Gobernabilidad

Junts alcanza un principio de acuerdo con el PSOE para la Mesa del Congreso

El secretario general del partido ha advertido a su dirección que antes de las 10h de la mañana se han de llevar a cabo algunas comprobaciones para dar por sentada definitivamente la decisión

Carles Puigdemont.

Carles Puigdemont.

Fidel Masreal

El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, ha anunciado a la ejecutiva de su partido un principio de acuerdo, a la espera de cerrar algunos flecos, con el PSOE para una mayoría progresista en la Mesa del Congreso, presidida por la socialsita Francina Armengol. El anuncio, según avanza EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, tiene que ver con varios compromisos: el uso normalizado del catalán en el Congreso, la reactivación de una comisión de investigación sobre las llamadsa "cloacas del Estado" y una investigación sobre los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils.

Turull ha advertido a su dirección que antes de las 10h de la mañana se han de llevar a cabo algunas comprobaciones para dar por sentada definitivamente la decisión. Una decisión de la ejecutiva de Junts viene precedida de un silencio absoluto, decretado por el secretario general, Jordi Turull, que ha exigido incluso no hacer ningún tuit sobre la posición de Junts, decisiva matemáticamente tanto para que se constituya una mayoría de izquierdas en el Congreso como para que Sánchez pueda superar una eventual sesión de investidura para repetir como presidente del Gobierno. Turull ha indicado a los suyos en días precedentes que "todo está por hacer y todo es posible".

Pero todos los escasos políticos que Puigdemont y otros cargos de Junts han hecho públicos han servido para subrayar, también en privado, que exigirán cuestiones de máximos, como la amnistía para los aproximadamente 4.000 procesados por causas relacionadas con el referéndum del 1-O y el ejercicio del derecho de autodeterminación. Junts ha marcado distancias con su gran rival soberanista, ERC, y ha asegurado que las condiciones van a ser de máximos y no se van a limitar a un incremento de competencias o cuestiones simbólicas como el uso de las lenguas cooficiales en las Cortes. "No he ido a la cárcel por Cercanías y la financiación", ha espetado Turull en alguna ocasión, para subrayar que su apuesta exigente respecto al Estado no se limita a reclamaciones de autogobierno sectoriales, solamente.

La negociación se ha llevado en secreto por diversos motivos. En primer lugar, para mantener centralizada en Puigdemont la estrategia y evitar mensajes disonantes en un partido con distintas sensibilidades, que incluyen a un sector pragmático y pactista mucho más predispuesto que el 'expresident' a facilitar la investidura del PSOE a cambio de avances en el autogobierno. También se ha guardado silencio para dominar los ritmos y generar cierto nerviosismo en los interlocutores. Y en último término, el cierre de filas también tenía como objetivo desmarcarse de ERC, que sí ha explicitado sus condiciones y ha ofrecido diversas comparecencias públicas para abordar la cuestión.

Puigdemont advirtió de entrada, además, que no aceptaría presiones de ningún tipo y subrayó su situación y las afectaciones políticas y personales que ha tenido en los últimos años. Fue otra manera de poner distancia respecto a los interlocutores y destacar lo que para el 'expresident' y su entorno es lo más importante: marcar distancias respecto a ERC ofreciéndose como el partido (o movimiento) que más coherente se mantiene respecto al objetivo de la independencia y en relación al 1-O y la estrategia de la confrontación dictada por Puigdemont.

Ni Armengol ni "cheques en blanco"

Tampoco la propuesta de Francina Armengol por parte del PSOE para presidir el Congreso -una figura con un perfil federalista, defensor del catalán y bien conectada con el nacionalismo- hizo mover ni una ceja a Junts. Turull pidió en un mensaje interno, explícitamente, que nadie de la dirección se pronunciase sobre Armengol.

Además, Junts ha asegurado que el argumento de que la falta de pacto progresista podría favorecer un futuro Gobierno del PP y Vox no les afecta ni incumbe. Puigdemont, una vez más, ha puesto voz a esta actitud de indiferencia sobre PP o PSOE en un mensaje en que avanzó que no extendería "cheques en blanco" al PSOE.

En todo caso, las fuentes de Junts consultadas en estas semanas han subrayado que la decisión de este jueves no presupone nada de forma definitiva respecto a la negociación de la investidura de Sánchez. Insisten en que su voto en la sesión de este jueves no se determinaba por el hecho de que el PSOE les concediera grupo parlamentario propio (también a ERC) a pesar de no reunir los requisitos legales necesarios. Tampoco se sentían presionados por referencias al uso del catalán. La apuesta, decían, era de máximos y requería compromisos "comprobables", según la terminología de Puigdemont.