La opinión de Sergio Pérez

El Real Zaragoza de Víctor Fernández, de Ander Herrera y de la fuerza de la juventud

Con la Liga ya finiquitada tras el empate ante el Albacete, el Real Zaragoza se va a adentrar de lleno en la construcción del futuro. De cabeza de cartel estará Víctor Fernández. La trama sobre el regreso de Ander Herrera se resolverá pronto. Sería un gran fichaje en diferentes esferas: futbolística, anímica, de impacto social y de liderazgo. Para el próximo proyecto, la SAD debería apostar por la juventud, la energía, la fuerza y la plenitud física. Por jugadores camino de sus máximos y no de vuelta hacia sus mínimos.

Víctor Fernández, en el banquillo de La Romareda ante el Albacete con David Navarro a la izquierda de la imagen.

Víctor Fernández, en el banquillo de La Romareda ante el Albacete con David Navarro a la izquierda de la imagen. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Tan rápido como se cierran las carpetas donde se guardan las decepciones futbolísticas de una temporada, o de once consecutivas en el caso que nos ocupa, se abren otras en las que cualquier aficionado medio espera ir amontonando con el paso de los días los nuevos retos y las ilusiones que, con toda seguridad, volverán a generarse con la gestación del próximo proyecto a lo largo del verano.

Para el último partido de Liga, el Real Zaragoza se afanó en poner el foco informativo y emocional en la despedida del Gol Sur, grada que desaparecerá en un par de meses y que ya no estará para el regreso de la competición. El objetivo de la iniciativa, muy cuidada, plausible y directa al corazón del zaragocismo, fue doble: rendir justo culto a esa querida zona de La Romareda antes de su derribo y difuminar detrás de todos los homenajes la pésima temporada deportiva del equipo, la segunda seguida con la actual propiedad.

El Real Zaragoza cerró el año con un empate ante el Albacete y, ya mismo, dará el pistoletazo de salida a la creación del equipo que en la campaña 24-25 volverá a tener el ascenso como único objetivo. De cabeza de cartel seguirá Víctor Fernández, un reclamo perfecto para creer que lo que ha sido imposible puede ser posible, superado ya aquel borrón que el propio técnico dejó en la vuelta al fútbol tras la pandemia en 2020.

El aragonés debe ser el líder del nuevo Zaragoza, el guía, la imagen y el portavoz ideal. Para que la maquinaria funcione correctamente, la SAD tendrá que ser capaz de encajar todas las piezas, crear un ecosistema adecuado en su estructura y apostar por un modo de trabajar que sume conocimientos y fuerzas de los actores protagonistas: dirección general, director deportivo y entrenador. Si lo hace, si la sintonía fluye en la dirección adecuada, la potencia del club se multiplicará.

La plantilla sufrirá una gran remodelación. Como ya sucedió en anteriores ocasiones a lo largo de esta etapa en Segunda, con los regresos de Zapater y Cani o con el fichaje de Kagawa, otro golpe de efecto de ese calibre ayudaría a empezar a girar las emociones y a cambiar la dirección de los vientos del clima social a toda velocidad. Ander Herrera será el primer protagonista del verano. Su conexión con Fernández es absoluta. Viene de participar en 27 encuentros con el Athletic y, con los 35 años que hará en agosto, aún debería tener mucho fútbol en sus botas. Capacidad para liderar le sobraría e identificación con la causa, también. La resolución de esta trama no tardará. Sería el primer sueño colectivo cumplido.

Más allá de la figura de Herrera, el Real Zaragoza tiene obligatoriamente que haber aprendido una lección. A Primera División se puede subir con todo tipo de configuraciones de plantilla, también con grupos muy veteranos, pero por lo que sea esa propuesta no funciona bien en esta plaza y ese tipo de piezas no han solido formar un buen puzzle. Con alguna excepción, lo que tiende a ocurrir es que muchos jugadores mayores lo parecen todavía más y algunos aún no muy viejos envejecen prematuramente.

La SAD debería apostar por tejer una red de seguridad con varios futbolistas hechos pero sostener el grueso del equipo sobre un amplio conglomerado de jóvenes, con energía, fuerza y hambre, con todo por hacer en el negocio, más que con todo hecho o casi hecho. Fichajes que, además de calidad técnica, estén en plenitud física, potentes, con piernas y velocidad, de ejecución o de movimiento. Y, por supuesto, carácter para soportar las exigencias de la ciudad.

Echando un vistazo a cómo han sido las plantillas del Real Zaragoza que en estos once años han estado en disposición de ascender, el denominador que ha acercado al éxito es común. Hacen falta otros Luis Suárez, Borja Iglesias, Javi Puado, Borja Bastón, Willian José, Vallejo o Guti. Futbolistas camino de sus máximos y no de retirada o cayendo hacia sus mínimos.