Galicia

De pescadores a espías en la guerra de Malvinas

Argentina reconoce como veteranos de guerra a dos marineros gallegos que iban a bordo del “Usurbil” cuando fue militarizado

De izq. a der.; José Valiente, Horacio Doval, Juan Casás, Alejandro Martínez, Marcelo Cristian Tarapow y Fernando Otero.

De izq. a der.; José Valiente, Horacio Doval, Juan Casás, Alejandro Martínez, Marcelo Cristian Tarapow y Fernando Otero. / RICARDO GROBAS

Elena Villanueva

“Hemos detectado una ballena herida”.

Parece una frase que cualquier embarcación pesquera podría emitir en medio de una salida a la mar. Pero para el “Usurbil”, un barco de la hoy extinta Pesquera Vasco Gallega, y más especialmente en abril de 1982 tenía un significado completamente diferente; pronunciar estas palabras significaba que se acababa de avistar un navío inglés en plena guerra de las Malvinas. Así lo cuenta el director general de la Armada argentina y contraalmirante Marcelo Cristian Tarapow, quien este hizo entrega del reconocimiento como veteranos de guerra a los marineros Alejandro Martínez, de Vigo, y Juan Casás, de Cangas, embarcados entonces en el “Usurbil” cuando este fue militarizado pasando a ser un barco espía para el gobierno argentino en plena disputa por la soberanía malvina frente a Inglaterra.

El Consulado Argentino en Vigo, los marineros y sus familias, durante su comida en Bueu.

El Consulado Argentino en Vigo, los marineros y sus familias, durante su comida en Bueu. / G. NÚÑEZ

"¿A la guerra o a la pesca?"

Han pasado 41 años desde entonces pero los recuerdos de los tripulantes a bordo del “Usurbil” no se han corroído lo más mínimo. “Es un mérito poder estar aquí después de todo lo que hemos pasado. Esa no era nuestra guerra pero tuvimos que afrontarla”, cuenta Casás. Y es que él, como el resto de marineros que se enrolaron en la embarcación bajo ninguna circunstancia imaginaron acabar siendo “claves” en una guerra. “Cuando salimos del puerto de Ingeniero White, en Buenos Aires, lo hicimos para pescar pero al poco tiempo de navegar ya nos dicen que tenemos que dirigirnos a Mar de Plata, que va a entrar un mando militar. Yo pienso ‘¿nos vamos a la guerra o nos vamos a la pesca?’ Nadie desconfiaba pero las cosas no sucedieron como creíamos”, desvela Juan Casás.

Y es que las intenciones del Gobierno argentino era hacer pasar al pesquero “Usurbil” por un barco espía que, en palabras de Tarapow advirtiese cómo eran los tipos de buques ingleses. “Tenían un rol muy importante; se necesitaban datos para identificar el tipo de buques que usaban los ingleses, sus sistemas defensivos, las posiciones”, explica el director general de la Armada argentina, quien celebra que el “Usurbil” no llegó a “generar sospecha entre los ingleses”: “Para ellos era un barco más que iba a la pesca”, sentencia.

Otro barco pesquero hundido

Para la tripulación esta tranquilidad a bordo del “Usurbil” era inexistente. “Cada uno le dio muchas vueltas a la cabeza. Esa fue una marea muy dura aunque ahora vemos que pudo haber sido peor, como le ocurrió a otros barcos”, recuerda Martínez en referencia a “María Luisa” y con el “Narwal”, este último identificado como buque espía por los ingleses y finalmente hundido.

Por su parte, Alejandro Martínez, quien reside en Balaídos desde 1998 tras regresar de Argentina tras su jubilación rememora cómo jamás pudieron pensar una cosa semejante. “Cuando vimos que teníamos que ir para el norte y nos dirigíamos al sur, malo. Íbamos a ejercer de espías, íbamos a la misión. Pedimos por miedo hasta cambiar la bandera pero nos dijeron que no, que no se cambiaba, y quien se rebelase, al agua”, cuenta Alejandro, reconociendo que se pasó mucho miedo. “Es que pasamos por el medio de los barcos ingleses, nos apuntaron con las luces y dije estos nos echan abajo. Decir que pasamos miedo es poco. El susto fue poco, hay que vivirlo para saberlo”, amplía Martínez.

Junto a ellos se encontraba también el buenense Fernando Otero, otro de los tripulantes a bordo del “Usurbil” en abril de 1982 ya reconocido con esta condición de veterano de guerra en 2017 y precursor de la misma para el resto de sus compañeros. “Lo primero que nos dijo el Oficial de Inteligencia cuando se hizo cargo del buque fue: ‘No tengan ustedes miedo que un misil vale un millón de dólares y los ingleses no lo van a gastar con un buque pesquero’”, recordó Otero, quien precisó también en su discurso que, pese a no elegirlo, “nos tocó [servir a Argentina en la Guerra de Malvinas]” pero “una vez metidos cumplimos con nuestro cometido. Españoles y argentinos, todos pasamos el mismo miedo bajo el helicóptero enemigo en 1982”.

Orgullosos de poder contribuir a este reconocimiento se encontraba también el cónsul general Horacio Doval y el cónsul adscrito José Amado Valiente, que destacaron el servicio de estos marineros “a la nación argentina”, y cómo desarrollaron “una peligrosa aventura en el centro del conflicto”. “Este reconocimiento asegura que sus historias serán contadas”, explicó Valiente.

Doval, por su parte, reivindicó la recuperación de las islas por métodos pacíficos señalando que no cesarán en el empeño y que hay que reabrir la negociaciones con Inglaterra.