UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

Evau extraordinaria en Aragón: "Me presento para subir nota"

Desde este martes, 1445 alumnos se presentarán a las pruebas en la comunidad. Los nervios han sido los grandes protagonistas de las primeras horas

Lucía Mañez / Judit Macarro

Los nervios y la incertidumbre marcan el inicio de la convocatoria extraordinaria de la Evau en Aragón. Los alumnos que se presentan a esta segunda convocatoria lo hacen por diversos motivos, pero todos ellos comparten un mismo objetivo: conseguir estudiar lo que verdaderamente les apasiona.

Algunos como Guillermo Ayuda no pudieron presentarse a la primera convocatoria porque tenían asignaturas pendientes de Bachillerato, mientras otros como Claudia Palma realizan la Evau por segunda vez para subir su nota y poder acceder a la carrera que quieren. “Yo estoy repitiendo la Evau, me presento para subir nota porque el examen de Matemáticas no me salió como esperaba en la ordinaria. Quiero entrar a Medicina, pero no sé si me dará la nota para hacerlo este año”, contaba la joven tras salir del examen de Literatura en la Facultad de Derecho de Zaragoza.

Un total de 1.445 estudiantes han llegado a las aulas de las facultades aragonesas con diferentes expectativas sobre el contenido de los exámenes. Alumnos como Diego del Río comentaban aliviados: “Yo diría que el examen de Lengua ha sido asequible, las preguntas eran las que esperaba, el poema ha sido sencillo; lo más complicado ha sido analizar el texto”. Sin embargo, otros alumnos mostraban opiniones contrarias, como Daniel Pasamar, que afirmaba con resignación: “Se ha intentado, pero no se ha podido hacer mucho”.

Los métodos de preparación para estas pruebas difieren cuantiosamente entre los jóvenes, dado que cada uno tiene distintas debilidades y fortalezas a la hora de estudiar. Hay quien confía en exceso en sus habilidades, como Del Río, que contaba: “No me hace falta estudiar para el examen de Inglés”, mientras otros son conscientes de sus debilidades, como Guillermo Ayuda, quien comentaba: “El primero ha sido Lengua, que a mí personalmente se me da un poco mal”.

Es evidente que en todos los examinados convive la ilusión por alcanzar sus metas y comenzar una nueva etapa, junto a la nostalgia de abandonar las aulas y las dinámicas que les han acompañado durante los dos últimos años de sus vidas. Algunos están dispuestos incluso a abandonar su ciudad de origen para estudiar el grado deseado, como explicaba Pasamar: “Me planteo salir de Zaragoza para poder entrar en la carrera que quiero hacer”, y otros anteponen permanecer en el hogar a cursar el año que viene la carrera que deseaban en un principio, como ocurre en el caso del joven Hugo de León: “No creo que vaya a entrar en la carrera que quiero, pero tampoco veo como una opción irme a estudiar fuera de Zaragoza”.