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Un mundo superpoblado

La población mundial acaba de superar los 8.000 millones de habitantes, una cifra récord que plantea numerosos dilemas sobre el futuro del planeta en el actual contexto de crisis climática y energética

China es el país más poblado del planeta, en el que ya somos más de 8.000 millones de habitantes.

China es el país más poblado del planeta, en el que ya somos más de 8.000 millones de habitantes. / EL PERIÓDICO

Laura Rabanaque

Laura Rabanaque

El atasco de coches más largo de la historia tuvo lugar en China hace cinco años en una autopista de cinco carriles y duró una semana. Esta estampa casi apocalíptica es tan solo un adelanto de lo que está por venir. China es el país más poblado de un planeta que acaba de superar hace apenas dos semanas los 8.000 millones de habitantes. Una cifra nunca antes vista y que representa el 14% de todas las personas que han habitado el mundo desde hace 2,5 millones de años. 

Las mejoras en la salud y en la alimentación están detrás de este estallido de la población mundial, según explica el profesor de Geografía de la Universidad de Zaragoza, Carlos López Escolano. «El desarrollo pujante de países como India o China en las últimas décadas ha hecho crecer de forma muy importante su población total, al mismo tiempo que se ha incrementado su esperanza de vida», analiza.

En Europa y Estados Unidos, este boom de la natalidad se dio entre la década de los 50 y los 70 del siglo XX y llevó a algunos científicos a alertar de lo que pasaría si la población mundial seguía creciendo de esa manera tan desorbitada. Con un discurso catastrofista, se pensaba que millones de personas morirían durante las décadas siguientes por el exceso de habitantes y la falta de recursos. 

Según Naciones Unidas, en 2050 seremos casi 10.000 habitantes en el mundo

No obstante, las previsiones que auguraban grandes dificultades para el desarrollo de la raza humana por culpa de la superpoblación han fallado. «Aunque la población ha seguido aumentando, también lo ha hecho la capacidad del mundo de producir alimentos debido a los desarrollos tecnológicos», afirma López Escolano. 

Las previsiones de Naciones Unidas apuntan a que en 2050 seremos casi 10.000 habitantes en el planeta, un 30% más que ahora y el doble que a comienzos de este siglo, pero muchos expertos afirman que la superpoblación puede ser cosa del pasado. 

A medida que la población ha aumentado, también lo ha hecho la capacidad de producir alimentos.

A medida que la población ha aumentado, también lo ha hecho la capacidad de producir alimentos. / EL PERIÓDICO

Según la teoría de la transición demográfica, la población de las sociedades industriales atraviesa por distintas fases. Al principio hay muchos nacimientos pero una alta mortalidad y muy poca esperanza de vida. Con las mejoras en el nivel de vida se mantiene la alta natalidad pero mejora la esperanza de vida, y con ello se reducen las muertes (lo que sucedió en Europa a mediados del siglo XX). Al finalizar este proceso, la natalidad es baja y la esperanza de vida elevada, lo que conlleva el envejecimiento de la población.

«Ahora en Europa nacen pocos niños y hay una población muy envejecida, con muy poco reemplazo. Sin embargo, en países de África, Asia y América siguen naciendo un elevado número de niños, aunque en algunos como China ya se aprecia ese envejecimiento», cuenta el profesor. Por lo tanto, pese a que dentro de 30 años seremos casi 2.000 millones de habitantes más, «la previsión es que para finales de siglo la población del mundo se estabilice y luego baje».

Consecuencias del aumento de la población

Si bien el mensaje de los especialistas es tranquilizador, el aumento de la población durante los próximos años podría tener algunos efectos. «El desarrollo tecnológico ha facilitado el aumento de la población y también que haya más recursos, pero este modelo es claramente insostenible», asegura el experto en geografía humana. 

Una buena prueba de ello son la ganadería y agricultura intensiva, «con un modelo de producción similar al de cualquier industria», que resulta «muy agresivo» para el medio ambiente. Según López Escolano, con la capacidad tecnológica actual «hay recursos para todos», lo que ocurre es que estos «están mal repartidos y mientras en los países más avanzados tiramos comida, en otros lugares del mundo pasan hambre».

El cambio climático y los desastres naturales empujan a mucha gente a emigrar.

El cambio climático y los desastres naturales empujan a mucha gente a emigrar. / EL PERIÓDICO

Precisamente, otra consecuencia del aumento exponencial de la población tiene que ver con los procesos migratorios. «Cuando en un lugar hay mucha presión demográfica y no hay recursos suficientes, hay que salir», comenta el geógrafo, y aclara que «los flujos más importantes no son de África a Europa, como mucha gente piensa, sino del campo a las ciudades dentro del propio África o Asia, lo que hará que cada vez más gente viva en zonas urbanas».

Más allá del auge del número de habitantes y la falta de recursos, otro factor que va a potenciar las migraciones en los próximos años según López Escolano es el cambio climático. «El calentamiento global va a introducir cambios en la climatología de algunas regiones, que junto con el posible aumento del nivel del mar, afectará especialmente a las zonas costeras donde se concentra mucha población, y eso podría aumentar los flujos migratorios», asegura.

De hecho, actualmente ya se habla de refugiados climáticos o refugiados ambientales para referirse a aquellas personas que se ven obligadas a emigrar por cambios bruscos en su hábitat local o como consecuencia de desastres naturales