NEGOCIACIONES EN 'STAND-BY'

La gobernabilidad en Aragón: La vida sigue igual

La segunda ronda de contactos del PP termina en el mismo punto en el que comenzó

Las nuevas ideas de los potenciales socios no tienen base

Jorge Azcón comparece con los medios ante la atenta mirada de Alejandro Nolasco.

Jorge Azcón comparece con los medios ante la atenta mirada de Alejandro Nolasco. / ÁNGEL DE CASTRO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Pocos artistas se han identificado más con el Partido Popular que Julio Iglesias. La voz de la canción española en el siglo XX y su La vida sigue igual resumen la segunda intentona de Jorge Azcón por conocer a sus socios en su travesía hacia el Pignatelli. «Al final las obras quedan las gentes se van, otros que vienen las continuaran la vida sigue igual», decía Iglesias, mientras Azcón busca el cuándo.

En el primer quién se esconde Alejandro Nolasco. El líder de Vox en la comunidad se sabe fuerte, por el insuficiente resultado del PP a nivel nacional el pasado 23J y por haberle arañado a los populares la presidencia de las Cortes, con la ultra Marta Fernández como segunda máxima autoridad en Aragón.

Nolasco insiste en que su voto positivo a Azcón está condicionado a la entrada de su partido en el Ejecutivo autonómico. Varias consejerías y algunas direcciones generales, además de un acuerdo programático, conforman la mano que el líder de la ultraderecha sigue tendiendo al futuro presidente autonómico. El popular, aferrado al sueño de formar un gobierno monocolor, resiste a sus envites mientras el camino le dice que al sillón principal de La Aljafería solo se llega de la mano de Vox.

Bajando en el escalón de presencia en el hemiciclo aragonés, Teruel Existe se recupera del KO técnico de los comicios generales intentando convencer a todos, sociedad, electorado y rivales políticos, que su presencia en La Aljafería va a ser reseñable durante los próximos cuatro años.

En ese momento de recuperación que atraviesa el partido, Guitarte sigue ofreciendo su abstención para intentar ese mantra que del centro hacia la izquierda han tomado todos los partidos: frenar a la ultraderecha. A cambio, un acuerdo de programa con las renovables como punta de lanza. El intento a la desesperada de incluir a CHA en la ecuación fue hábilmente resuelto por Palacín con un tuit directo.

Guitarte no quiere entrar en el Gobierno para hacer una oposición «intensa y reivindicativa». Azcón lo sabe y piensa en la España vacía como una remota posibilidad que mantener viva hasta el final. El seguro no de Nolasco sin consejerías de por medio haría inútil ese sucinto apoyo de Teruel Existe.

Por último, Alberto Izquierdo y su Partido Aragonés. El único de los aragonesistas en La Aljafería no olvida aquello de que su partido iba a ser el eterno «clavico del abanico». Con el instrumento funcionando solo, al clavo solo le queda encajarse y conseguir cierta presencia. Azcón tiene su sí, uno solo, que de poco vale si por el camino no se sube ningún amigo más a la caravana popular. La súper coalición que pedía Izquierdo, presencia del PAR incluida, fue relegada por el resto a categoría menor.

«Siempre hay por quién vivir por quién amar, siempre hay por qué vivir por qué luchar», decía Julio Iglesias y luchaba Jorge Azcón. Una semana y tres reuniones después, la vida, pese a los intentos, sigue igual.