¿Cuáles son los 'souvenirs' que más compran los turistas en Zaragoza?

Desde los imanes hasta los típicos adoquines; los visitantes prefieren recuerdos pequeños y económicos

El quiosco de souvenirs en el pasaje de la plaza del Pilar.

El quiosco de souvenirs en el pasaje de la plaza del Pilar.

Inma Marín Soriano

Inma Marín Soriano

Turismo y ‘souvenirs’ dos elementos que van de la mano cuando se visita una ciudad o un país nuevo. Recuerdos para nosotros, familiares o amigos llenan la maleta de imanes, tazas o camisetas con el nombre impreso del lugar que hemos visitado. En el centro de Zaragoza hay muchas y muy variadas tiendas donde se pueden adquirir los productos más típicos de la capital maña o productos menos comunes y más transgresores como los vistosos paturros, unos patitos de goma disfrazados de baturros.

En Agosto, las tiendas de la plaza del Pilar, calle Alfonso y Don Jaime I se llenan de turistas en busca del recuerdo perfecto. Entre los más típicos se encuentran los adoquines, las frutas de Aragón y las figuras de la Virgen del Pilar. Nuestra primera parada es Bisutería Bellostas en la calle Alfonso. Una tienda centenaria que se fundó en 1875 y donde se pueden encontrar mantones, mantillas, abanicos y todo tipo de complementos con la Pilarica como protagonista. Allí, su propietaria Isabel Bellosta atiende a una pareja de turistas italianos en busca de un abanico para contrarrestar el calor. “Los turistas compran casi todos los productos hechos en España, lo que más vendemos son medallas, imanes y bisutería porque ahora los visitantes no solo compran el clásico souvenir de siempre”, explicaba Isabel Bellosta. El turismo en la capital está un poco flojo e Isabel admite que con la pandemia sufrieron una gran caída de ventas.

Isabel Bellostas en su tienda con unos turistas italianos.

Isabel Bellostas en su tienda con unos turistas italianos.

Avanzando hacia la plaza de la Basílica, en pleno pasaje encontramos un pequeño quiosco donde se agrupan decenas de turistas ataviados con sombreros, agua y abanicos haciendo cola para comprar algo de la pequeña tienda. Desde Córdoba, Rafael Ibáñez quiere comprar un imán para sus padres y desde México Carina Velasco está en busca de una pulsera con el icono de la ciudad para llevárselo de recuerdo a su tierra. “Lo que más vendemos son las pulseras vienen sobre todo visitantes franceses, estadounidenses, italianos y mexicanos y se dejan bastante dinero”, comenta Yara Álvarez, dependienta de la tienda. “Cosas pequeñas que ocupen poco en la maletao y que sean baratas” eso es lo que más compran en Zaragoza los turistas según la experiencia de Victoria Martínez que está al frente de la tienda Basilicus desde 2010.  

Victoria Martínez en su tienda Basílicus en plena plaza del Pilar

Victoria Martínez en su tienda Basílicus en plena plaza del Pilar

Pero si hay una tienda típica y conocida en Zaragoza es la de “El Maño” con más de 50 años de antigüedad. Desde aquí, Antonio Vélez recuerda como su padre se ponía en la puerta de la tienda con dos perros disfrazados de flamenca y de vaquero para hacer las delicias de todo aquel que pasaba por esta esquina, situada en un lugar privilegiado, entre la plaza de La Seo y La Basílica del Pilar. “Lo que más vendemos ahora mismo es el agua porque estamos en plena ola de calor”, comenta Antonio Vélez, quien admite que este verano está siendo un poco “flojo”. “Siempre se suele trabajar mejor a partir de las fiestas de San Lorenzo, sin embargo este año hay poco movimiento”.

Antonio Vélez en la puerta de la icónica tienda El Maño.

Antonio Vélez en la puerta de la icónica tienda El Maño.

Pero sin duda si hay algo típico de Zaragoza, aparte de las frutas de Aragón, son los famosos adoquines. Unos caramelos cuadrados con la envoltura de la Virgen del Pilar. Se pueden encontrar en numerosos establecimientos pero el único donde se venden exclusivamente confituras es El Rincón. Allí, su dependienta Angelines Rincón ofrece caramelos, frutas de Aragón, piedras y adoquines. “Han bajado las ventas”, lamenta Angelines Rincón desde el mostrador con más de 56 años de antigüedad.

Angelines Rincón en la tienda de confituras El Rincón.

Angelines Rincón en la tienda de confituras El Rincón.

Aunque muchos tenderos coinciden en que no está siendo el mejor verano en lo respectivo a las ventas ninguno conoce la causa. Lo atribuyen al calor o al hecho de que la gente no tiene una buena economía para despilfarrar. Sin embargo, Lucía González de Regalos La Seo tiene otra teoría y puede que no vaya muy desencaminada. “El turismo que viene no compra y la gente joven no tiene creencias”, sentencia Lucía González. Para ella desde la pandemia las ventas han caído, “el negocio va bien pero ya no es lo mismo”.

Dos turistas ojeando el escaparate de una tienda de recuerdos.

Dos turistas ojeando el escaparate de una tienda de recuerdos.

Quizás la clave esté en innovar como hizo Raúl de Jesús hace cuatro años con su tienda de Paturros. El vistoso patito de goma amarillo hecho en Aragón, disfrazado de múltiples personajes de lo más variopintos como Goya, la Guardia Civil o los baturros de la jota aragonesa. “La cosa está yendo bien sobre todo durante el puente de agosto, hay gente que viene de paso y para de propio en Zaragoza para comprarse un patito y otros muchos turistas entran atraídos por el escaparate porque no es una tienda común”, declara Raúl de Jesús.

La tienda de paturricos en la calle Don Jaime I.

La tienda de paturros en la calle Don Jaime I.

Modernas o antiguas vistosas o tradicionales las tiendas de recuerdos de Zaragoza son un imprescindible si se visita la ciudad. Recuerdos que en muchas ocasiones traspasan fronteras y llevan el nombre de Zaragoza por todo el mundo en forma de llaveros, imanes pulseras o figuras de la virgen.