El drama de la alineación titular del Real Zaragoza

Esta es la alineación titular que Fran Escribá presentó en Málaga. Cristian Álvarez, Larrazabal, Lluís López, Jair, Nieto, Alarcón, Francho, Bermejo, Bebé, Vada y Giuliano. Desde su llegada, Bebé se ha elevado por encima del resto y juega con un estatus futbolístico superior: en sus botas está prácticamente todo el peligro que genera el Real Zaragoza haciendo profunda la banda izquierda llegando hasta la línea de fondo o con misiles tierra-aire y aire-tierra desde fuera del área.

Aunque el pie se le ha secado desde hace un par de meses, Giuliano Simeone ha sido el mejor jugador del equipo en este campeonato. En Málaga, antes del descanso, le birló la cartera a la defensa local y a Yáñez, el guardameta, miró la portería vacía de guardián e, incomprensiblemente, demoró tanto el disparo para acomodarse con la diestra en lugar de empujarla con la zurda que permitió a Ramalho salvar el 0-1.

Escribá: "Llevamos dos jornadas en que nos competimos absolutamente nada"

Esa acción cambió el encuentro. Luego, a la vuelta de los vestuarios, Rubén Castro la cazó tras una extraordinaria acción de Delmás que le ganó la partida a Nieto y en la que también salió muy desmejorado Larrazabal. El gol retrató lo que es este Real Zaragoza y el drama de la alineación con la que fue a buscar tres puntos importantísimos para no entrar en pánico y con la que no consiguió más que volver con un deshonroso 3-0, el segundo obra de Lago Junior ante la pasividad defensiva colectiva y el tercero, el de la humillación, con picadita incluida de Rubén Castro.

De los once jugadores que utilizó de inicio Escribá, al que el agujero negro que rodea a este club en la última década también ha empezado a afectar, al menos seis son incompatibles con aspiración alguna, con nada. El bofetón resonó en Zaragoza desde Málaga. Después de semejante guantazo, las alarmas se han encendido. El equipo ha encajado siete goles en dos jornadas, es 17º, con solo cuatro puntos de renta sobre la zona de descenso, que marca la Ponferradina. No hay otro objetivo de aquí al final que sacar la cabeza de esas tierras movedizas que se agitan cada vez más amenazantes bajo los pies. Y, luego, alcanzada la permanencia, que llevará un trabajo costoso lograrla, hacer una limpieza a fondo en la plantilla y liberarla de jugadores de tercer nivel, cuya presencia es absolutamente sorprendente en un club con un límite salarial de 10 millones de euros.

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