Guerra en Gaza

Israel espió y presionó a los miembros del Tribunal de La Haya para perjudicar sus investigaciones, según 'The Guardian'

El espionaje se ha centrado en el fiscal general, Karim Khan, así como en su predecesora en el cargo, Fatou Bensouda

Banderas iisraelí.

Banderas iisraelí. / EFE

Lucas Font

El Gobierno de Israel ha espiado y presionado durante casi una década a altos cargos de la Corte Penal Internacional (CPI) para tratar de sabotear y detener sus investigaciones. Así lo ha revelado este martes el diario británico ‘The Guardian’, en una investigación conjunta con los medios israelíes ‘+972’ y ‘Local Call’, que sostiene que el país desplegó sus agencias de seguridad e inteligencia con el objetivo de interceptar llamadas, mensajes, correos electrónicos y documentos que pudieran aportar información sobre las intenciones del tribunal, incluida la emisión de órdenes de detención contra altos cargos israelíes. Unas actividades de vigilancia que ha supervisado personalmente el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu

El espionaje se ha centrado en el fiscal general, Karim Khan, así como en su predecesora en el cargo, Fatou Bensouda. La investigación revela que Khan planeaba solicitar las órdenes de arresto contra Netanyahu y los líderes de Hamás –algo que finalmente hizo la semana pasada– pero que se vió sometido a una “enorme presión” por parte de Estados Unidos para que no lo hiciera, según una de las comunicaciones intervenidas. Bensouda también fue espiada durante su etapa al frente de la fiscalía y fue supuestamente amenazada en una “guerra” que comenzó en 2015 y que involucró al exjefe del Mossad Yossi Cohen y al expresidente estadounidense Donald Trump.

"Terrorismo diplomático"

La incorporación de Palestina tras su reconocimiento como Estado observador en la asamblea general de la ONU provocó su inclusión en la CPI en enero de 2015. Algo que algunos altos cargos israelíes calificaron como “terrorismo diplomático” y que fue percibido como una “línea roja” y posiblemente “el movimiento más agresivo” a nivel diplomático realizado por la Autoridad Nacional Palestina hasta entonces. La entrada de Palestina a la CPI supuso un giro importante a nivel judicial, ya que desde ese momento todos los crímenes cometidos en su territorio quedaban bajo la jurisdicción del tribunal. La puesta en marcha de una investigación preliminar contra Israel poco después obligó a la corte a reforzar las medidas de protección y seguridad sobre sus miembros y sus pesquisas. 

A pesar de los esfuerzos del tribunal para evitar injerencias, el Gobierno israelí consiguió movilizar a sus agencias de inteligencia para interceptar las comunicaciones entre Bensouda y miembros de la Autoridad Nacional Palestina. Algunas fuentes citadas por la investigación señalan que Netanyahu llegó a estar “obsesionado” con los mensajes interceptados. “Si Fatou Bensouda hablaba con cualquier persona de Cisjordania o de Gaza, esa llamada entraba en los sistemas [de interceptación]”, explica una fuente cercana a las actividades de inteligencia de Israel. Las agencias de este país vigilaron a los informantes palestinos que aportaban documentos confidenciales declaraciones de testigos a la corte.

Medidas de seguridad

Miembros del tribunal aseguran que eran conscientes de las actividades de inteligencia llevadas a cabo por países contrarios a sus investigaciones y aseguran que están implementando medidas para evitar este tipo de injerencias. Por ahora, ninguna de estas injerencias ha afectado a la recopilación de pruebas ni ha alterado el correcto funcionamiento de la corte, según un portavoz citado por el diario británico, aunque fuentes de la investigación señalan que el Gobierno israelí sí se benefició del espionaje para adelantarse o posibles movimientos del tribunal y para prevenir futuras investigaciones. Las presiones para evitar la emisión de órdenes de arresto contra sus máximos dirigentes han sido constantes.

Preguntado por estas cuestiones, el Gobierno israelí ha rechazado todas las acusaciones y ha negado cualquier espionaje o intento de desestabilizar al tribunal. “Las preguntas que se nos han remitido están repletas de muchas acusaciones falsas e infundadas destinadas a perjudicar al Estado de Israel”, ha asegurado un portavoz de la oficina del primer ministro israelí. Algo que también ha desmentido el Ejército de ese país. “El IDF [Fuerzas de Defensa de Israel] no realizaban ni realizan operaciones de vigilancia u otras operaciones de inteligencia contra la CPI”, ha señalado.