Fútbol

El liderazgo de Carvajal prolonga la historia interminable del rey de Europa

El canterano y capitán del Real Madrid fue el que más creyó en La Decimoquinta y la consiguió con su cabeza y coraje

Carvajal celebra su gol ante el Dortmund en la final de la Champions League.

Carvajal celebra su gol ante el Dortmund en la final de la Champions League. / LaPresse

Denís Iglesias

Carvajal se encumbró como leyenda del Real Madrid con un antológico gol ante el Dortmund que le permitió igualar a Paco Gento con seis Copas de Europa. Si al niño que puso la primera piedra de la Ciudad Deportiva de Valdebebas en 2004 le dicen que superaría a la leyenda que le acompañaba, Alfredo Di Stéfano, pensaría que se estaba riendo de él. Pero el Real Madrid moderno hace tiempo que ha superado la memoria de lo clásico.

El tanto del lateral fue el premio a la insistencia que también recompensa a Nacho, Modric o Kroos con un sextete que confirma el dominio intergeneracional del Real Madrid. "Fue muy duro estar diez años en el Real Madrid y no debutar. Había hecho todo bien en el Castilla, goles, asistencias... Yo pensaba, si renuevo podría tener la oportunidad de debutar. Me dijeron que no iba a jugar, pero me lo tenía que ganar", confesó sobre su cesión en el Leverkusen, una experiencia en Alemania que le curtió.

El Real Madrid hace de lo excepcional su rutina

El país que le hizo cambiar el chip sufrió en sus carnes la confianza del jugador que creyó más que el resto para tumbar al Dortmund. Porque su testarazo produjo un glorioso efecto dominó que culminó Vinicius y permitió despedir a lo grande al camarada Kroos. El Real Madrid más impertérrito enterró a Reus en su despedida y, como tantas otras veces, supo sufrir. La historia interminable de la gloria blanca que alcanza 15 finales vencidas en Europa.

La etiqueta de favorito no se puede lavar. Va en la camiseta del Real Madrid en cualquier final. Solo si el Manchester City se cruza en el camino blanco, con Guardiola al frente de las operaciones, los porcentajes, por lo menos se igualan. Pero en la Champions, ante el Borussia Dortmund, no había debate alguno. Los de Ancelotti saltaron al campo de Wembley como un general de guerra dispuesto a sumar otro estadio más a su larga colección.

Y no uno cualquiera, porque el templo inglés es de los que sirven para coronar una obra magnífica como la temporada 2023/2024. Carletto se echó "una siesta como un león" en la previa, aunque se le veía con la típica media sonrisa que antecede a una final. El Real Madrid se empeña en hacer rutinario un término que es excepcional. Para beneficio del fútbol, el Borussia Dortmund se empeñó en recordarle al campeonísimo de Europa que estaba preparado psicológicamente para dar batalla. Sin miedo al éxito y mucho menos a la derrota.

Carvajal es el padre de la familia madridista

Terminó la primera parte con ocho tiros a favor para el conjunto alemán y dos para un Real Madrid que se vio amordazado por la energía de Adeyemi, el cerebro de Brandt o el trabajo de Füllkrug. Con todo, al descanso los porcentajes eran los siguientes: 42% de probabilidad de victoria del Real Madrid, 35% de prórroga y 23% de empate. Incluso con el partido parado, los tanteos se movían a favor de los blancos. Las matemáticas son la historia de un equipo donde el máximo baluarte era Thibaut Courtois mientras Vinicius hacía la guerra por su cuenta. Es la fórmula de siempre, un hombre con la divinidad ofensiva y otro preparado para frenar las amenazas.

A estos dos emblemas había que unirle el trabajo de Carvajal, quien vive una excelsa madurez. Desde que corrigió su dieta su rendimiento se ha multiplicado. Con la salida inmediata de Kroos y la futura marcha de Modric, el Real Madrid necesita un cabeza de familia que, en partidos como este, se ponga al frente. Tras el paso por vestuarios quedó claro que el Dortmund se había desprendido de los complejos, empujado por una afición volcánica que rompió la seguridad para introducir cientos de bengalas. Una estampa penada, pero que estará en la portada de todos los medios.

Carvajal supera a las torres gemelas del Dortmund

Era un encuentro para el miedo escénico, donde la vida y la muerte quedaron suspendidos. Un duelo para que calase el mensaje de Carvajal, quien asegura que el Real Madrid "imprime miedo y terror a los rivales cuando suena el himno". Pero las intenciones no servían contra un Dortmund que acumulaba minutos sin el pánico a la muerte ridícula que le espera a todos los rivales del conjunto blanco en el desenlace. Y otra vez Courtois, el nombre que ha tenido más claro Ancelotti desde que vio que las dos lesiones no habían restado un ápice de reflejos al mejor portero del mundo.

La final de Champions empezó con tres espontáneos y afrontó los últimos minutos en busca de un protagonista de oro. Atendió a la llamada Carvajal, el hombre que estaba más metido en la final. El único al que no le temblaba en el pulso. Lo hizo del modo más inesperado, con sus 1,73 metros rebelándose contra la altura de las torres alemanas. A balón parado, la herramienta que le sería natural al Dortmund. Para más naturalidad gloriosa, con asistencia de Kroos, que abrochaba a una generación de oro.