CSIF lleva a juicio a un hombre que apuntó con una pistola a una médica y a una enfermera

El juicio contra José María Navarro Rubio y su hermana, que amenazaron a las profesionales, se celebra mañana en Teruel

Ambas sufrieron secuelas psicológicas, estuvieron de baja por ansiedad y pidieron abandonar el centro de salud de Burbáguena

Campaña de CSIF contra las agresiones a sanitarios, en una imagen de archivo.

Campaña de CSIF contra las agresiones a sanitarios, en una imagen de archivo. / CSIF

El Periódico de Aragón

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) lleva a juicio la grave agresión sufrida por dos profesionales sanitarias en un domicilio en Burbáguena (Teruel) el 2 de mayo de 2020. José María Navarro Rubio apuntó con una pistola a la médica María Pilar Gonzalvo y a la enfermera Gemma Redolar cuando estaban atendiéndole en su casa. El arma era una réplica, aunque ellas en el momento no lo sabían y temieron por su vida. La hermana del paciente, Virginia Navarro Rubio, también les amenazó. Tres años y medio después, mañana se celebra el juicio contra ambos, a las 9.00 horas, en el juzgado de lo Penal de Teruel.

Los abogados de ambas sanitarias solicitan que se reconozca un delito de atentado (con una pena de prisión de dos años) y un delito de lesiones (pena de un año de prisión) para José María Navarro, y un delito de atentado (con una pena de un año de prisión) para su hermana Virginia Navarro. Las dos profesionales, afiliadas de CSIF, sufrieron secuelas psicológicas por la agresión y han pedido no tener contacto visual con los acusados durante el juicio.

Ambas estuvieron de baja por ansiedad durante más de seis meses y pidieron no volver a trabajar al centro de salud de Báguena, donde ambas tenían su plaza fija y estaban muy a gusto antes de la agresión. El Salud les trasladó a sendos centros de salud del entorno de Zaragoza. “El sábado 2 de mayo por la tarde recibimos el aviso para ir a atender a José María a su casa. Es un paciente al que habíamos atendido muchas veces anteriormente en su domicilio. Aquel día quería que le diéramos unos calmantes para el dolor. Se puso nervioso, salió de la habitación y volvió con una pistola apuntándonos a las dos. Accionó el gatillo varias veces. Pasamos mucho miedo. Sentía que iba a morir ahí. Sólo pensaba en mi familia”, recuerda Gemma Redolar los hechos, aún afectada por lo vivido.

Las dos trabajadoras salieron de la casa muy nerviosas y fueron a denunciar a la Guardia Civil. Gemma tiene 30 años de experiencia como enfermera y trabajaba en el centro de salud de Báguena desde 2013. Además, se presentó voluntaria para trabajar en el centro covid que el Gobierno de Aragón abrió en Alfambra (Teruel). Durante dos meses y medio, trabajaba de lunes a viernes como coordinadora de enfermería en el centro covid, y los fines de semana que le tocaba iba a cubrir su puesto de atención continuada en Báguena. “Fueron meses muy duros, por la pandemia y por la agresión que sufrimos. Aún lo paso mal cuando recuerdo aquella tarde y oigo algún sonido que me recuerda al ‘clic’ de la pistola. La instrucción se ha retrasado mucho. Tres años y medio después, quiero cerrar ya este capítulo”, afirma.

CSIF denunció públicamente esta agresión en mayo de 2020 y apoyó a las dos profesionales desde el principio. El número de agresiones a sanitarios está aumentando mucho en los últimos años. En 2022 se registraron 482 agresiones a sanitarios en Aragón. CSIF reclama más medidas de vigilancia y más apoyos para las personas agredida