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Las ausencias al trabajo escalan en Aragón en la era pospandemia

La tasa de absentismo alcanza el 6,8%, el máximo del último decenio, a rebufo de la ampliación de permisos laborales, el colapso en la atención primaria y la falta de prevención

Montaje de un escenario en una imagen de archivo

Montaje de un escenario en una imagen de archivo / Marta G. Brea

Los empresarios están que trinan por un rampante absentismo laboral que pone en jaque la ya de por sí mellada productividad española. En Aragón, la ausencia a los puestos de trabajo escaló en 2023 hasta el 6,8%, un repunte de ocho décimas sobre el año previo que consolida una pronunciada curva al alza desde la pandemia. Los datos del Ministerio de Seguridad Social destacan que a lo largo del año pasado se abrieron en la comunidad más de 400 procesos de incapacidad temporal por cada 1.000 trabajadores que toca máximos desde 2013. Y aunque no hay datos registrados en Aragón, desde la patronal Cepyme aseguran que en España hay un millón y medio de trabajadores que no acuden a diario a su puesto de trabajo.

Desde la atalaya de los datos, los informes de las consultoras y de las mutuas, la queja del empresariado obtiene el aval. Sin embargo, el debate es poliédrico y contempla múltiples aristas, como el afloramiento del reconocimiento de la salud mental (crece un 120% desde 2016) como enfermedad incapacitante, la motivación de las nuevas generaciones para dedicar su vida y obra a un puesto de trabajo, la ampliación de los permisos laborales (paternidad y maternidad, menstruación dolorosa, etc.) o el colapso en la atención primaria y en las mutuas para evaluar con fruición los accidentes laborales. 

«Los datos apuntan a que a partir de la pandemia hay más bajas por incapacidad temporal, pero la clave está en si la baja está justificada o no, y lo cierto es que tenemos una carencia de datos pormenorizados para analizar la nueva realidad del mercado laboral. Sabemos que casi el 80% del cómputo del absentismo es por incapacidad temporal, pero ¿una incapacidad temporal es absentismo?», reflexiona David Moral Martín, coordinador del máster en prevención de riesgos laborales de la Universidad de Zaragoza, que habla del diálogo social como la herramienta que debe abordar esta nueva realidad «que ocupa y preocupa a todo el mundo», razón por la que fue pieza clave del V acuerdo. 

Sin embargo, absentismo no es ausentismo y presentismo, pues el indicador puede llevar a equívoco al mezclar bajas por accidente laboral con permisos por maternidad y paternidad, por menstruación dolorosa, créditos sindicales, etc. La propia Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el absentismo laboral como «una situación en la que el trabajador no se presenta en su lugar de trabajo, o acude menos horas de lo estipulado, cuando desde la organización se esperaba que acudiera, o permaneciera todo el tiempo en dicho lugar».

De hecho, la mayor parte de las ausencias al puesto de trabajo se producen por bajas asociadas a trastornos leves que ocupan una recuperación inferior a los cuatro días. Del total de procesos por incapacidad temporal iniciados en Aragón durante todo 2023, el 67% le salieron gratis tanto a las empresas como a la Seguridad Social, dado que por incapacidades de tres días o menos el trabajador no tiene derecho a prestación. 

De hecho, el índice por contingencias comunes se sitúa en 406 nuevos procesos por cada 1.000 trabajadores protegidos en los gestionados por mutuas (un 17% más que en 2019) y en 358 entre los protegidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (un 35% más).

Un problema al alza

Creen los empresarios que el problema es «importantísimo», sobre todo en la pequeña y mediana empresa, donde suplir la baja es más complicado en el cuadro de la plantilla. Desde su patronal autonómica, Cepyme Aragón, cargan contra lo que definen como el ausentismo, el «yo decido cuándo me ausento de la empresa», un hecho a lo que contribuyen las políticas sociales del Gobierno de Sánchez. «Se está confundiendo la ayuda social con la normativa laboral. Los distintos permisos que se están ampliando y creando están muy bien, pero si responden a un problema social, es el Estado a través de sus presupuestos y no la empresa quien debe pagarlo», afirma Carmelo Pérez, vicepresidente de Cepyme Aragón. 

Uno de los puntos donde más enfatizan es en el colapso en la atención primaria. «En España se da la paradoja de ser el único país de Europa en el que el que trata médicamente y evalúa la baja. Estamos elevando la presión por el sistema, el médico, que produce fallos porque el médico no quiere enfrentarse al paciente. No todo es incapacitante y está habiendo un coladero», denuncia Carmelo Pérez. 

Parecido opinan en la CEOE Aragón, desde donde insisten el absentismo se genera por una incapacidad transitoria que la atención atención primaria trata «de forma deficiente», con incrementos en las listas de espera que hacen que los procesos de baja «se demoren» por la falta de medios en el INSS y las carencias en medios sanitarios, según explica, Salvador Sánchez, presidente de la Comisión de Relaciones Laborales de la patronal de los empresarios. 

No están nada de acuerdo los sindicatos, que hacen una defensa cerrada de los derechos laborales adquiridos. «Debemos partir de dos bases. La primera, que cuando se habla de absentismo se meten todos los derechos laborales reconocidos y eso no tiene mucho sentido. La segunda, que la baja laboral te la da un facultativo para recuperar tu salud y evitar que trabajes en la fábrica mientras estás enfermo como pasaba en el siglo XIX. En este punto, ¿están acusando los empreasarios a los médicos de prevaricación?», cuestiona Luis Clarimón, secretario de Salud Laboral de CCOO Aragón. 

El secretario de Política Sindical e Industrial de UGT Aragón, José de las Morenas, incide en que en el incremento de las bajas laborales influye sobremanera el aumento de la siniestralidad laboral, que aflora mucho más allá de la mortal. Además, apunta a la infradeclaración de enfermedades profesionales declaradas. A ello debería contriubuir la puesta en marcha de la red de médicos cenrtinale incluida en la Estrategia Aragonesa de Seguridad y Salud Laboral, vigente hasta 2027. 

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