Elecciones EEUU 2024

La gran incógnita del impacto político de la condena de Trump

Donald Trump abandona el tribunal tras escuchar el veredicto del jurado.

Donald Trump abandona el tribunal tras escuchar el veredicto del jurado. / Justin Lane / AP

Idoya Noain

¿Y ahora qué? La pregunta tras la histórica condena penal a Donald Trump tiene algunas respuestas claras en términos de los siguientes pasos del proceso o de legalismos: puede ser candidato, puede ser presidente, será sentenciado el 11 de julio. En términos de impacto político, en cambio, este momento inédito y explosivo que mete a Estados Unidos en territorio inexplorado a cinco meses de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre abre una gran incógnita.

Antes de 2016 la idea de que un candidato de uno de los dos grandes partidos con opciones de hacerse con la presidencia se convirtiera en un criminal convicto habría sido el final de cualquier aspiración real a la victoria. Pero los parámetros históricos se han hecho añicos desde 2015, cuando Trump bajó las escaleras de su torre en la Quinta Avenida, donde este viernes ha convocado una rueda de prensa para las 11 de la mañana (17.00 horas en España), y anunció su candidatura.

En los nueve años desde entonces, incluyendo los cuatro en la presidencia, Trump ha sobrevivido escándalos y dos ‘impeachments’ o condenas en juicios civiles. Ha amasado en torno a él un movimiento extremadamente leal. Disfruta de un apoyo inquebrantable entre bases que le ha permitido también cimentar su control prácticamente absoluto del Partido Republicano.

Hablar con cualquiera de sus votantes este jueves, o escuchar a los políticos republicanos que le han estado mostrando su fidelidad peregrinando al tribunal de Nueva York para acompañarle y han denunciado el veredicto es escuchar sus repetidas frases de que el juicio ha estado “amañado” y de que tanto en este caso como en los otros tres penales que enfrenta (donde aún le quedan 54 cargos) es víctima de una “persecución política”.

Es difícil pensar, por no decir imposible, que pese a la condena vaya a perder ninguno de esos votos, o a ver fracturas en ese férreo respaldo de la inmensa mayoría de políticos republicanos. Y no conviene olvidar lo que sucedió tras el asalto al Capitolio: aunque inicialmente se distanciaron de Trump algunos políticos republicanos y medios conservadores, no tardaron en volver a cerrar filas a su alrededor.

El interrogante de los indecisos

La gran pregunta es si republicanos más moderados o votantes indecisos, siempre pocos y cada vez menos en un país cada día más polarizado, se replantearán su voto tras el veredicto en Nueva York. Los sondeos dan imágenes borrosas de ese potencial movimiento y reflejan pequeñas ganancias de Biden, al que Trump aventaja en las encuestas de cara a noviembre. Las oscilaciones son algo mayores cuando en la pregunta en los sondeos se plantea la posibilidad de que Trump sea encarcelado.

Aunque se trate de movimientos marginales, en cualquier caso, podrían resultar determinantes en lugares clave de los estados bisagra que acabarán decidiendo el ganador: Arizona, Nevada, Georgia, Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Carolina del Norte.

El veredicto de las urnas

El veredicto de culpabilidad a Trump podría servirle como combustible para incentivar más la movilización y para recaudar más fondos, algo que él y su campaña empezaron a hacer minutos después del anuncio del jurado (y que, según la campaña, funcionó con tanto éxito que llevó a una caída del sistema). Y en sus primeras declaraciones nada más conocer el dictamen del jurado Trump lo dejó claro: “el verdadero veredicto será el 5 de noviembre, por el pueblo”, dijo.

También Biden optó tras el veredicto por no hablar de la condena sino por hacer una llamada a la movilización. En un tuit que dirigía a la web de donaciones a su campaña escribió: “Solo hay una manera de mantener a Trump fuera del Despacho Oval: en las urnas”.

El dilema demócrata

El presidente mostró contención pero hay un dilema entre los demócratas sobre cómo usar políticamente este inédito veredicto. Muchos optaron por hablar asépticamente con alabanzas al funcionamiento del sistema de justicia. La senadora Elizabeth Warren advirtió contra politizar la condena. Pero otros fueron a la yugular de Trump. El gobernador de Illinois, JB Pritzker, emitió este jueves un comunicado atacando a Trump como “racista, homófobo, estafador, amenaza para el país” y. ahora, “un criminal convicto”.

 En los próximos días y semanas se irá palpando más el impacto y cómo los dos candidatos y los dos partidos navegan en este territorio sin mapa. Los republicanos tratarán de aprovechar el juicio que se inicia la semana próxima contra Hunter Biden, el hijo del presidente, para reactivar sus ataques al demócrata. La sentencia a Trump el 11 de julio, que se dictará cuatro días antes de su coronación como nominado en la convención republicana en Milwaukee, será otra sacudida. Pero nadie puede medir la intensidad de este terremoto. Y cinco meses, en política estadounidense, son una eternidad.