Objetivo: neutros en carbono para 2050

El riesgo que representa el cambio climático para los ecosistemas y para todas las personas involucra a todos los actores sociales: gobierno, empresas y ciudadanos. Todos, incluidos los bancos, jugamos un papel clave y debemos sumar esfuerzos para adoptar prácticas más sostenibles y contrarrestarlo. De hecho, cada vez más consumidores reclaman bancos que sean responsables con sus ahorros y, al mismo tiempo, respeten el entorno social y medioambiental en el que operan.

Pero, ¿cuántas cosas puede hacer un banco para ayudar a preservar el medio ambiente? Sin duda, muchísimas. Casi incontables. En Banco Santander llevan muchos años convencidos de que el cuidado del entorno no es una tarea puntual, sino parte de su responsabilidad con la sociedad y las generaciones actuales y futuras. Por ello la entidad, dentro de su Plan de Eficiencia Energética y Sostenibilidad 2022-2025, cuenta más de 100 medidas pensadas e implementadas para disminuir el impacto ambiental de su propia actividad a través de la reducción o la compensación de las emisiones de CO2, la reducción y gestión de los residuos de forma responsable y la sensibilización de sus empleados sobre los problemas medioambientales. Y, por supuesto, con el objetivo último de alcanzar las cero emisiones netas de carbono para 2050.

Reducir y compensar la huella medioambiental

Algunas de estas medidas pasan por la instalación de paneles solares en los edificios del Santander para favorecer el autoconsumo - actualmente ya hay instalados 8,8 MW en 3 países (Chile, Brasil y España) y nuevos proyectos en curso a lo largo de este año-; la compra de electricidad renovable, que en estos momentos alcanza ya el 97% del total – adquirida o autoproducida-, muy cerca del objetivo del 100% para 2025, que ya se ha alcanzado en Alemania, Brasil, España, México, Portugal, Chile y Reino Unido; y la implementación de nuevas tecnologías para reducir, en lo posible, el consumo de papel y sus residuos derivados en todos sus procesos. A esto también se suman las campañas de concienciación para trabajadores sobre la importancia de reducir el consumo y los residuos.

La compañía también es una empresa libre de plásticos de un solo uso en sus oficinas y edificios de los mercados clave desde 2021. De hecho, la Ciudad Grupo Santander, en Boadilla del Monte (Madrid) y los edificios de servicios centrales de Santander España, cuentan ya con la prestigiosa certificación Zero Waste.

Santander también apuesta por las plazas para vehículos eléctricos e híbridos enchufables en sus edificios, sin coste de electricidad para los empleados. Actualmente ya cuenta con más de 1.700 plazas instaladas en los principales países del Grupo, una cifra muy por encima de las 1.250 que se tenían como objetivo en el plan a 2025.

Gracias a estas iniciativas de eficiencia y sostenibilidad, que empezaron a dar sus primeros pasos 2011, el banco ha podido reducir el consumo de electricidad en un 38%, las emisiones de CO2 en un 69% y el consumo de papel en un 83%. Las cifras son alentadoras y con su plan actualizado el Santander quiere seguir trabajando en esta dirección para, de cara a 2025 y en comparación con 2019, reducir el consumo de energía en un 18% y las emisiones operativas en un 68%.

La compensación de aquellas emisiones que Santander no puede reducir se realiza a través de proyectos certificados por los estándares más reconocidos del mercado y se seleccionan siguiendo un proceso estricto que cumple todas las políticas medioambientales de la entidad. Unas iniciativas que se siguen muy de cerca y que permite al Santander evolucionar y adaptar su estrategia de compensación a las mejores prácticas.

Proyecto Bosques Santander

Según Naciones Unidas, la desertificación avanza año a año. Para hacer frente a este fenómeno, proteger la diversidad y compensar sus emisiones de CO2, Banco Santander participa en España en uno de los mayores proyectos de reforestación lanzados hasta la fecha: Motor Verde, impulsado por la Fundación Repsol junto a Grupo Sylvestris.

El primer bosque Santander se encuentra en la localidad cacereña de Caminomorisco y, el segundo, en el municipio de Torga, en Asturias. En total, la entidad contribuirá con 275.000 árboles a la reforestación de tres bosques Santander, que compensarán la emisión de 82.000 toneladas de CO2. Además del importante impacto medioambiental, esta iniciativa también genera un beneficio social con la creación de empleo, y económico, al fortalecer el tejido empresarial local y dinamizar la economía en el entorno rural.