Así era el proyecto del Real Zaragoza para La Romareda

El diseño presentado en mayo por el arquitecto César Azcárate apuntaba a 42.500 espectadores y una inversión de 140 millones

Compaginar una obra de varios años con el desarrollo de la competición fue una de las premisas fundamentales

Recreación digital del anteproyecto presentado por el Real Zaragoza

Recreación digital del anteproyecto presentado por el Real Zaragoza

El Periódico de Aragón

Único. Icónico. Identificable. Reconocible. Y con inspiración aragonesa. Esas fueron las palabras elegidas en mayo por el director general del Real Zaragoza, Raúl Sanllehí, en la presentación del anteproyecto de la nueva Romareda, un equipamiento estratégico para la capital aragonesa que ahora está más en el aire que nunca después de que el club haya renunciado esta semana a seguir adelante debido a la "inseguridad jurídica" que lo rodea.

Con capacidad para 42.500 espectadores y una inversión de 140 millones, el diseño presentado en su día por el club jugaba con los colores blanco y azul corporativos y cumplía con todas las exigencias de la FIFA para que la ciudad fuera una de las sedes del Mundial de Fútbol 2030.

Diseñado por el arquitecto de Idom, César Azcárate, la idea era que su construcción se hiciera por fases, para permitir que la competición liguera pudiera jugarse en La Romareda y con el mayor número de espectadores. El estadio propuesto, además de ampliar el aforo y crear nuevas zonas VIP y de hospitality, estaba diseñado para albergar todo tipo de eventos, más allá del fútbol.

Campo urbano

Según Azcárate, La Romareda tiene la peculiaridad de ser un campo totalmente urbano, rodeado de zonas verdes y grandes paseos y plazas que deben ser integradas en el nuevo estadio. A la hora de diseñar el equipamiento. el arquitecto tuvo en cuenta una de las señas de identidad de la capital: el viento. De ahí esas fachadas «modeladas» que proponía, cóncavas por la zona norte y sur y convexas por este y oeste, como desgastadas por el cierzo. Unas formas llamadas a dotar de una mayor amplitud al espacio urbano e integrar la plaza Eduardo Ibarra y el paseo Isabel la Católica. «Es un estadio específico para Zaragoza. Será único», matizó. 

El campo contaba con tres niveles que terminarán con una icónica y envidiable terraza en su planta superior rodeando todo el estadio. Según el diseño de Azcárate, las zonas de goles albergaban los graderíos, mientras que los laterales quedaban reservados para las tribunas, la zona VIP y de hospitality. Una gran cubierta de protección para todos los espectadores y una disposición de las gradas que permitía que todos los presentes estén próximo al terreno de juego. “Serán continuas, con distancias y pendientes ajustadísima para lograr esa cercanía” con los jugadores, dijo el arquitecto en mayo.

Configuración flexible

La idea era que la nueva Romareda fuera algo más que un campo de fútbol y contase con una extensa zona comercial y ocio. Además, la distribución de los espacios hospitality permitía adaptar las instalaciones a las necesidades y a los eventos que se pudieran organizar en su interior. "Nos interesaba crear una configuración flexible que podrá ser adaptable a las necesidades del club y de la ciudad, variando incluso el aforo de espectadores VIP de 2.200 hasta 4.100", indicó el arquitecto.

En concreto, y para cumplir con la normativa FIFA, se proyectaron dos anillos de gradas principales para los espectadores, que se ubicaban principalmente en la zona de goles, y las tribunas, en el este y oeste del campo. La oferta para las áreas VIP era «amplia y variada» y había espacio para el público premium en la primera planta, donde también se ubicaban los palcos VIP, mientras que el presidencial estará en la segunda. El estadio tenía un Pitch Club con vistas al túnel de jugadores.

Las obras, por fases

Una de las exigencias del ayuntamiento pasaba por compaginar las obras con la competición, de manera que se desarrollaran por fases. Según el arquitecto de Idom, se aprovechaban los veranos para acometer los trabajos que más afecciones pudieran. Según los plazos manejados hasta esta misma semana, en 2024 debía comenzar la demolición y construcción de la zona sur. Después, en 2025, debían iniciarse los trabajos en la tribuna este, para actuar en la tribuna de preferencia y el terreno de juego en 2026, y en el gol norte en 2027.

Azcárate explicó que para poder ejecutar los trabajos era necesario desplazar «en horizontal» entre «cuatro y cinco metros» el terreno de juego, y rebajar su altura 50 centímetros.