Inspección de Sanidad

Salud Pública cierra 91 restaurantes y bares de Zaragoza por incumplir la normativa sanitaria

El organismo realizó en 2023 más de 16.000 inspecciones en Aragón

La mayoría de las sanciones fueron por falta de higiene o la mala manipulación de los alimentos

Interior de la cocina de un restaurante.

Interior de la cocina de un restaurante. / ARCHIVO

Judit Macarro

Judit Macarro

Un total de 91 locales hosteleros de Zaragoza cesaron su actividad por una mala práctica sanitaria en 2023. Según los datos aportados a este diario por el departamento de Sanidad, esta cifra supone un 1% de los 9.547 establecimientos a los que acudió la administración sanitaria en la ciudad. En la comunidad, se realizaron más de 16.000 inspecciones entre las que la mayoría de sanciones impuestas fueron por falta de higiene en las instalaciones y los equipos o por una manipulación incorrecta y de riesgo de los alimentos.

«Tenemos inspecciones sanitarias anuales, que realizamos todos los días, y otras que surgen por una intoxicación alimenticia o por denuncias, entre otras causas», explica Mar Carreras Sarnago, veterinaria de la administración sanitaria e inspectora de la zona de Zaragoza. Se trata de una labor que, asegura, vela por la salud pública y «busca que los ciudadanos puedan disfrutar de unos alimentos sanos y seguros», añade.

Causas principales

El mayor número de infracciones registradas durante el año pasado se dieron en Zaragoza, mientras que en Huesca y Teruel solo fueron denunciados siete establecimientos, respectivamente. Entre las causas principales de sanción en la capital oscense, algunas se dieron por prácticas recurrentes y que, tras haber sido apercibidas con anterioridad (fase previa a la penalización), no fueron corregidas.

«Nuestra labor muchas veces es formativa, aunque no es nuestra principal función», explica Carreras, que añade que en algunos casos «ayudamos o recordamos a los titulares ciertas pautas que son obligatorias a la hora de manipular los alimentos».

En Teruel, de las siete sanciones impuestas, una de ellas fue por disponer de «materias primas de origen desconocido», señalan desde el Departamento. Otro de los locales fue penalizado por la falta de inscripción en el Registro Sanitario de Establecimientos Alimentarios de Aragón.

Entre los incumplimientos que registró la Administración el año pasado se encuentra la falta de acreditación para la manipulación de alimentos (seis casos), no disponer de información alimentaria al consumidor (otros seis) o que el local tuviera deficiencias estructurales (cuatro). Todas ellas fueron apercibimientos que se dieron en establecimientos turolenses.

Este tipo de sanciones no son algo que los restaurantes puedan tomarse a la ligera, puesto que algunas infracciones registradas alcanzaron multas de hasta 3.000 euros. Las penalizaciones calificadas como leves oscilan los 240 euros a los 2.500 euros.

Además de las inspecciones en locales de hostelería, Carreras señala que otra de las actividades de las que se encarga es del control nutricional en los colegios, hospitales o residencias de Zaragoza. Pone de ejemplo el control del etiquetado, entre otros tipos de fallos recurrentes en estos centros.

«Una cadena»

Este control sanitario de los alimentos es «una cadena de trabajo que cubre desde el campo a la mesa», explica la inspectora. Entre el variado equipo, Carreras indica que hay veterinarios que se encargan de revisar las materias en el sector agrícola, en los mataderos y, en su caso, en los establecimientos hosteleros.

«Se trata de un trabajo que comienza desde la recogida del alimento y que acaba con la inspección de lo que acaba consumiendo el ciudadano», reafirma la veterinaria, que asegura que en todo el territorio aragonés «los alimentos que se comen han pasado un control». 

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