SUCESOS EN ARAGÓN

Descartado que un policía tenga sífilis por el mordisco de un agresor en Zaragoza

Un informe forense concluye que "no es probable" que el agente se contagiara al mediar en una riña a las afueras de la discoteca Babia

Un policía cree que puede tener sífilis al mediar en una pelea en Zaragoza

El policía nacional se encontraba fuera de servicio cuando medió en una riña a las afueras de la discoteca Babia en Zaragoza.

El policía nacional se encontraba fuera de servicio cuando medió en una riña a las afueras de la discoteca Babia en Zaragoza. / POLICÍA NACIONAL

El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) se ha pronunciado recientemente por el contagio de sífilis que alegaba un policía nacional a raíz del mordisco que recibió en el muslo mientras mediaba, fuera de servicio, en una riña a las afueras de la discoteca Babia en Zaragoza. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el informe médico-forense concluye que «no es probable» que el agente se haya contagiado de la bacteria de la sífilis al tratarse de una enfermedad de transmisión sexual tanto por sexo anal, oral o vaginal, «y por tanto debe existir un contacto directo por una de estas vías con una lesión productiva de una persona previamente infectada». Es posible, además, la transmisión vertical, es decir, «de la madre infectada a su hijo durante la gestación o en el momento del parto».

Es la conclusión del informe solicitado al Imlcfa una vez que el agente herido presentó ante el Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza los resultados de una analítica particular que revelaba la presencia de la bacteria antitreponema en su organismo, la misma que desencadena la sífilis. Así lo hizo contar el pasado mes de mayo ante el juzgado al ser citado a declarar en calidad de perjudicado.

Los hechos referidos se remontan a la madrugada del pasado 23 de marzo, en torno a las 03.00 horas, cuando uno de los agentes fuera de servicio se percató de que un joven se mostraba muy agresivo con el vigilante de seguridad que, en ese momento, sacaba fuera del establecimiento a dos de sus amigos. Con la intención de que no intercediera nadie más, se acercó a separar al resto de personas hasta que salió fuera de la discoteca y vio cómo un joven –A. M. C. (España, 1981)– cogía un vaso de cristal y lo lanzaba contra el suelo.

Ante esta situación, intentó retenerle iniciándose en ese momento un forcejeo que obligó a intervenir a un segundo policía nacional fuera de servicio. Los agentes lograron inmovilizarle en el suelo, aunque no fue suficiente para que cesara su agresividad –«¡vamos para allá y lo solucionamos!», les dijo– hasta el punto de que continuó lanzando manotazos en el aire y uno de ellos alcanzó el cuello de uno de los agentes.

En ese mismo forcejeo, A. M. C., defendido ahora por los abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, le propinó un mordisco en el muslo que le generó una herida acompañada de la rotura del pantalón y de la camiseta como consecuencia del rifirrafe. Para entonces ya se dirigía hacia allí una dotación de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, que detuvo a A. M. C. como presunto autor de un primer delito de atentado a agente de la autoridad y un segundo delito de lesiones.

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