LA CRISIS EN EL CENTRO POLÍTICO

El poderío del PAR está en el territorio: 661 concejales y 148 alcaldes

El Partido Aragonés tiene su fuerza en el terreno municipal. En 2019 obtuvo más de 43.000 votos en los pueblos que le permitieron gobernar en la mitad de las comarcas aragonesas

Arturo Aliaga y Clemente Sánchez-Garnica antes de la ruptura, en una Ejecutiva del PAR.

Arturo Aliaga y Clemente Sánchez-Garnica antes de la ruptura, en una Ejecutiva del PAR. / ANGEL DE CASTRO

Laura Carnicero

Laura Carnicero

Hace meses que resultan casi inverosímiles las múltiples crisis que atraviesan al Partido Aragonés, que vive uno de los momentos más oscuros de sus 45 años de historia. El partido que más ha gobernado en Aragón, al que han dado por muerto en más de una ocasión, vive ahora un punto de inflexión que puede marcar su desaparición o un nuevo capítulo de supervivencia.

Lo que muchos se preguntan es por qué un partido relativamente pequeño, sin hermano mayor a escala nacional, despierta el interés de unos y otros para tratar de ponerse al frente del timón, tanto desde dentro como incluso desde fuera del propio partido. La respuesta está, seguramente, en que el poderío del PAR está en el territorio. Y el poder territorial en una comunidad tan extensa y dispersa como Aragón es una baza que ningún partido político puede desdeñar.

Las cifras hablan por sí solas y reflejan al PAR como una de las formaciones políticas que más convierte sus votos en cuota de poder.

Con algo más de 43.000 papeletas en las últimas elecciones municipales, la formación que fundó Hipólito Gómez de las Roces consiguió 661 concejales, 143 alcaldes y gobernar en coalición en la mitad de las comarcas aragonesas.

También sus votos fueron decisivos para formar gobierno en la Diputación Provincial de Teruel (donde el secretario general, Alberto Izquierdo, vuelve a ocupar la vicepresidencia) y en la Diputación Provincial de Huesca (con un apoyo al PSOE en la investidura y la gestión de varias áreas delegadas).

El resultado en las elecciones autonómicas de 2019, con 33.978 votos, casi 10.000 menos que en la cita municipal pese a votarse el mismo día, muestra el arraigo del voto local en las listas del PAR y el tirón de muchos alcaldes que consiguen que el partido saque un mejor resultado en los municipios que a escala autonómica.

Aún así, el presidente del PAR en 2019, Arturo Aliaga, consiguió sacar petróleo al tener la llave del Pignatelli y entregársela a Javier Lambán. Con tres diputados autonómicos –uno por provincia–, el PAR obtuvo la vicepresidencia del Gobierno de Aragón, la consejería de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial y un senador autonómico (el que hubiera correspondido al PSOE).

Viniendo de una tendencia electoral descendente, el Partido Aragonés logró posicionarse en el Gobierno autonómico del experimento del cuatripartito y tratar de beneficiarse de la visibilidad que otorga la gestión para recuperar terreno.

Las circunstancias de la legislatura

En estas circunstancias llegó la primera crisis inexplicable, una pandemia mundial que mermó la visibilidad de todos los consejeros salvo del presidente, Javier Lambán. Después llegaron la crisis de suministros, la guerra de Ucrania y la espiral inflacionista.

También la enfermedad del presidente Aliaga y las oportunidades en forma de fondos europeos que pasaban por su despacho y permitían desatascar una de las banderas del partido como la unión de estaciones.

Los problemas llegaron antes, con la judicialización del XV Congreso, el cese de la adversaria de Aliaga, Elena Allué; la sentencia condenatoria y las discrepancias sobre el recurso que derivaron en una pérdida de la mayoría de la Ejecutiva y, después, en una moción de censura que descabalgó al presidente del PAR. Hay mucho en juego y el devenir del partido el 28 de mayo es clave para el futuro de la gobernabilidad en Aragón.

Gráfico con los resultados electorales del PAR en 2019.

Gráfico con los resultados electorales del PAR en 2019. / EL PERIÓDICO

El PAR en 2019

El que tiene el PAR es un pedazo del pastel nada desdeñable en una cita con las urnas que se prevé bastante igualada entre dos bloques, el progresista y el conservador, donde ambos tienen intereses en que el centro caiga de su lado.

La radiografía del poder electoral del PAR en Aragón, con datos basados en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2019, refleja que la formación fue la cuarta fuerza política en Aragón (por detrás del PSOE, el PP y Ciudadanos), pero la tercera en las provincias de Huesca (con casi el 11% de los votos) y de Teruel (con más del 16%). En la provincia de Zaragoza el PAR fue la octava fuerza con el 3,8% de los votos, y están fuera del ayuntamiento de la capital desde 2011.

Estos registros reflejan que Teruel es el principal bastión de los aragonesistas, y donde se ha fraguado también la revuelta frente al ya expresidente Aliaga. La formación obtuvo en la provincia 12.014 votos, 267 concejales y más de 70 alcaldes (el 26%). En el caso de Huesca, los aragonesistas cosecharon 162 concejales y 25 alcaldes con 12.397 votos. Y en Zaragoza, con 18.733 sufragios, obtuvieron 232 concejales y 48 alcaldes (el 16%).

Las dudas electorales

Muchos son los alcaldes o concejales del PAR que en estas fechas, a dos meses de registrar las listas electorales, se preguntan si lo harán con su partido "de siempre" o si deben apostar por una nueva marca política que les permita seguir "sirviendo a sus vecinos".

Muchos declinan oficialmente tener previsto pasarse a las listas del PP o del PSOE, a pesar de que les hayan llamado de estos partidos. Otros reconocen que no saben qué harán. Algunos no se cierran la puerta a la plataforma Aragoneses de Elena Allué y más de uno se plantea concurrir como independiente.

En el territorio está todo abierto. El teniente de alcalde de Cuarte de Huerva, el municipio más grande que gobierna el PAR en solitario, reconoce que se están planteando crear otro partido "que respete las ideas del PAR" para alejarse de los posicionamientos del presidente Clemente Sánchez-Garnica, que no comparte.

En Añón de Moncayo, su alcalde desde 2015 José María Vijuesca reconoce estar "muy preocupado" por el futuro del PAR. "La lista está hecha, lo que hay que decidir es si será por el PAR o por dónde", explicó, sin ocultar que la dirección no está cuidando "al territorio".

Aunque explica que "todos los años" recibe las llamadas de otros partidos, asegura que tomará la decisión "analizando el apoyo que puedo tener para que mi pueblo prospere". Por ejemplo, ve a Aragoneses "como una opción más de las tres o cuatro que me planteo".

Hugo Arquímedes, alcalde de Mora de Rubielos, hace la lectura contraria y cree que la nueva dirección "ha abierto la luz de lo que queremos hacer".

"Yo me quiero presentar por las siglas del PAR, la moción era necesaria y nos ha dado aires renovados. Creo que el juez nos da la potestad para que nos presentemos en mayo con todas las garantías", reflexiona. Tras una legislatura, asegura que el proyecto "continúa" y que ahora debe cerrar la lista. "Una vez llegados hasta aquí, solo podemos ir hacia arriba", asegura, optimista. "Todos los alcaldes se merecen el cielo: pierden dinero y solo lo hacen por amor a su pueblo", recalcó. 

Lejos de los despachos, las siglas se difuminan con la gestión. Y el poderío de los alcaldes del PAR aguarda un futuro incierto.

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