Los planes de BonÁrea impulsan la construcción de la variante de Épila

Esta circunvalación, excluida del plan de carreteras, entra en el presupuesto de 2024 para abrirla en 2027

Ha crecido un 17% el tráfico en la travesía en 2 años, con 3.933 vehículos de media al día y 350 camiones

Los vecinos de Épila alertan de las malas prácticas de muchos conductores

Los vecinos de Épila alertan de las malas prácticas de muchos conductores / Asociación de Vecinos de Épila

D. L. G. / M. C. L.

Los planes de crecimiento del macrocomplejo agroalimentario de BonÁrea en Épila han acabado obligando al nuevo Gobierno de Aragón a atender una demanda histórica del municipio: la construcción de una variante al oeste del municipio. Tras 15 años de espera, la circunvalación pasa a ser urgente acometerla para que esté terminada en esta legislatura. Ese es el objetivo de la DGA para ternerla en 2027, fecha en la que debería estar funcionando la variante oeste de la localidad, un vial que apremia por el volumen de tráfico que está previsto que se genere cuando la planta de Guissona esté funcionando al 100%. De momento la compañía lleva ejecutada la mitad de la inversión prevista, unos 200 millones de los 400 anunciados, pero en tres años tendrá finiquitadas todas las instalaciones anunciadas y las infraestructuras viarias no están preparadas para absorber un volumen de tráfico que se va a multiplicar.

De momento, lo imprescindible era que el presupuesto de Aragón destinara una cuantía para empezar la tramitación y eso es lo que ha hecho el consejero de Hacienda, Roberto Bermúdez de Castro, en el proyecto de ley presentado esta semana. La cuantía solo asciende a 42.911,60 euros pero significa, tal y como confirmaron fuentes oficiales del Departamento de Fomento, Vivienda, Movilidad y Logística, que «se empezará el estudio informativo a lo largo del año que viene».

Esta era la primera piedra obligada de un vial que se ubicará al oeste de la localidad y que conectará la A-122 con la A-1305. El objetivo es derivar un volumen de vehículos que se ha incrementado de forma notable en los últimos años, ya con la puesta en marcha de la plataforma agroalimentaria pero no solo por ella. De hecho, en solo dos años ha aumentado un 17% y eso se deja notar en una zona de la localidad donde se localizan, por ejemplo, el campo de fútbol o el entorno de la Azucarera. Justo donde más quejas suscita este efecto tan notorio.

La intensidad media diaria de vehículos en esta travesía era de 3.355 vehículos en total, un promedio en el que 319 de ellos eran camiones. Ese dato, dos años después, en 2022, ya era de 3.933 vehículos al día, del que el 8,8%, 350 en total, correspondía al tráfico pesado. ¿Qué ha pasado con ello? Pues que las molestias para los vecinos aumentan, pues cruzar este vial que carece de semáforos en todo su trazado por la localidad, ahora es un poco más arriesgado y complicado. Y sobre todo, según destacaron a este diario desde la Asociación de Vecinos de Épila, que «han aumentado los malos hábitos por parte de algunos conductores, que se lanzan a adelantar a estos camiones incluso teniendo una línea continua para evitar los accidentes».

Quizá ese era el principal temor en Épila, que ronda ahora los 4.500 habitantes: exponerse a un incremento del tráfico por el interior del casco urbano, en un eje como la A-122 que conecta la localidad con Figueruelas y la A-68, y por la que acceden muchos vehículos y camiones, más si cabe tras el desembarco de BonÁrea.

La plataforma agroalimentaria de Bonarea, en Épila

La plataforma agroalimentaria de Bonarea, en Épila / Asociación de Vecinos de Épila

Para el alcalde de Épila, Jesús Bazán, incluir la variante en el presupuesto de Aragón es «una gran noticia» ya que «por algo se empieza» aunque solo sea para dedicar ese dinero a un estudio informativo. Será la primera piedra para analizar las alternativas de trazado, al menos tres según explicó la DGA a este diario, y luego hacer la valoración económica, someterlo a información pública y atender las posibles alegaciones para, a continuación, licitar las obras. Estas no comenzarían hasta 2025 o 2026 pero se trabaja con el objetivo de «estrenarla en esta legislatura, en 2027». «Cada vez es más urgente la variante», explicó el alcalde, para quien «ahora ya sería necesaria» y recordando que hace 15 años que se viene demandando este vial. Pero ahora la situación es otra, y en el futuro «se está hablando de mover más de 1.000 camiones al día además de todos los trabajadores que atraerá la plataforma de BonÁrea».

Aunque Épila ya tiene en su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) una línea trazada para esta circunvalación, al oeste de la localidad, y que tiene como principales dificultades «ocupar una zona de huerta y, sobre todo, sortear el río» Jalón. «Creemos que ese trazado es el mejor pero si hay otros se pueden estudiar. Lo que está claro es que otros municipios de la zona como Calatorao o Lumpiaque ya tienen esa circunvalación y a Épila ya le toca. Y con los planes de BonÁrea aún más», aseguró.

Sin embargo, Épila dista mucho de estar preparada para absorber todo lo que está por venir. Por ejemplo en materia de vivienda. El municipio se ha lanzado a «buscar suelos públicos y privados disponibles para impulsar la construcción de más pisos, porque con la DGA aún no hay ningún plan previsto», y el 2027 está a la vuelta de la esquina. En su caso, Bazán cree que va hacer falta «bastantes viviendas» porque «si en Guissona llegaron a triplicar la población y ahora son más de 7.000 habitantes, aquí igual no aumenta tanto pero si somos 4.500 vecinos seguro que se incrementan en más de 2.000». Por eso estiman que serán necesarias «entre 500 y 800 viviendas más», auguró.