Opinión | El trasluz

Desgaste neuronal

Desgaste neuronal.

Desgaste neuronal. / Huyhn Dat

   -Me voy a casa a ver la tele -dice, al finalizar nuestro paseo, un vecino con el que he salido a caminar.

    ¿Qué significa “ver la tele”?, me pregunto. En eso, me acuerdo de que tengo que telefonear a un amigo para resolver un asunto privado. Descuelga enseguida.

     -¿Qué haces? -le pregunto por comenzar de algún modo la conversación.

    -Nada, ver la tele -responde.

    “Nada, ver la tele”. Si hubiera estado haciendo una paella, me habría dicho que estaba haciendo una paella. Y si arreglando la bisagra de un armario de la cocina, lo mismo: que estaba arreglando la bisagra de un armario de la cocina. Pero como estaba viendo la tele, ha respondido que “nada, ver la tele”.

    Me pregunto de nuevo por el sentido del sintagma “ver la tele” y me respondo que lo que quiere decir es “ver lo que me echen”.

    Ver lo que me echen.

     Llego a casa sudado y me doy una ducha. Luego me dispongo a escribir unas líneas, pero no me salen las ideas, de modo que abandono la escritura y cojo un libro que no me acaba de atrapar. Lo tenía pendiente desde hacía algún tiempo y deseaba que me gustara, pero desisto de su lectura a la tercera página. Son ya las ocho de la tarde y he madrugado mucho. Estoy cansado, en fin, pero no son horas de meterse en la cama sin sentirse culpable. Así que enciendo la tele. Entonces llama uno de mis hijos.

    -¿Qué haces?

     Estoy a punto de mentirle. Si me hubiera metido en la cama, desde luego, le habría mentido para que no se preocupara. Le confieso, pues, que estoy viendo la tele y eso parece tranquilizarle. Tras despedirnos, pienso que debería haberle alarmado, mucho más que si me hubiera sorprendido en la cama, porque estoy viendo lo que me echan. Escoja el canal que escoja, lo que veo es lo que me echan. Siento, además, que me lo echan como a un perro se le echa un hueso. Aquí estoy, en fin, royendo un hueso que además es de plástico. En todos los canales ponen huesos de plástico. A esta hora, media humanidad está haciendo lo mismo que yo, con el desgaste neuronal que supone.