Periodo estival

Calor en las aulas de Zaragoza: "Cada familia ha donado 20 euros para el aire acondicionado"

La llegada del calor preocupa a los padres y madres del CEIP Josefa Amar y Borbón, quienes para mejorar las condiciones de estudios de sus hijos han abonado el coste total de las instalaciones para la refrigeración del edificio

En las residencias se preparan para las altas temperaturas con menús "frescos" y "ligeros", así como con una mayor hidratación de los mayores y el cambio de horarios en los paseos

Un aparato de aire acondicionado en una de las aulas del CEIP Josefa Amar y Borbón.

Un aparato de aire acondicionado en una de las aulas del CEIP Josefa Amar y Borbón. / SERVICIO ESPECIAL

Judit Macarro

Judit Macarro

La llegada de las altas temperaturas alarma a las asociaciones de padres y madres en los colegios. A pesar de que los días de curso llegan a su fin, la actividad en los centros escolares no cesa de cara al verano, donde en muchos de ellos celebran colonias y diversos campamentos para entretener a los más pequeños de la familia. De cara al último mes de clase y en vistas a un intenso verano de diversión, en colegios como el CEIP Josefa Amar y Borbón se han puesto manos a la obra para aclimatar las zonas del edificio donde las temperaturas «sobrepasan los 30 grados».

Javier Riopedre, presidente de la Asociación de Familias de Alumnos (afa), asegura que las aulas y el patio de este colegio han sido los protagonistas de una «larga lucha» entre la Ampa y la Administración. Explica que, tras años de peticiones para aclimatar el edificio con «toldos o aires acondicionados», desde la afa decidieron que la solución más rápida era llevar a cabo una campaña de donación.

«No hemos recibido ninguna ayuda, las instalaciones de aires acondicionados portátiles se han hecho realidad gracias a los 18 euros aportados de manera voluntaria por las familias de los alumnos», asegura. Un acondicionamiento que pusieron en marcha hace «un par de semanas», tras meses de consenso sobre cuáles eran «las mejores» opciones. «Nos decantamos por una instalación que no fuera fija y así poder mover los aparatos por el colegio en función de las necesidades de cada aula», confirma el presidente de la asociación.

La siguiente fase de actuación tiene la mirada puesta en el patio del colegio, «donde juegan los niños durante el curso y en las colonias de verano», señala Riopedre. Desde la afa han presentado un presupuesto de «unos 2.000 euros» al ayuntamiento para la implantación de mallas en el recreo, con el fin de conseguir «alguna zona» con sombra en el recinto. 

Según explica el presidente de la Afa, lo «ideal» sería llevar acabo una renaturalización de los patios. Aunque esa medida, asegura, «está muy lejos de ser contemplada desde la Administración».

Reclama que el caso del CEIP Josefa Amar y Borbón no es «exclusivo» y que son muchas las escuelas aragonesas que se encuentran en esta situación de «desamparo». «En Zaragoza el calor es el mismo siempre y no se toman las medidas necesarias», incide. 

El verano en las residencias

Las personas mayores son un grupo de riesgo ante las altas temperaturas. Su resistencia al calor es más limitada y por ese motivo las residencias de ancianos ya se han puesto manos a la obra para preparar las instalaciones de cara al verano. Las medidas preventivas son las mismas en la mayoría de los centros de Aragón y van desde la creación de menús «frescos» y «ligeros» para las comidas, así como un aumento de las hidrataciones diarias en los residentes.

Así lo asegura Mamen Pueyo, la directora de la residencia de Barbatro, quien insiste en que para asegurar la salud de los mayores es «fundamental» que beban más cantidad de líquido «ya sea mediante agua, batidos o gelatinas». Las duchas frescas y los paseos a primera y última hora del día son también algunas de las medidas principales que desarrollan en los centros de mayores. En el centro Rey Ardid Rosales en Zaragoza su directora, Paula Álvarez, explica que los residentes realizan los paseos «durante las horas más frescas y vayan preparados para el calor con crema protectora y gorras».

Un residente del centro Rey Ardid Rosales de Zaragoza leyendo una revista en la sombra.

Un residente del centro Rey Ardid Rosales de Zaragoza leyendo una revista en la sombra. / Rey Ardid Rosales

Una protección que extienden a sus trabajadores quienes, según señala Álvarez, también llevan ropa adaptada a las temperaturas, aumentan la hidratación durante las horas laborables y, al finalizar la jornada, «les recomendamos que se den duchas frescas para bajar el calor corporal».

Las instalaciones del interior cuentan con una climatización estable de 24 grados, aire acondicionado y sistemas de ventilación. Una preparación del entorno para el periodo estival que también tuvieron en cuenta en la residencia Casa Amparo de Zaragoza. Durante la reforma de ampliación se acondicionaron la primera y la segunda planta a través de techos refrescantes. «Se trata de un sistema que funciona parecido a la aerotermia», explica Rosa Ledesma, directora del centro.

Además, en las zonas de sol han colocado toldos para que los residentes «puedan realizar sus paseos sin exponerse al calor», añade. Unas salidas al exterior que, al igual que en el resto de residencias, «solo se permiten durante las horas más frescas del día», asegura Ledesma. Por ejemplo, las actividades y clases en el patio no cesan durante el periodo estival, «sino que se cambia el horario o se intenta que se realicen en las zonas de sombra», asegura.

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