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Tres años de la ley de eutanasia

En este mes de junio se cumplen tres años de la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE). Logro que muy pocos países en el mundo han conseguido: Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Nueva Zelanda y algunos territorios de Estados Unidos y Australia. Y España. Se trata de permitir el fin de la vida, de manera regulada, a los enfermos terminales o con un sufrimiento extremo.

En este artículo no voy a hablar de aspectos formales ni técnicos de la ley, pues se pueden encontrar fácilmente. Solo voy a hacer algunas reflexiones que me parecen de un cierto interés.

1. Aproximadamente 680 personas han podido acceder a la eutanasia y poner fin a su sufrimiento de manera legal en estos tres años. Solo son la mitad de las que lo solicitaron, y muchas de ellas (aproximadamente un tercio) fallecieron durante el proceso. Un resultado mediocre. Ha habido bastante boicot (activo o pasivo) por parte de la clase médica y de la administración de turno. Muchos olvidan que el paciente que solicita la eutanasia no lo hace por capricho sino por necesidad apremiante. Y que el derecho a la eutanasia es eso, un derecho que se transforma en una prestación sanitaria más al servicio del paciente que lo solicita. En el fondo y en la forma es algo sencillo. Hay que quitarle morbo y liturgia fúnebre.

2.Los que, por razones ideológicas o religiosas, se oponen a la eutanasia, tienen que tener en cuenta que su aprobación la convierte en un derecho para todos los españoles que la quieran utilizar. Y que los funcionarios, tanto políticos, como administrativos y sanitarios, tienen la obligación de facilitarla, encauzarla y aplicarla. Solo se permite al médico objetar en conciencia a la aplicación de la eutanasia, pero eso no le permite desentenderse del paciente, sino que lo debe dirigir a otro médico que no sea objetor. Y desde luego debe acusar recibo de la petición y registrarla para que comience el procedimiento.

3.Una reflexión sobre la objeción de conciencia del médico. La objeción de conciencia (OC) del sanitario siempre plantea problemas y se utiliza como herramienta de bloqueo. Es lo que ha pasado con el derecho al aborto, donde también se permite la OC del sanitario, y, como consecuencia, el aborto ha sido excluido en la práctica en la sanidad pública y ha tenido que refugiarse en las clínicas y grupos privados. La OC prioriza las creencias privadas sobre el bienestar del paciente, lo que es una contradicción en un Estado laico y aconfesional. Con la OC, la religión se sitúa por encima de la ley. Sin embargo, la polis no tiene biblia, tiene constitución, que nos iguala a todos en derechos y deberes.

4. La muerte sigue siendo un tema tabú. Pero si lo pensamos bien, el temor a la muerte no deja de ser un temor a la vida, pues vida y muerte constituyen un proceso natural. La vida es el principio y la muerte, el final. Morir en buenas condiciones es amar la vida de una manera racional. Una situación terrorífica no es vida. Un buen vivir exige un bien morir.

5.La oposición de algunos paliativistas a la eutanasia ha llegado a fabricar un «mito paliativo», según el cual la causa de las peticiones de eutanasia es la falta de una atención adecuada del dolor. La realidad desmiente este discurso. La mayoría de las personas que piden la eutanasia no es por dolor sino por un sentimiento de dignificación personal. Algunos (cada vez menos) identifican eutanasia y sedación paliativa para criminalizar a esta última (recordar el caso del Hospital de Leganés y el Dr. Luis Montes). Y el encarnizamiento terapéutico no solo no es amor al paciente, sino que es una mala práctica médica que constituye una tortura y un trato degradante para paciente y entorno afectivos, prohibido en nuestras leyes. Es algo ilegal e inmoral.

6.Con la constitución de 1978 España entra en la contemporaneidad jurídico-política. Y con ello, aparecen los derechos de última generación: divorcio, aborto, matrimonio homosexual y eutanasia. Y los cuatro tienen algo en común: para todos son derechos y para nadie son obligatorios. La eutanasia es el último logro de la contemporaneidad en la victoria humana sobre la muerte, pues significa el triunfo de la libertad y la autonomía humanas.

Bueno, me tomo unas vacaciones. Hasta septiembre. Buen verano a todos.