Real Zaragoza

Una superpoblación inevitable para Víctor Fernández

A pocos días del inicio de la pretemporada, el mercado del Real Zaragoza sigue, oficialmente, estancado y la falta de salidas hace que alrededor de una treintena de futbolistas se vayan a poner a las órdenes del técnico el próximo lunes

Víctor Fernández, con el rostro serio en una imagen de la pasada temporada

Víctor Fernández, con el rostro serio en una imagen de la pasada temporada / Miguel Ángel Gracia

Arturo Pola

Arturo Pola

Pasan los días y nada parece cambiar en el Real Zaragoza, al menos de puertas para afuera. La directiva, con infinidad de frentes abiertos, no consigue avanzar en sus propósitos en un mercado que apunta a ser lento y largo. Tras los tempranos anuncios de las llegadas de Joan Femenías y Mario Soberón, el club ha quedado instalado en una especie de calma tensa y en una falta de operaciones que, además de tener en vilo a sus aficionados, va a provocar una superpoblación en el vestuario zaragocista a la vuelta de las vacaciones veraniegas.

Tres días faltan para que comiencen la pretemporada el equipo, tiempo más que suficiente para que el Zaragoza confirme alguna novedad en su plantilla, pero, si nada cambia, el número de jugadores que deben presentarse el lunes en la Ciudad Deportiva para ponerse a las órdenes de Víctor Fernández se va a acercar a la treintena cuando se anuncien las llegadas ya atadas de Tasende y de Gori García, a los que habrá que sumar a los canteranos que realicen el trabajo veraniego con el primer equipo.

Una circunstancia que seguro que no agrada lo más mínimo al entrenador zaragocista, que, a lo largo de su carrera, se ha caracterizado por preferir plantillas cortas y grupos de trabajo más reducidos. Además, Víctor Fernández tiene claro los nombres de los futbolistas con los que no cuenta y preferiría que no regresaran a la capital aragonesa, algo que, tal y como está el mercado, va a ser inevitable.

Puerta de salida

Porque el atasco en la ‘operación salida’ se está convirtiendo en un clásico de los veranos zaragocistas, aunque, ciertamente y para no ser injustos, pocos equipos de Segunda División se salvan de la lentitud a la hora de confeccionar sus plantillas. Los primeros en la rampa de salida son los jugadores que regresan al equipo tras sus respectivas cesiones. Tras la confirmación oficial de que Luis Carbonell continuará en el Ejea un año más, el Zaragoza busca acomodo lejos de la capital aragonesa a Sabin Merino, Guillem Naranjo, Baselga, Bermejo y Luna. Más complicado será dar salidas a otros futbolistas. El fracaso del proyecto que inició Juan Carlos Cordero el pasado verano, ideado para más de un curso, ha dejado importantes secuelas en forma de años de contrato para jugadores que no cuentan para Víctor Fernández.

Ya sea mediante cesión o rescisión, lo cierto es que el club, de una manera u otra, deberá dar salida a alrededor de quince jugadores que permitan realizar al técnico zaragocista todos los cambios que Víctor planea en su cabeza. Una remodelación, a la que el club se comprometió con el entrenador cuando se decidió su continuidad en el banquillo para este curso, que se está retrasando más de lo deseado por Fernández.

A pesar de que para entrar hay que dejar salir, los problemas que está teniendo el Real Zaragoza a la hora de encontrar destino a sus múltiples descartes no hacen que Juan Carlos Cordero y su equipo de trabajo pierdan de vista, ni mucho menos, los objetos de deseo del club para la próxima campaña.

Primeras opciones

Eso sí, el perfil de futbolistas que están buscando desde la secretaría técnica zaragocista parece garantizar un mercado largo por la complejidad de las operaciones que debe afrontar el club. Muchos de los futbolistas contactados por el Zaragoza tienen algún pretendiente en Primera División y la disputa de la Eurocopa también tiene paralizado el mercado en la élite del fútbol español, estrechamente ligado con el de la categoría de plata por razones obvias.

Por ello, la paciencia volverá a ser más que necesaria para que la plantilla definitiva del Real Zaragoza comience a coger forma. Lo que es seguro es que el grupo de futbolistas que se encontrará Víctor Fernández el próximo lunes en las instalaciones de la Ciudad Deportiva tendrá poco que ver con el que lidere a partir del 1 de septiembre. Por delante, casi dos meses de negociaciones que deberán fructificar en más de una veintena de operaciones para que el entrenador zaragocista deje atrás la superpoblación con la que se va a encontrar en la vuelta al trabajo y, sobre todo, para definir un grupo con el que el equipo empiece el nuevo curso con las máximas garantías.