Educación

La Evau en Aragón, una cuestión de "vida o muerte" que se debe desdramatizar

Los orientadores juegan un papel fundamental en la "gestión de las emociones" de unos alumnos que temen "bloquearse" ante la importancia de la prueba

"La presión que se autoimponen es demasiada. Si sale mal no es el fin del mundo y todo acaba siendo reversible", valoran

Un alumno, pensativo, momento antes de recibir un exámen en la Evau de 2023 en Zaragoza

Un alumno, pensativo, momento antes de recibir un exámen en la Evau de 2023 en Zaragoza / Andreea Vornicu

Arturo Pola

Arturo Pola

Sin duda la Evau, o la antigua Selectividad, es uno de los momentos cumbre en la carrera académica de cualquier persona si es que se quiere acceder a la Universidad. Tres días marcados a fuego en el calendario de los estudiantes que, aunque no tienen que ser definitivos, sí que pueden marcar de una manera pronunciada el futuro estudiantil y laboral de los que se presentan a ella. Por ello, la presión y los nervios hacen que más de uno no pueda dar lo mejor de sí mismo. Es por ello que los orientadores que trabajan con los jóvenes en los centros aseguran que, sin restarle su importancia, es necesario «desdramatizar» la Evau.

«Hay que tratar de combatir esa sensación de que la Selectividad sea un todo o nada o una situación de vida o muerte. Esa sensación de jugártelo todo es muy complicada de gestionar para personas tan jóvenes y sin mucha experiencia vital», asegura Natalia Alcalde Herrero, orientadora del IES Miguel Catalán de Zaragoza. Con el objetivo de que esa angustia no les juegue una mala pasada a los estudiantes, Alcalde reconoce que, para intentar que los alumnos lleguen en las mejores condiciones psicológicas posibles a la Evau, lo que hacen desde los departamentos de orientación es una «carrera de fondo». «Ya en la ESO se trabaja, pero cuando comienza la preparación específica es en Bachiller. En las tutorías se llevan a cabo técnicas de estudio y control de la ansiedad para que sepan gestionar lo mejor posible las situaciones de estrés», explica.

En su experiencia como profesional, el mayor miedo de los alumnos es «quedarse en blanco». «Les aterra quedarse paralizados y que por una circunstancia puntual e incontrolable para ellos no sean capaces de poder expresar lo que han aprendido», analiza la orientadora, que pone como ejemplo el de una estudiante que, durante las semanas previas a los exámenes sufrió una parálisis facial fruto de los nervios y el estrés. Eso sí, Alcalde es contraria a utilizar ningún tipo de fármaco y denuncia el aumento de su uso entre personas cada vez más jóvenes: «Es preocupante el fácil acceso que tienen a ellos o incluso en muchas ocasiones son los propios padres quien se los proporcionan. Si no puedes dormir, un orfidal con 16 o 17 años no puede ser la solución».

Volviendo a la Evau y a su preparación, ¿cuándo llega el momento de más agobio para las estudiantes? «Cada caso es diferente, pero más que los días exactos de los exámenes, yo diría que es en las semanas previas, cuando el alumno está repasando, piensa que el temario es mucho más grande y se está quedando sin tiempo», explica Raquel Serrano, orientadora en el IES Ángel Sanz Briz de Casetas, que concuerda con su compañera en que la clave es empezar a trabajar «la gestión de las emociones» cuanto antes para dotar de herramientas a los jóvenes para saber salir de posibles ataques de ansiedad. «Lo que más percibo yo son bloqueos. Cuando uno se siente bloqueado entra en un círculo vicioso, muchas veces por temores irracionales, pero que son muy peligrosos si no se conoce cómo escapar o hacerle frente y más si te sucede en un momento tan crucial como lo es la Selectividad», valora.

Tremendismos

Y es que, aunque la gran mayoría de los alumnos acaba reconociendo que la Evau no es tan fiera como la pintan, que salga mal (o no tan bien como se necesita para lograr una determinada nota de corte) es una posibilidad y eso no deber ser «el fin del mundo» para nadie. «La presión que se autoimponen los chavales es demasiada. Hay que huir de los tremendismos. Si no entras a la carrera que quieres, siempre está la opción de repetirla u otras vías de acceso. Al final lo peor que te puede pasar es ‘perder’ un año. Un año no es nada en la vida y en este ámbito todo acaba siendo reversible. Transmitir eso es nuestra misión con los alumnos», reflexiona Serrano.

Por último, la orientadora manda un mensaje a las familias de los estudiantes, ya que su actuación es «decisiva» para el bienestar de los alumnos cuando llega la Evau. «Los padres deben aportar la serenidad que les falta en ese momento a los hijos. Tienen que demostrarles que están ahí para lo que necesiten, pero dando un paso atrás y siendo cautos, sin ahogarles».

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