VIDA EN LAS AULAS

El Colegio Romareda de Zaragoza realiza un intercambio con Olorón

Los estudiantes, junto a compañeros del Colegio Teresianas El Pilar, disfrutaron de un viaje de una semana a Francia donde fueron acogidos en el Colegio St Joseph

El Colegio Romareda ha realizado un intercambio con un colegio de Olorón (Francia).

El Colegio Romareda ha realizado un intercambio con un colegio de Olorón (Francia). / COLEGIO ROMAREDA

Inés Miras

Este curso, un grupo de alumnos de 3º de ESO del Colegio St Joseph (Oloron, Francia), del Colegio Romareda y del Colegio Teresianas del Pilar junto con nuestros profesores, llevamos a cabo un intercambio entre Francia y España. Primero vinieron ellos, e hicimos varias actividades para que conocieran nuestra ciudad y otras de ocio como ir de escalada a la Torre Outlet un o ir ellos a visitar nuestros monumentos más emblemáticos. Nosotros les acogimos en nuestras familias y ellos hicieron lo mismo en Francia por lo que disfrutamos de conocer costumbres, comidas y horarios diferentes.

El día 20 de marzo salimos de viaje a Oloron, en el sur de Francia. Primero fuimos al Parc d’Ours (Parque de osos) en la parada a mitad del viaje, donde vimos multitud de animales de los Pirineos como burros, gallinas, conejos, y cómo no, ¡un oso! Después de unas horas de viaje, llegamos al Colegio St Joseph en Oloron, donde nos recibió el director y nos dio la bienvenida con un discurso, para ir luego con las familias a las casas.

Al día siguiente llegamos a las 8 de la mañana al colegio, y mientras nuestros correspondientes tenían clase, los españoles tuvimos una visita guiada por el colegio. Era un colegio con varios edificios antiguos, incluso con uno que servía de internado para algunos estudiantes (varios de ellos españoles y de otros lugares). Después fuimos a Pau, una bella ciudad con el precioso castillo de Henri IV en el que tuvimos una visita guiada donde se nos explicaron las estancias y la vida de la época.

Parada en Canfranc durante el viaje a Olorón.

Parada en Canfranc durante el viaje a Olorón. / COLEGIO ROMAREDA

Visitas culturales, ocio y convivencia

Más tarde tuvimos tiempo libre para comer e hicimos el juego de la patata con la gente de Pau. Este juego consiste en que te dan una patata que tienes que intercambiar con gente de la calle por cosas raras. Al terminar, habíamos conseguido una copa, un plato, una pulsera (que le regalamos a nuestra profesora) y un objeto de decoración. Después fuimos a hacer rafting, y todos nos lo pasamos genial haciendo carreras con nuestros amigos, aunque el agua estuviese congelada. Luego, por la noche, cenamos todos juntos en el Mc Donnald’s de Oloron y pasamos un gran rato.

El viernes estuvimos la primera hora de la mañana en clase con nuestros correspondientes. Algunos asistimos a clase de español, otros de tecnología y otros a clases de ciencias. A mí me tocó español, y daban mucho acerca de la cultura, sobre todo vasca por la cercanía de Oloron al País Vasco. Cuando pasó la hora, fuimos a Biarritz, donde dimos un paseo por la costa del pueblo y nos quedamos una hora libre en la playa, sentados en el murete que separaba a esta de la acera o de pie descalzos en la arena.

Más tarde fuimos al Oceanográfico, donde había multitud de actividades muy interesantes. Para mí, la mejor fue una de un simulador de un viaje por la Antártida en una especie de nave, en la que nos lo pasamos genial riéndonos todos juntos. Como llegamos a las 18:30 más o menos y allí es la hora de cenar ya, hicimos cosas con nuestros correspondientes en las casas, por ejemplo, ver películas como fue mi caso.

El sábado por la mañana era la jornada de puertas abiertas del Collège Saint Joseph y había una exposición de arte a la que fuimos algunos. Por la tarde algunos quedaron en la bolera y cenaron allí, o fuimos a la fábrica de chocolate Lindt.

Emotiva despedida de los alumnos franceses.

Emotiva despedida de los alumnos franceses. / COLEGIO ROMAREDA

Despedida y vuelta a casa con la mochila llena de experiencias

El domingo, que era ya el último día antes de la despedida, estuvimos por la mañana en un partido de fútbol de uno de los correspondientes franceses, en el que ganó Oloron 6-1. Luego algunos fueron a comer al Mc Donnald’s y otros volvimos a casa a comer, para por la tarde volver al terreno de deportes donde había muchísimos campos de fútbol y rugby de hierba y nos quedamos jugando y hablando toda la tarde. A las 6 de la tarde más o menos, mi correspondiente y yo nos fuimos a comprar leche y queso con su madre a la granja de una de sus amigas, y estuvimos jugando un rato con un perro tirando una piedra para que la devolviese.

Al día siguiente por la mañana, en la despedida, todos estábamos tristes y nos dábamos abrazos. Era el momento de la despedida. Para tener un recuerdo, firmamos los españoles en una bandera de Francia y los franceses en unas de España. Creo que ninguno nos queríamos ir, que aunque echásemos de menos dormir en nuestra casa, todas estas amistades las recordaríamos toda la vida. En el viaje de vuelta paramos en Canfranc y Jaca, y a las 14.30 horas llegamos a Zaragoza.

Al final he terminado entendiendo mucho más de lo que pensaba, y he aprendido mucho francés y muchas cosas sobre la cultura francesa como los sus costumbres, arte y platos típicos de este país. En este intercambio hemos hecho amigos que recordaremos para siempre y que echaremos de menos, hemos conocido lugares nuevos y hemos descubierto cómo es la vida en otros lugares.