ELECCIONES EUROPEAS 9J

El rezo en Ferraz contra la amnistía en plena jornada de reflexión reúne a poco más de un centenar de personas

La protesta prohibida por la Junta Electoral y avalada posteriormente por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid remata en aquelarre 'antisanchista': "Ningún tirano nos ha podido impedir estar aquí"

"¡Andrés, una señora la está liando con la foto de Franco¡". Mientras el organizador del rezo del rosario en los aledaños de la sede del PSOE, José Andrés Calderón, trata de transmitir a los medios de comunicación que la convocatoria no es política, sino religiosa para la “conversión de España”, un colaborador lo avisa agitado porque las cámaras graban a una participante que enarbola una fotografía del dictador. Calderón se dirige a ella por su nombre de pila con un ademán de reproche. La señora entiende el mensaje de que ‘hoy no toca’. Tras ello se inicia el rezo del rosario. Apenas un centenar de personas se agolpan en las escaleras de la parroquia del Inmaculado Corazón de María, en el cruce de las calles Ferraz y Marqués de Urquijo de Madrid. Banderas españolas, alguna con la cruz de borgoña, otras ataviadas con lemas contra de la amnistía y, sobre todo, contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Lo llevan haciendo 219 días. Los mismos que han pasado desde la primera protesta en las inmediaciones de la sede de los socialistas en la calle Ferraz coincidiendo con la investidura de Pedro Sánchez. La diferencia en esta ocasión ha sido el intento de pulcritud en la simbología política, al coincidir en jornada de reflexión y la presencia de medios de comunicación. La protesta fue prohibida en un principio por la Junta Electoral Central, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid decidió avalarla. El organizador, "Andresito" para los presentes, no dudó en celebrarlo en su alegato final: “Ni la lluvia ni ningún tirano nos han podido impedir estar aquí”. Tras el rezo del rosario, se inició la protesta propiamente dicha.

Uno de los asistentes echa mano de un megáfono para avisar de que "la sugerencia que os hacemos es hacer la protesta en silencio y de forma pacífica". Alude a que hoy es jornada de reflexión. Quien lo pide, recalcando que únicamente se trata de una "sugerencia de muchos de quienes estamos aquí", es Lucho Arranz. Conocido por haber intentado reventar alguna intervención pública del presidente del Gobierno.

La más sonada en Asturias, durante una visita al hospital de Oviedo, donde uno de sus insultos se hizo viral. Tras ello, otro asistente con la bandera de España como brazalete y una camisa al estilo falangista se hace con el megáfono para pedir al personal que no se corte en las proclamas. Es uno de los que luego se sitúan en la calzada con otro pequeño grupo de personas.

No llegan a cortar la circulación. Se limitan a quedarse parados en el paso de peatones, pero mientras el semáforo permanece en verde para los peatones. Los organizadores del rezo ya se han ido de la zona y se ratifican en lo que habían garantizado. Esto es, que no van a manifestarse frente a la sede de los socialistas porque "no nos gusta ir a lugares siniestros".

"Mañana volveremos"

Los insultos al jefe del Ejecutivo se intensifican a modo de aquelarre 'antisanchista'. Es entonces cuando comienzan a incorporarse a la protesta, ya únicamente de carácter político, algún grupo disperso que no había asistido previamente al rezo. Son solo unas pocas decenas. Ahora ya sí, comienzan a aparecer las banderas preconstitucionales. La media de edad de baja de forma notable y el tono de las proclamas sube.

Uno de los asistentes explica que es parte de la tradición desde lo que denominan "Noviembre Nacional". Tras el rezo, es el turno de la protesta que, en función de la masa, se dispersa o se convierte en un corte de la calle. Dos furgonetas de antidisturbios se sitúan en la zona, además de una del Samur. En esta ocasión, y pese a la propaganda adicional por la resolución del TSJM, la manifestación fue un pinchazo.

Las pastas que una de las asistentes comenzó a repartir tras el rezo se agotan y cada vez más manifestantes abandonan la protesta. No sin antes avisar de que este domingo volverán. Lo hacen convencidos de que "el poder de la oración funciona". Si no es así, se preguntan, "¿por qué nos atacan, de qué tienen miedo?".