Juicio

La fiscal rebaja la pena a la joven que degolló a su madre tras llegar a un acuerdo de conformidad

Marya Tereza H. A. admite en el juicio, con muchos matices, cómo asesinó a su madre en pandemia instigada por su novio, lo que anuncia un acuerdo por el que se le reducirá la pena que pide la acusación: 30 años de cárcel

"Cuando la maté, él me abrazó fuerte, me cogió el cuchillo y me dijo ‘ya está'. Estoy muy arrepentida, mucho. Y pido perdón"

La fiscal rebaja la pena a la joven que degolló a su madre tras llegar a un acuerdo de conformidad.

La fiscal rebaja la pena a la joven que degolló a su madre tras llegar a un acuerdo de conformidad.

El Ministerio Fiscal ha rebajado la pena solicitada a Marya Tereza H. A., la joven junto a su novio, de 17 años en el momento del crimen, asesinó a la madre de ella, Anna Todorova Andonova, en su piso de l’Alcúdia de Crespins para robarle y pagar una deuda de 20 euros que el joven tenía con su camello por un puñado de marihuana. Tras el reconocimiento de hechos de la acusada, que ahora tiene 22 años, y el acuerdo de conformidad alcanzado entre las partes, la fiscal solicita 23 años y medio de cárcel de los 30 que inicialmente pedía para la procesada, con lo que, a la espera de lo que dictamine el veredicto del jurado y la sentencia del magistrado, la joven podría ver reducida su condena en casi siete años.

Así, de los 30 años que le pedía la Fiscalía -25 por el asesinato y 5 más por el robo con violencia en casa habitada- las partes solicitan una pena de 23 años y medio: 20 por el primero de los delitos, la muerte violenta, alevosa y planificada de su madre, y tres años, seis meses y un día por el segundo, esto es, vaciarle la cuenta en los dos meses siguientes al crimen. Este favorable pacto, el mejor que habría podido obtener, ha sido pacientemente peleado por su defensa, ejercida por las penalistas valencianas Isabel Carricondo y Laura Muñoz, a lo largo de varios meses.

Sin embargo, pese a este acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular que ejerce el hijo de la víctima y hermano mayor de Marya Tereza, más conocida como Teri, el juicio se ha celebrado practicando la mínima prueba necesaria en apenas dos días. En la sesión de hoy han declarado los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de València que realizaron la autopsia del cadáver y los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Xàtiva que llevaron la investigación.

Teri, en una foto que se tomó con su entonces novio y también condenado por el crimen, después del asesinato.

Teri, en una foto que se tomó con su entonces novio y también condenado por el crimen, después del asesinato. / / LEVANTE-EMV

Tras los informes de las partes, los miembros del jurado popular deberán dictar un veredicto, relativamente sencillo al estar todas las partes de acuerdo sobre la reponsabilidad penal de la acusada, por los delitos de asesinato y robo con violencia en casa habitada. Marya Tereza H. A. reconoció el primer día del juicio los hechos, tal como los confesó la primera vez ante la jueza en febrero de 2023, versión que adelantó en exclusiva Levante-EMV, del mismo grupo editorial, en enero pasado.

El novio ya fue condenado en Menores

En esta ocasión, el exnovio, que continúa cumpliendo la pena de siete años de internamiento que le impuso en marzo de 2023 el juez de Menores porque, cuando cometió el crimenel acusado aún tenía 17 años, iba a comparecer como testigo. Tal como ha venido informando este diario, el coautor del asesinato de Anna alcanzó la mayoría de edad (con la que hoy se enfrentaría a una pena similar a la de Marya Tereza) a mediados de mayo de 2020, apenas un mes y medio después de los hechos. De hecho, cuando fue detenido ya tenía los 18 años de edad e incluso pasó unos meses en la cárcel de adultos, en Picassent, hasta que la jueza ordenó su traslado a un centro de menores.

En pleno uso de sus facultades mentales

En el caso de Marya Tereza, tanto la fiscal como el letrado que ejerce la acusación particular en nombre del hijo de la víctima y hermano mayor de la acusada pedían la máxima pena por asesinato: 25 años. La razón es que hay una agravante, la de parentesco, y no existe ninguna circunstancia atenuante, dado que cuando ambos actuaron lo hicieron en pleno uso de sus facultades mentales.

De hecho, el informe psiquiátrico de imputabilidad, realizado por dos forenses del departamento de Psiquiatría del Instituto de Medicina Legal (IML) de València, dejaron claro que Marya Tereza conserva intactas todas sus capacidades mentales, tanto de conocimiento como de voluntad.

Extrema crueldad

El asesinato, del que Levante-EMV informó en exclusiva en agosto de 2020, cuando se produjeron las detenciones, se había producido mucho antes, más de cuatro meses antes, para ser exactos. Marya Tereza y su novio K. T. S.: habían acordado previamente, a finales de marzo acabar con la vida de Anna.

Los motivos eran una mezcla que ni ellos supieron diseccionar cuando los detuvo la Guardia Civil y tampoco más tarde, en los respectivos juzgados. Aun así, no hubo un motivo único, sino un cóctel de razones en las que se refugiaron en sus declaraciones, que van desde las riñas cada vez más frecuentes entre madre e hija, porque la segunda no veía con buenos ojos al novio de Tereza, a la negativa de la víctima a seguir dándole dinero a su hija que no trabajaba y se gastaba lo que le daba en comprar y fumar marihuana con K. T. S.

De hecho, han argumentado durante todo el procedimiento que el principal motivo era obtener dinero para pagar una deuda con el camello de K. T. S., una cantidad que han ido variando en sus declaraciones entre 110 euros (al principio) y 20 euros en las últimas comparecencias.

Un crimen en dos tiempos

Así las cosas, el 1 de abril, cuando España entera llevaba dos semanas confinada por un virus al que entonces nadie conocía, K. T. S., tras varias conversaciones por Whatsapp e Instagram acordando el asesinato de Anna, se presentó en casa de su novia entre las 13.00 y las 15.00 horas, con un cuchillo de cocina cogido de su domicilio (vivía con sus padres) y una barra de pan para justificar su presencia en la calle si le paraba la policía (comprar pan era una de las pocas excepciones a las restricciones de la movilidad impuestas para frenar la covid-19).

Marya Tereza le abrió la puerta y él se fue a la cocina, cogió una botella de amoniaco y se dirigió al salón de la casa, donde Anna dormía en el sofá. Primero le arrojó el líquido corrosivo a la cara y, cuando la mujer se despertó aturdida, la golpeó en la cabeza con unas mancuernas de su novia y después le clavó dos veces el cuchillo en el pecho.

"Lo último que me dijo fue 'tengo frío'"

La víctima se levantó tambaleándose y cayó malherida en el pasillo. Según las acusaciones, K. T. S. la siguió hasta ese lugar y la golpeó de nuevo en la cabeza con la parte roma de un cuchillo jamonero. Estando en esa situación, recogen las acusaciones que fue su hija quien se colocó junto a la mujer, aún agonizante y consciente, y, tras bajarle el cuello del jersey, le realizó un primer corte con uno de los cuchillos. "Tras lo cual se detuvo a fumarse un cigarro para, posteriormente" consumar el asesinato degollándola de dos tajos en la parte laterocervical del cuello.

Así lo contó la acusada: «La empecé a acariciar y a decirle ‘mamá, ¿por qué teníamos que acabar así?’. Volví a la cocina y él me dijo que lo hiciera ya. Volví y empecé a acariciarla de nuevo, mi madre ya no podía hablar, no podía respirar casi, estaba agonizando. Me levanté otra vez, me fumé otro cigarro con él y le dije ‘por favor, déjala, si se va a morir quieras o no’. Me empezó mi madre... Lo último que me dijo fue: ‘Tengo frío’. Así me lo dijo. Entonces él me lavó la cabeza, me empezó a decir que solo él me amaba, que solo el me quería, que solo él iba a estar conmigo, que solo él me quería de verdad. Que al hacer eso lo íbamos a encubrir bien. Cogí el cuchillo, le dije a mi madre que la quería mucho y le corté el cuello».

Conviviendo con el cadáver

Y ahí, tirada en el pasillo, la dejaron durante casi cuatro meses, desde el 1 de abril hasta la madrugada del 20 de agosto de 2020, cuando la Guardia Civil perturbó su sueño llamando al timbre de madrugada. Unas horas antes, el novio de una amiga de K. T. S., condenada en el proceso de Menores por encubrimiento porque les ayudó a limpiar la casa y a deshacerse de los cuchillos una semana después del crimen, había ido al cuartel para contar, horrorizado, lo que la chica le acababa de confesar, que había estado en la casa y que había visto el cadáver de Anna en el pasillo de la vivienda.

Cuando los agentes llamaron al timbre, Teri y K. T. S. dormían. Fue ella la que contestó. Al saber que era la Guardia Civil de Canals, se negó a abrirles y fue en ese momento, según afirma, cuando trasladaron el cuerpo de Anna, en pleno estado de putrefacción, al interior de la bañera. Por la mañana, y ya con una orden de entrada y registro en la mano, los agentes entraron en el domicilio y detuvieron a los amantes tras encontrar los restos mortales de Anna en el cuarto de baño grande.

Vaciaron la cuenta en dos meses

Durante esos cuatro meses, Marya Tereza y K. T. S. no solo le pagaron la deuda al camello, sino que siguieron comprándole marihuana y gastando el dinero de la víctima en todo aquello que se les ocurrió comprar. En total, 6.249,74 euros que fueron extrayendo del cajero con una de las tarjetas (de la otra no sabían el pin) entre las 15.48 horas del mismo 1 de abril, es decir, con Anna recién asesinada tirada en el pasillo de casa, hasta el 4 de junio, cuando dejaron sin saldo la cuenta de la víctima.