SUCESOS EN ARAGÓN

El cuidador de un dependiente en Zaragoza se juega la cárcel al fingir abusos sexuales

Un joven se enfrenta a cinco años de prisión por una denuncia falsa tras acusar a una persona con discapacidad de tocarle los genitales

La causa la dirige el Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza.

La causa la dirige el Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Un zaragozano con un grado de discapacidad del 75% al sufrir varios problemas de salud –obesidad mórbida, diabetes y la intervención de un cáncer de colon, entre otras patologías– llegó a enfrentarse a una pena de tres años de cárcel como autor de un delito de abuso sexual porque su cuidador –J. C. V. (España, 2001)– le acusó de tocarle los genitales y de incluso obligarle a masturbarle. Pero el Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza le absolvió de todo ello por las «importantes y numerosas contradicciones» en las que incurrió el denunciante hasta el punto de que este último se juega ahora cinco años de cárcel como presunto autor de un primer delito de denuncia falsa y un segundo delito de falso testimonio.

Esta es la pena que solicita la acusación particular a cargo Alejandro Aldea Castiella –titular de Aldea Abogados– después de que el juez titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza acordara el pasado mes de marzo la continuación del procedimiento tras la interposición de la querella. También pide el pago de una indemnización de 50.000 euros en concepto de responsabilidad civil por los daños morales ocasionados.

La acusación del denunciante se fundamenta en las diez contradicciones que la jueza hizo constar en la redacción de la sentencia para argumentar la absolución del acusado. A ello alude el escrito de acusación para sostener que el joven de 23 años «faltó a la verdad de forma manifiesta» a lo largo del procedimiento desde que incoara la denuncia el 14 de marzo de 2018. Diez días antes, se había puesto en contacto con él al ofrecer sus servicios como cuidador a través de Milanuncios.

Son diez contradicciones que, además, se complementan con la prueba médico forense. El cuidador declaró que tuvo que masturbarle, aunque un perito señaló que esto último era imposible porque sufría una disfunción erectil completa. El Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) le reconoció en 2017 como una persona en situación de dependencia grado II y, meses más tarde, elevó el grado al 75% porque necesitaba la ayuda de terceras personas para los actos más elementales de la vida y presentaba dificultad de movilidad. 

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