Movilidad urbana

Zaragoza vigila con 80 cámaras el tráfico de las calles y avenidas con más circulación

El ayuntamiento ha invertido 770.000 euros en modernizar el centro de operaciones que controla durante las 24 horas la circulación

Analiza las circulación y las incidencias para mejorar su fluidez

Centro de Control de Tráfico de Zaragoza.

Centro de Control de Tráfico de Zaragoza. / EL PERIÓDICO

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Podría decirse que el Centro de Control de Tráfico de Zaragoza es un Gran Hermano a lo grande donde los agentes que conviven en un mismo espacio son coches, bicis, peatones y autobuses o cualquier elemento que circula por las calzadas. La capital aragonesa ha hecho una fuerte apuesta por la mejora del sistema de control y optimización de la circulación invirtiendo 770.000 euros en la adquisición de 80 cámaras de alta definición –zoom, rotación y con capacidad para discriminar a los distintos agentes– y un sistema informático que permite controlar los principales puntos de la red de circulación, de manera que el 100% de la malla básica ya está videovigilada. Es decir, las principales avenidas y calles que se encuentra en el interior del tercer cinturón, donde se concentra el tráfico.

El cerebro del centro de control está operativo las 24 horas del día. Su equipo no pierde ojo a una gigantesca multipantalla en la que se van alternativo (y eligiendo) los distintos puntos de la ciudad controlados, de manera que conocen el tráfico en tiempo real. «Desde aquí no se multa, aunque detectemos infracciones, nuestro cometido no es sancionar a los conductores», aclaran desde el centro de mando, cuya misión principal es analizar la fluidez del tráfico, detectar problemas y diseñar planes para que lo coches –y demás elementos– puedan circular de la manera más fluida posible, evitando siempre los atascos. 

Cae el tráfico un 15% en el centro

Cierto es que la capital aragonesa no sufre las retenciones propias de ciudades como Madrid o Barcelona, más ahora que se ha logrado reducir hasta un 15% el volumen de coches en el centro (un 3% en el conjunto de la ciudad) respecto a 2019. Quizá el paseo María Agustín, en su confluencia con la puerta del Carmen o la plaza Paraíso, es el punto donde se concentran los atascos provocados, más bien, por la prioridad semafórica otorgada al tranvía.

Pantallas del Centro de Control de Tráfico de Zaragoza.

Pantallas del Centro de Control de Tráfico de Zaragoza. / EL PERIÓDICO

Para evitar estos atascos, desde el centro de control llevan meses monitorizando el tráfico con la intención de generar nuevos planes que permitan agilizar el tránsito y el paso de los coches, en este y otros puntos. «Todavía estamos estudiando las zonas más conflictivas, las incidencias que se repiten y recabando datos para diseñar nuevos planes de circulación», informan desde el cerebro, que añaden que el análisis de datos permitirá prever situaciones y tener planes preparados para activarlos de inmediato. Básicamente, alterar los tiempos de los semáforos, según las necesidades. 

Del verde al rojo

Los ciclos semafóricos contribuyen a mejorar la circulación. Hay cuatro planes o ciclos de paso al día que, además, varían en función de si es un día laborable, festivo o fin de semana, ya que el volumen de desplazamientos cambia de forma considerable. 

Estos cuatro ciclos se adaptan a los distintos ritmos que se ha detectado que hay en la circulación zaragozana y que coinciden con las horas punta. «Se diseñan para mejorar el tráfico, pero en el orden de prioridades siempre está en primer lugar el peatón, después las bicis, seguido del transporte público y el vehículo privado», explican. 

Para diseñar los ciclos de paso rojo y verde o, lo que es lo mismo, el tiempo del que disponen los peatones y los coches para cruzar y circular, se parte de una premisa: se precisa de un segundo para recorrer medio metro, el tiempo que se estima que necesitaría una persona (no ágil o de avanzada edad) para cruzar una calle sin problemas. Depende, claro, de la anchura del paso de peatones, de manera que si esté es muy amplio se crean medianas o refugios peatonales en el centro, como sucede en la avenida Navarra. 

Hay dos ciclos de paso estándar, uno de 105 segundos entre semana y laborables, y otro de 90, para el resto de días. El tiempo de despeje, es decir, cuando el semáforo está en rojo tanto para el peatón como el conductor, siempre es de tres segundos. El mismo que se aplica en las intersecciones, donde siempre hay tres segundos en los que los coches –de un lado y otro– y sus peatones, tienen la luminaria de color rojo. 

Semáforos inteligentes

Unos semáforos que, por cierto, podría decirse que son inteligentes ya que en el momento en el que falla una bombilla envían un aviso a la central, que recibe el aviso. Si esta es de color rojo, automáticamente todas las luminarias pasarían al ámbar hasta que el servicio de mantenimiento arregle la incidencia. 

Volviendo a las 80 cámaras, es destacable mencionar que cumplen con la Ley de Protección de Datos y, siempre que apuntan a una vivienda, oficina o local, se oscurece la zona para preservar la intimidad. «Solo vemos la calzada y los vehículos», recalcan desde el cerebro. Más allá de controlar que no hay alteraciones, se dedican a analizar datos, aforos, velocidades y a planificar nuevos modelos de circulación. Por un lado, para casos concretos, como las obras que se acometen en la ciudad y que alteran al tráfico. «Estudiamos el punto concreto y generamos simulaciones y nuevos protocolos que pueden funcionar o no, por lo que es habitual que se adecuen según el comportamiento de los conductores», señalan. Los últimos modelos y más laboriosos se han realizado para reordenar el tráfico en las avenidas Navarra, Cataluña o Tenor Fleta. 

También hay proyectos más ambiciosos en los que están trabajando, como la creación de protocolos de actuación en actos o eventos que se repiten en el tiempo, como las fiestas del Pilar, los partidos en La Romareda o en el Príncipe Felipe.

Una herramienta para la Policía

Aunque su cometido principal pasa por la vigilancia y mejora de la planificación del tráfico en la capital, las cámaras que hay ubicadas en las principales arterias y calles de Zaragoza también sirven de gran ayuda a la Policía Local que, previa solicitud, hace uso de las imágenes para esclarecer las causas de algún accidente o, incluso, de algún suceso. 

No son las únicas a las que recurre la Policía. De gran ayuda resultan las que están instaladas en El Gancho, los alrededores de Doctor Cerrada o el barrio Oliver, que han permitido esclarecer 142 delitos gracias a su visionado.

Es importante destaca que estás cámaras cumplen con la ley de protección de datos y, por ello, nunca graban ni imágenes ni sonidos en sitios privados.