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Ramón Sainz de Varanda, primer alcalde de Zaragoza de la democracia

El 10 de enero de 1986 falleció el primer alcalde de Zaragoza elegido en unas elecciones democráticas tras la dictadura franquista

Ramón Sainz de Varanda recibiendo al Papa Juan Pablo II, en 1982

Ramón Sainz de Varanda recibiendo al Papa Juan Pablo II, en 1982 / SERGIO Martínez Gil HISTORIADOR Y CO-DIRECTOR DE HISTORIA DE ARAGÓN

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

Hoy se cumplen 36 años de la muerte de Ramón Sainz de Varanda, una de las personalidades políticas más influyentes de la Transición democrática en Aragón y quien fuera alcalde de la ciudad de Zaragoza entre los años 1979 y 1986. Unos años difíciles para toda la sociedad española y en los que afortunadamente se llegaron a unos pactos que favorecieron la construcción de la España democrática que todos seguimos disfrutando. Aunque sin duda, también es necesario no sacralizar en exceso aquellos avances y pactos y el realizar una crítica constructiva dentro de una democracia más que madura como es la española. Y es que el sistema político constitucional que nos hemos dado nunca debe ser la estación de final de trayecto, ya que la democracia debe ser cuidada día a día y evolucionar desde el consenso si es necesario.

Incertidumbre

En aquellos años de incertidumbre tras la muerte del dictador, de amenazas de algún sector del ejército que se negaba a avanzar, de matanzas terroristas como las de ETA, los GRAPO o de ultraderechistas como los que perpetraron la matanza de Atocha de la cual este mes se cumplirán 45 años, no era fácil moverse y significarse en los partidos políticos y sindicatos. Tanto de los que salían de la clandestinidad tras 40 años de dictadura, como los que fueron apareciendo en esos momentos.

Ahí surge la figura de Ramón Sainz de Varanda, natural de la provincia de Guadalajara y nacido en el año 1925. Su juventud estuvo marcada por el asesinato a inicios de la guerra civil a manos de republicanos de su padre y dos de sus hermanos. Al acabar el conflicto, se trasladó con su familia a San Sebastián aprovechando que su tío, Francisco Rivas, era el gobernador civil, pero pronto se trasladaron a la ciudad de Zaragoza donde acabarían afincándose.

Fue en la capital aragonesa donde Sainz de Varanda estudió y se licenció en Derecho en el año 1948, consiguiendo más tarde también el doctorado y después ejerciendo como profesor en la universidad zaragozana mientras también ejercía la abogacía. En 1965 abrió su propio despacho y en poco tiempo alcanzó tanto el decanato del Colegio de Abogados de la ciudad como el formar parte del Consejo General de la Abogacía Española. Se le consideraba toda una eminencia en derecho foral aragonés, y es que no hay que olvidar que, y aunque mucha gente lo desconoce, no todos los fueros fueron abolidos por los Decretos de Nueva Planta impuestos por Felipe V de Borbón allá por el año 1707. En ellos se estipuló que los fueros civiles no serían eliminados, aunque en caso de entrar en conflicto con los intereses de la Corona eran estos los que prevalecían.

Siendo alcalde desarrolló una reforma administrativa del ayuntamiento además de un nuevo plan urbanístico para la ciudad

Durante estos años ya estuvo vinculado a sectores aperturistas, socialistas y autonomistas, lo que le supuso el ser expedientado por motivos políticos como profesor en la universidad zaragozana, y ya en 1976 se afilió tanto al partido socialista como a UGT, haciendo su entrada oficial en la política. Al año siguiente se presentó como candidato al Senado a través de la Candidatura Aragonesa de Unidad Democrática, que agrupaba a diferentes opciones políticas progresistas aragonesas y en las que consiguió salir elegido. Fue además uno de los impulsores para lograr la autonomía política para Aragón y formó parte del gobierno preautonómico dirigiendo el departamento de obras públicas y urbanismo.

Siendo alcalde desarrolló una reforma administrativa del ayuntamiento además de un nuevo plan urbanístico para la ciudad, destacando la apertura al tráfico rodado del puente de la Almozara, clave para la movilidad mientras se desarrollaba el por entonces nuevo barrio del Actur, logró terrenos de antiguas instalaciones militares en desuso e incluso la recuperación para la ciudad del palacio de la Aljafería (utilizado como cuartel), impulsó la creación del maravilloso e imperdible Museo Pablo Gargallo, la construcción de la feria de muestras en su emplazamiento actual o recuperó la tradicional fiesta de la Cincomarzada, entre otras acciones.

Su Alcaldía fue sin duda muy importante para que Zaragoza alcanzara buena parte de la fisonomía que hoy le conocemos, pero quizás todavía más en ese papel como el primer alcalde de la actual democracia.

1979, año clave

El año clave de su carrera política fue 1979, momento en el que liderando las listas del PSOE presentó su candidatura a la alcaldía de Zaragoza en las que iban a ser las primeras elecciones municipales democráticas en varias décadas. Venció logrando 11 ediles y casi el 31% de los votos.