Italia
Sicilia al volante: un viaje por la isla más grande del Mediterráneo
Olvida los mapas y las guías. En Sicilia, el mejor viaje es el que se hace sin rumbo fijo, dejando que la isla te lleve de la mano por sus palacios, playas, ruinas milenarias y una gastronomía irresistible.
El viaje en coche comienza en Palermo, la capital siciliana, con su mezcla de culturas y su arquitectura que respira historia, nos envuelve en un ambiente vibrante. En el Palazzo dei Normanni, la residencia real más antigua de Europa, traslada a otras épocas, mientras que la Capilla Palatina, con sus mosaicos bizantinos, deja boquiabiertos a todos los visitantes.
No podemos dejar Palermo sin antes perdernos en el mercado de Ballarò, un laberinto de aromas y sabores. Seguimos la costa norte y el paisaje se transforma, las montañas, verdes y abruptas, se funden con el azul del mar, creando una estampa de postal.
Llegamos a Cefalú, un pueblo encantador, donde la Rocca di Cefalú, una imponente fortaleza, domina el paisaje. Desde el arco gótico de Porta Pescara, disfrutamos de una puesta de sol inolvidable sobre el mar. El centro histórico de Cefalú, con sus estrechas callejuelas empedradas, es un laberinto de encanto y misterio.
El camino nos lleva hacia el este, hacia el volcán Etna. A medida que nos acercamos, el paisaje se torna volcánico, con laderas de tierra negra y un aroma sulfuroso en el aire. Taormina, ubicada en la ladera de una colina, ofrece unas vistas impresionantes del volcán. El teatro greco-romano, un monumento que transporta al pasado deja sin aliento con sus vistas del mar. En las noches de verano, las obras de teatro en este escenario mágico hacen que los espectadores viajen en el tiempo.
Del Etna a la ciudad barroca
Desde Taormina, continuamos hacia Catania, una ciudad que respira el espíritu del barroco. La Fontana dell´Elefante, en la Piazza del Duomo, es un símbolo de la ciudad, que recuerda la rica historia de esta isla.
Siracusa, la siguiente parada en nuestro viaje, nos envuelve en una atmósfera de historia. En el Parque Arqueológico de Neápolis, el teatro, el anfiteatro y la cueva caliza de la Oreja de Dionisio enseñan como era la época romana. La Fuente de Aretusa, un estanque gigante dedicado a la ninfa Aretusa, ofrece un respiro de tranquilidad.Continuamos hacia el sur, atravesando paisajes que parecen sacados de una película. Noto, la joya del barroco siciliano, cautiva por su inigualable belleza.
Finalmente, llegamos a Agrigento, situado en la costa suroccidental de Sicilia, para descubrir el Valle de los Templos, uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo. Este complejo griego, rodeado de olivos y almendros, muestra la época más clásica de Sicilia.
El viaje continúa, por Sciacca, un pueblo con una rica tradición marinera. Nos relajamos en sus playas de arena dorada, donde podremos sumergirnos en sus aguas termales y disfrutar de su gastronomía a base de pescado y marisco.
Para terminar nuestro viaje por Sicilia, tomamos un ferry desde Trapani hasta Favignana, una de las islas del archipiélago Egadi. Exploramos sus cuevas marinas, nos damos un chapuzón en la cala Rossa y disfrutamos de la belleza de la playa de San Vito Lo Capo, un verdadero paraíso.
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