El órdago de Vox acalla a un PP pendiente de Murcia

Los populares en Aragón guardan silencio ante una investidura de Azcón que entra en una nueva fase mientras la región levantina podría ir a la repetición electoral

Isaac Claver, Jorge Azcón y Ana Alós, en un mitin en Monzón.

Isaac Claver, Jorge Azcón y Ana Alós, en un mitin en Monzón. / PP ARAGÓN

Silencio: ¡se vota! La gobernabilidad de Aragón entra esta semana en una nueva fase, que no es otra que la del cerrado por elecciones. El PP guarda silencio ante el órdago lanzado por Santiago Abascal el pasado sábado en su mitin en Zaragoza, donde exigió entrar en el Ejecutivo autonómico y repudió los pactos de los populares con Teruel Existe, comprometiendo una hipotética abstención de la ultraderecha y los de Guitarte que Azcón necesita para gobernar en solitario. Mientras tanto, la izquierda no pierde coba para atizar lo que según ellos está pactado entre bambalinas. Así lo demostró Pilar Alegría, que pidió a Núñez Feijóo y Azcón «coraje y valentía» para que «traten con inteligencia» a los aragoneses y que «nos digan que el acuerdo con Vox está cerrado» y que calificó

En ese tira y afloja por la transparencia en las negociaciones es como entran las formaciones políticas en la segunda semana de campaña electoral... si un efecto mariposa no lo remedia. Este lunes, el protagonismo se lo robará Murcia, que celebra la segunda votación para investir al popular Fernando López Miras. El escenario apunta a fracaso salvo acuerdo in extremis por el voto en contra de Vox, que tiene una guerra abierta con el PP por la cuestión del transfuguismo en la pasada legislatura, lo que aboca a la región a una repetición electoral.

La decisión de Murcia tendrá ecos en Aragón, pues la comunidad se quedará como la única en la que el pacto de Gobierno no está cerrado. Este domingo mismo, Azcón tuvo la oportunidad de arrojar luz sobre este asunto en su mitin en Monzón. No lo hizo y tampoco hubo respuesta oficial del partido, que opta por el silencio como estrategia.

En Vox se sienten fuertes y recuerdan allá donde van que ellos tienen la sartén por el mango. Abascal lo recordó este domingo en Extremadura, la tierra donde gobernarán con la popular María Guardiola después de que esta se retractara tras asegurar que no pactaría con la ultraderecha. Lamentó Abascal «que aún no se hayan alcanzado acuerdos en Aragón y Murcia», lo que se debe al «despiste del PP que anda más preocupado en ganar a Vox en estas elecciones que a Pedro Sánchez».

Fue Abascal bastante menos vehemente que el día anterior, en su intervención en Zaragoza, cuando vetó un pacto entre Teruel Existe y el PP por ser los de Guitarte «los socios de Sánchez y Bildu». Desde la formación de la España Vaciada sí quisieron contestar e insistieron en que Teruel Existe «no ha sido socio de nadie» para recordar que «con el PSOE solo firmamos un acuerdo de investidura que se ha cumplido en gran medida».

Pilar Alegría, este domingo en Quinto.

Pilar Alegría, este domingo en Quinto. / PSOE Aragón

Pero no será esto otra cosa que el preparativo –ni mucho menos baladí– del evento más esperado de la jornada. A las diez de la noche se dan cita Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez en el duelo al sol de esta legislatura. El escenario está en los platós de Atresmedia, que acogerán el único cara a cara de la campaña con el país entero pegado al televisor. Allí se dirigirán todas las miradas para dictar sentencia en el duelo en la noche: la consolidación de la ola a favor que la derecha trae de los comicios autonómicos o la ansiada remontada del PSOE y sus izquierdas.

Huelga decir que Sánchez le reprochará a Feijóo sus pactos con la ultraderecha y que lo que ocurra en Murcia y la sombra de la duda sobre Aragón le servirán para echar más leña al fuego. Como la que echó Pilar Alegría, la número uno al Congreso por Zaragoza, que demonizó ese hipotético pacto con un partido que «no solo niega la violencia machista o el cambio climático sino que quiere recuperar el trasvase del Ebro, algo muy serio y grave para los aragoneses». Al juicio de Alegría, ayer mismo (por el sábado) «escuchamos en Zaragoza a Santiago Abascal decir que el pacto de su partido con el PP ya está servido pero no se lo van a explicar a los aragoneses hasta que pase la próxima cita electoral del 23 de julio».

Y hasta entonces dormirá la gobernabilidad de Aragón, que, a falta de conocer lo que ocurre con Murcia, apunta a ser uno más de la baraja de pactos que el PP y la ultraderecha han desplegado por el territorio nacional. Azcón aspira al modelo de Baleares, es decir, la abstención de la ultraderecha a cambio de la presidencia de las Cortes, paso que ya dieron en la noche del 22 al 23 de junio. Vox prefiere la vía valenciana: acuerdo fácil y al pie, con una vicepresidencia que recaería en Alejandro Nolasco, al modo de Castilla y León. En medio de esos acuerdos, el más complejo de todos: Extremadura. Esas son las mil y una vías de pactar que son solo una pista de por dónde podría tirar el futuro Gobierno central, si el PP no alcanzara una mayoría absoluta y necesitara a los de Abascal para mandar en el país.