Movilidad urbana

El 31% de los atropellos en Zaragoza se produce en pasos de cebra sin semáforo

El ayuntamiento diseña un plan de seguridad vial para reducir la siniestralidad

Acera Peatonal pone en cuestión las calles semipeatonales, que tilda de «trampa»

Un peatón cruza por la calle Don Jaime a escasos metros del paso de cebra.   | JAIME GALINDO

Un peatón cruza por la calle Don Jaime a escasos metros del paso de cebra. | JAIME GALINDO / carlota gomar

Carlota Gomar

Carlota Gomar

El 31% de los atropellos se produce en pasos con prioridad peatonal y sin semaforizar en Zaragoza (69), mientras que el 13% ocurre en cruces con semáforo (29). El año pasado la capital experimentó un incremento en el número de siniestros. De los 220 atropellos, el 82% de los peatones resultó herido (181) y seis perdieron la vida. Un año antes, en 2021, hubo 202 incidentes en la ciudad, 18 menos y un único fallecido.

Podría decirse que de media en Zaragoza se produce un atropello cada 2 días por un coche, bici o patinete. Los cambios en la movilidad y la aparición de nuevos elementos ha provocado un incremento de la siniestralidad en las calzadas urbanas que ha puesto en alerta al ayuntamiento. Desde 2020, cuando la pandemia ayudó a reducir los incidentes, la cifra no ha dejado de crecer hasta alcanzar los 2.846 siniestros el año pasado con diez víctimas mortales. Este año ya van cuatro.

«Este aumento es significativo y no puede echarse en el olvido» apuntan desde la Asociación Acera Peatonal coincidiendo con el Día Mundial del Peatón (ayer). Una jornada que pone en el centro a los caminantes y que aprovechan para urgir al Gobierno de Natalia Chueca a acelerar el Plan Urbano de Seguridad Vial que prometió a finales del año pasado, cuando se disparó la siniestralidad en las carreteras de la ciudad. También entonces se anunció la revisión de los cruces con semáforos en ámbar que está pendiente. Lo que sí se ha hecho ha sido mejorar la visibilidad en gran parte de los cruces sin semáforo, donde el consistorio ha retirado cualquier elemento que pueda limitar el campo visual tanto del conductor como del caminante.

Una carrera de obstáculos

El peatón es la base de cualquier modelo de movilidad urbana. Sin embargo, desde Acera Peatonal consideran que «cada año se enfrentan a más problemas». «Nos dicen que tenemos prioridad pero son muchos los obstáculos que tenemos que salvar entre paradas de autobús en las aceras, carriles bici, veladores y mobiliario público», añaden desde la entidad, que define como «trampas» las nuevas calles semipeatonales. «Están muy bien y quedan muy bonitas pero generan una falsa sensación de que todo el espacio es para el peatón y no es así», añaden. Según la memoria de la Policía Local, el año pasado se produjeron 38 atropellos en las aceras o calles semipeatonalizadas.

El Gobierno del PP, ya en la anterior legislatura, inició un plan de reforma de calles y avenidas que compartían una peculiaridad: su semipeatonalización. En general, los centros históricos de las capitales han vivido procesos de peatonalización impulsados, principalmente, por el turismo y la gentrificación. Otra de las medidas que adoptó hace años la capital aragonesa fue la reducción de la velocidad en las calles de un único sentido a 30 kilómetros hora. Una medida obligatoria para todas las urbes desde 2021 pero que en Zaragoza se impuso en 2010 y que se ha potenciado diseñando calzadas en zig zag o con plataformas elevadas en los cruces para obligar al conductor a reducir su velocidad. Circulando a 50 kilómetros por hora las posibilidades de que un atropello sea mortal son del 80%, mientras que si el vehículo lo hace a 30 son del 20%.

La responsabilidad es compartida tanto del conductor (usuario de bici o patinetes) como del peatón. El año pasado, por ejemplo, se contabilizaron 50 atropellos fuera del paso peatonal (el 23% del total), es decir, por cruzar por donde no se debe.