Superar una eliminatoria, reto y obligación para España

Tras la derrota contra Japón, toca pasar página -a medias, porque hay que hacer autocrítica y trabajar lo que falló- y pensar en Suiza, el rival en octavos de final. La selección española nunca ha superado una eliminatoria en un Mundial o en una Eurocopa, y es lo mínimo exigible en esta edición.

Sorpresa en 1997

La 'Roja' logró por primera vez clasificarse para la fase final de la Eurocopa en la edición de 1997, en Noruega y Suecia. Con un empate contra Francia (1-1), una derrota contra Suecia (1-0) y una victoria contra Rusia (1-0) se aseguró el billete directo para las semifinales, que perdió por 2-1 ante Italia. 

No volvió a disputar una fase final en Europa hasta 2013, en la que cayó en cuartos contra Noruega (3-1). En 2017 el desenlace fue cuestión de suerte -o ensayo-, pues quedó eliminada en la tanda de penaltis contra Austria, tras empatar sin goles el duelo de cuartos. Y en Inglaterra, el verano pasado, fue cuando más cerca estuvo de conseguirlo. 

Cerca de conseguirlo en Inglaterra

Tras superar la fase de grupos con victoria ante Finlandia (4-1), derrota ante Alemania (2-0) y otra victoria 'in extremis' ante Dinamarca (0-1, con gol de Marta Cardona en el último segundo), las anfitrionas y campeonas de esa edición despertaron a España de su sueño. La 'Roja' estaba clasificada en el 84', con un gol de Esther González, pero Toone y Stanway, en la prórroga, lograron darle la vuelta al marcador.

Estados Unidos, un punto de inflexión

España debutó en un Mundial en la edición de 2015, celebrada en Canadá, que acabó sin superar la primera fase y con la explosión de un conflicto que culminó con la dimisión de Ignacio Quereda, seleccionador dede 1988.

Y en la siguiente edición, la de Francia de 2019, tras pasar por primera vez de la fase de grupos, fue derrotada por la todopoderosa selección de Estados Unidos. Dos goles de penalti de Megan Rapinoe neutralizaron el tanto de Jenni Hermoso, que se convirtió en la primera -y, de momento, única- futbolista española en marcar en la fase final de un Mundial. Sin embargo, España había competido de tú a tú contra la más grande, había mantenido el pulso y la tensión hasta el final. Y eso supuso un antes y un después. Demostró que el proyecto tenía potencial pero era, todavía, inmaduro.

En Australia y Nueva Zelanda, el combinado que dirige Jorge Vilda aspira a mucho más, porque, aunque es un reto, superar una eliminatoria ya no puede ser un objetivo. Y el primer paso es ganar este sábado a Suiza.