Encuesta de profesores y enfermeras

El problema de la salud mental en las aulas: El 86% de las enfermeras escolares atienden a alumnos con trastornos

Seis de cada diez profesionales sanitarios que trabajan en centros educativos ha tenido conocimiento de un intento de suicidio en el alumnado

Imagen de archivo para ilustrar temas de salud mental y depresión.

Imagen de archivo para ilustrar temas de salud mental y depresión.

Patricia Martín

Una encuesta realizada entre 6.221 docentes, padres y madres y enfermeras escolares pone de manifiesto que los trastornos de salud mental se han disparado entre los niños, adolescentes y jóvenes españoles. Por ejemplo, el 86,19% de las enfermeras escolares afirma que atiende a algún menor con un diagnóstico relacionado con la salud mental -el 62% ha vivido un intento de suicidio en su alumnado-, mientras que 9 de cada 10 profesores ha detectado un incremento de estos trastornos.

Las principales patologías entre el alumnado diagnosticado son la hiperactividad o déficit de atención (el 81%), la ansiedad (el 66,4%) e intentos de suicidio y autolesiones (el 65,9%). En concreto, el 62,7% de las enfermeras ha detectado algún intento de suicidio entre el alumnado de su centro.

Y otras patologías destacadas son los trastornos del espectro autista (64,7%); los trastornos del comportamiento (56,9%); los trastornos de la conducta alimentaria (47,4%), la depresión (40,1%); las conductas destructivas o desafiantes (34%); las adicciones (17,2%) y la psicosis (6%).

Las herramientas

Pese a esta situación generalizada, los profesores y las enfermeras escolares no disponen de suficientes herramientas para ayudar al alumnado, según ha detectado el sondeo realizado por los sindicatos Satse (de enfermería) y Anpe (de docentes) y presentado este martes. Para empezar, solo el 20% de los centros escolares disponen de profesionales de enfermería, pese a que desde hace años la comunidad educativa y sanitaria pide la implantación de esta figura, con dedicación exclusiva, en los colegios e institutos.

Además, más de la mitad de los profesores (el 53%) afirma que su centro no dispone de protocolos de prevención, detección y formación sobre la salud mental del alumnado. Y el 43,8% de las enfermeras que sí trabajan en centros educativos sostienen que tampoco disponen de protocolos con herramientas para atender al alumnado diagnosticado de un trastorno de salud mental. Ante ello, solo el 48% de las enfermeras escolares participa en el seguimiento y control de estos alumnos. Su trabajo normalmente se centra en la atención del alumnado con patologías crónicas -no mentales- (algunas dedican a estos niños el 100% de su tiempo), así como caídas o enfermedades víricas sobrevenidas.

La enfermera escolar

“El estudio pone de manifiesto la necesidad de la implantación de enfermera escolar en los centros educativos, una figura que resulta decisiva en el abordaje de los problemas de salud en general y también de salud mental”, ha sostenido la presidenta del sindicato de enfermería Satse, Laura Villaseñor.

En concreto, ha detallado, la enfermera escolar desempeña “un papel importante” en la prevención de los problemas de salud mental, “es la que puede dar la voz de alarma” a través de la identificación de factores de riesgo como las conductas lesivas, el consumo de alcohol, tabaco o drogas, así como las situaciones de baja autoestima, acoso escolar o problemas de socialización. Y, en el caso de un diagnóstico de patología psiquiátrica, se encarga de la administración y seguimiento farmacológico. “Los docentes no tienen porqué estar pendientes de los tratamientos de los alumnos”, ha subrayado Villaseñor.

El profesorado

La encuesta también se interesa por la salud mental del profesorado. Según los docentes, esta se ve afectada por el exceso de burocracia (80%), el exceso de alumnado (70%), los problemas de convivencia en las aulas (70%), entre otros problemas. Pese a ello, el 56% de las enfermeras no realizan ningún tipo de intervención en salud mental del profesorado, mientras que el 90,9% de los docentes indica que la administración no contempla recursos o programas de apoyo en este ámbito.

Pese a este panorama, nueve de cada diez padres ven preciso que se corrija la situación y un profesional sanitario sea el que atienda a los trastornos mentales de los alumnos -y profesores- en los centros educativos.