Opinión | APUNTES AL MARGEN

Seguro tonto, tonto seguro

La pasada semana escuchamos la ocurrencia del Ayuntamiento de Zaragoza de exigir un seguro obligatorio para las bicicletas en la ciudad. Digo ocurrencia, no porque sea una idea absurda que no se da en ninguna ciudad de Europa (y posiblemente del mundo). Tampoco pienso que sea una ocurrencia porque asegurar una bici que no está identificada es imposible (habría que asegurar al conductor ya que la bici no tiene matrícula). No es una ocurrencia porque hubiera que señalizar todas las entradas a la ciudad indicando esta norma única en el mundo. Tampoco es una ocurrencia porque los ciclistas que realizan el Camino de Santiago catalán, tuvieran que empujar la bicicleta a su paso por la ciudad del Ebro, so pena de ser multados. Tampoco porque sea para bicicletas y no para zancos, para patines en línea, para barcas hinchables, o para zapatos de plataforma. Todo esto podrían ser pequeñeces subsanables para mentes avanzadas que ven mucho más allá. La razón por la que afirmo que es una ocurrencia es porque es ilegal. La ley de tráfico dice expresamente «quedan excluidas de la competencia sancionadora municipal las infracciones relativas al seguro». Además, según la Ley de Bases de Régimen Local es más que dudoso que un ayuntamiento tenga la competencia, no ya de sancionar, que no la tiene ni siquiera para los coches que circulan sin seguro, como hemos visto; sino de establecer un seguro obligatorio por desplazarse legalmente. Vamos, que lo del seguro para bicicletas es una idea tonta porque es irrealizable por ser ilegal. No obstante, pienso que la concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza ha hecho una jugada política muy inteligente. El PP necesita de la derecha cavernícola de Vox para gobernar el ayuntamiento y Vox siempre exige peajes: violencia doméstica, leyes de concordia, suprimir carriles bici, busto de Abderramán, etc. En este caso lo que seguramente ha ocurrido es que un concejal de Vox no paraba de gritar con voz de Godzilla: ¡Seguro para bicicletas! Mientras tanto, los sufridos técnicos le decían: que no se puede, que es ilegal. En algún momento del delirio se le encendió la bombilla a la concejal del PP que pensó: como no tienen muchas luces (eso es lo que piensan los del PP de los de Vox), yo le digo que sí al seguro de bicicletas y ya lo cambiaremos cuando se líe o cuando lo tire un juez y entretanto los de Vox me apoyan la ordenanza. No hay duda: detrás de un seguro tonto, hay un tonto seguro.

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