Las nuevas oportunidades en las regiones despobladas

Aragón y sus renovables anticipan un cambio en el mapa industrial español

Los viejos líderes fabriles como Barcelona o Valencia pueden perder su influencia frente a las ‘nuevas’ regiones productoras de electricidad ‘verde’ si descuidan sus políticas industriales y energéticas 

Un aerogenerador en La Muela.

Un aerogenerador en La Muela. / Ángel de Castro

Sara Ledo / M. C. L.

Igual que los grandes centros industriales tradicionales como Barcelona, Bilbao, Valencia o Asturias surgieron al calor de la ubicación de materias primas como el carbón o el petróleo y donde había un puerto; el auge de las renovables amaga con generar el mismo proceso en torno a la España despoblada, donde se encuentran la gran mayoría de los paneles solares y aerogeneradores que hay en el país con Aragón a la vanguardia. Se anticipa, así, un cambio en el mapa industrial que podrá derivar en un reparto más equilibrado de la riqueza o en un intercambio de influencias.

«Es evidente que hay un nuevo escenario energético y al mismo tiempo se está produciendo una revolución tecnológica y digital y una transformación en torno a la sostenibilidad. Siempre que esto ocurre hay un nuevo reparto de cartas. Y en este caso España tiene una oportunidad objetiva de desarrollo industrial como nunca antes», afirma el director general de la Escuela de Organización Industrial (EOI), José Bayón. A esto se suma la importancia creciente en occidente por la autonomía estratégica que lleva a una reindustrialización urgente de sectores como los datos, la inteligencia artificial, los semiconductores o las baterías eléctricas.

Los anuncios han empezado avalados por la ampliación de la inversión de Amazon en Aragón, que en mayo prometió una inversión de 15.700 millones de euros en centros de datos en la comunidad (en los municipios de Huesca, Villanueva de Gállego, El Burgo de Ebro y Zaragoza), a la que se suma la inversión de casi 7.000 millones de euros de Microsoft. Por atar queda (si el Ministerio de Industria otorga una ayuda suficiente, Carlos Tavares dixit) la gigafactoría de baterías para coches eléctricos de Stellantis (unos 3.000 millones de inversión), para la que una filial del grupo chino CATL, aliado con la multinacional del automóvil, ha suscrito un acuerdo con la promotora aragonesa de energía verde Forestalia por valor de mil millones de euros que se convertirá en el mayor sistema de autoconsumo industrial de España. Lo mismo ocurre con Envision en Navalmoral de la Mata (Cáceres), la fábrica de diamantes en Trujillo (Cáceres) o la macroinversión de Meta en Talavera de la Reina (Toledo).

Todos los casos coinciden en ubicarse en dos de las cinco comunidades –Aragón, Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Galicia– que acumulan el 68% de la producción renovable de todo el país (134.604 GWh), tras multiplicar por cuatro su potencia instalada de energía limpia en los últimos veinte años.

«Todas aquellas empresas que sean intensivas en el consumo de energía tienen que fijarse en Aragón», dijo entonces el presidente Jorge Azcón en una suerte de aviso a navegantes sobre las intenciones de la comunidad para capitalizar los 7,9 gigavatios (GW) de energías renovables instaladas en la región, un volumen que se verá incrementado en 10,8 GW más cuando entren en servicio todos los proyectos que hoy están en tramitación, que sumarán 19 GW. Para ponerlo en perspectiva, las cinco centrales nucleares que hay activas hoy en España suman una potencia conjunta de 7,3 gigavatios.

Consumo en el territorio

Y sobre todo, la clave es que algo está cambiando en la gestión de la energía que se produce en tierras como las aragonesas. Las regiones más ricas, como Cataluña, el País Vasco o la Comunidad Valenciana, siempre han consumido muchas más energía de la que producen precisamente por ese crecimiento al albur de la industria. Sin embargo, las nuevas industrias que se están localizando fomentan un consumo local de esa producción y frena la exportación de energía a las regiones más ricas.

Prueba de ello es que los grandes inversores han registrado peticiones a Red Eléctrica con un consumo de más de 4.300 megavatios (los centros de datos que promueven Amazon, Microsoft o Blackstone en Calatorao o la gigafactoría de Figueruelas), de los que más de 1.350 se han solicitado solo entre junio y julio de este año.

Aún así, la mayoría de expertos creen que «las comunidades que hayan arrastrado los pies se verán también beneficiadas de ese proceso» de reindustrialización al calor de la energía limpia, según defiende el director de Transición Ecológica de la consultora BeBartlet, Alejandro Labanda. También hay quien advierte de que «los viejos líderes no pueden dormirse en los laureles o serán superados por otras regiones con políticas industriales y energéticas competitivas y eficientes», dice el titular del departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade, Xavier Ferràs.

La decisión de abrir una nueva industria en una localización u otra depende de varios factores. Para la industria digital, el coste de la energía es uno de los más importantes. A priori, la concentración renovable en determinadas regiones favorece a todo el país porque rebaja el precio de la luz para todos los consumidores. Pero también hace que haya autonomías que pueden resultar más interesantes que otras al permitir aprovechar el autoconsumo para abaratar su factura de la luz, explica el socio responsable de sectores regulados y análisis económico en EY Consulting, Antonio Hernández.

Autoconsumo interno

«Un PPA físico (contratos de compraventa de energía) permite a una empresa asegurar precios de energía más estables y predecibles a largo plazo, y aunque las industrias también puedan firmar este tipo de contratos virtuales con una comercializadora, el hecho de estar localizados en la misma zona donde está el parque generador permite en diversos casos aprovechar el autoconsumo por línea interna, lo cual favorece la descarbonización y la reducción de costes», explica Hernández.

Los centros de datos buscan «energía renovable abundante y barata», según explica el director ejecutivo de la asociación de centros de datos Spain Dc, Manolo Giménez. Pero la segunda de las cuestiones se puede tropezar con una red eléctrica insuficiente, como ocurre en Madrid, donde «empieza» a no haber conexiones suficientes, según Giménez. Otra cuestión fundamental es la apuesta de las comunidades por agilizar la tramitación administrativa, que fue lo que decantó la balanza de multinancionales como Amazon y Microsoft por Aragón, junto a la disponibilidad de territorio y la abundancia de energía renovable. 

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