualista (Redford). Su vida les trae y les lleva, se atraen pero lo que son y la propia vida les separa. Cuando se encuentran años más tarde se dan cuenta de que les quedan los recuerdos de lo que fueron y, de lo que, en el fondo, siguen siendo.

Una buena amiga me contó ayer algo que me parece más que una anécdota en el mundo actual y que me ha recordado mis propios recuerdos de juventud. Me contaba que le había llegado, a través de una de las redes sociales que nos acosan, una foto de una playa española en los primeros setenta en la que, según el que la compartía, se veía una patria que se caracterizaba entonces por los cuerpos perfectos, sin obesidades, sentados en la playa directamente en la arena asumiendo con dignidad la realidad, sin blandenguerías como las hamacas actuales. Según el que compartía la imagen representaría la degeneración de la raza y de lo que fuimos.

Parece ser que alguno de los participantes en la red ya le contestó que la imagen no era de una playa española si no parece ser que brasileña y, de paso, le recordó, recuerdo que comparto, que en esos años abundaban las sillas y hamacas de playa, las tripas cerveceras, las mollas abundantes y muchas otras «blandenguerías» más.

Digamos que mi recuerdo de la Zaragoza de esa época, renovado gracias a las fotos que cuelga en la red social X una de mis amigas, me ha traído recuerdos de la vida y el mundo que nos representa tal como éramos. Son imágenes en blanco y negro. Incluso las de color son imágenes en blanco y negro. Los coches, las calles, los edificios...Todo.

Nací en el barrio de Las Fuentes y viví en el hasta pasados los 25 años. Adoro mi barrio de la infancia y sigo adorando mi barrio actualmente y, de vez en cuando, cuando quiero volver a vivir la felicidad infantil y juvenil, paseo por sus calles y sí, recuerdo, recuerdo y me recuerdo tal como éramos. Éramos buena gente, muy buena gente. Pero vivíamos en lo material muchísimo peor que ahora. Había calles sin asfaltar, ni un solo equipamiento sanitario público, un par de escasos colegios públicos, ni una sola zona verde, un urbanismo que nos condenaba a tener una sola entrada y salida del barrio, las dos por el mismo sitio. Un escasísimo transporte público. Una nula organización social más allá de la Iglesia católica y una incipiente asociación, entonces, de cabezas de familia (al menos legales).

Conviene recordar y hacer memoria reciente de dónde venimos para que no nos roben los recuerdos y nos den gato por liebre que parece ser el nuevo deporte nacional, nacional en más de un sentido, ya me entienden.

La democracia nos ha sentado maravillosamente bien, pero hay quien se empeña en empañar los recuerdos y las memorias, quien está intentando reescribir la historia para justificar futuros injustificables.

En aquella época, cuando nos pudimos quitar la caspa, por lo que sea, me salía el pelo rizado. Se llevaba el pelo rizado. Una de las escenas más significativas de Tal como éramos sucede así: Él le dice, sonriendo, «Estás estupenda, te has vuelto a dejar el pelo rizado» y ella le contesta, «Así es como lo llevo cuando puedo ser yo misma». Le propongo que volvamos a dejar que nos salga el rizo y nos olvidemos de los recuerdos que nunca tuvimos porque nunca fueron verdad.

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