LA ESTRELLA CÓMICA DEL MOMENTO

Juan Dávila (actúa en Zaragoza): "Si vacilando llegamos a la risa y la risa crea unión, me gusta ser el vacilador de España"

El cómico agotó las 6.000 entradas que salieron a la venta para sus cuatro ‘shows’ en la sala Mozart del Auditorio (entre este viernes y el domingo) en poco más de una hora.

El humorista Juan Dávila en una imagen  promocional de su ‘show’ ‘La capital del pecado’.

El humorista Juan Dávila en una imagen promocional de su ‘show’ ‘La capital del pecado’.

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

-¿Cómo pasa uno de ser un policía municipal a vender miles de entradas para sus ‘shows’ en apenas unos minutos? 

-Han pasado desde que dejé la policía once años pero, vamos, al final, la clave es que esto es puramente vocacional, aunque a veces cuesta encontrar la vocación. Me encontré que con 31 años me apunté a una escuela de interpretación y con 34 dejé la policía. Al final, fue algo que fue viniendo rodado, siempre tenía inquietudes teatrales desde la universidad y al final dije ‘por qué no me dedico a esto a fondo’ y salí de mi otro trabajo.

-¿En qué momento ve que puede vivir de esto?

-¿En qué momento se puede vivir de ello? Ummm, se puede pensar que puedes llegar a vivir de ello mes a mes, pero nunca piensas que puedas tener un petardazo para toda la vida. Tienes que acostumbrarte, tienes que estar cómodo en la incomodidad, en la incertidumbre. Cuando aprendes a convivir con eso luego todo va más rodado.

-¿Y cómo conviven el éxito y la normalidad? Porque imagino que no es sencillo tener este cambio tan espectacular en poco tiempo.

-Lo que pasa es que a mí todo esto me ha pillado a una edad ya más madura, no es que tenga 19 años, el petardazo me ha pillado con cuarenta y pico entrados. Ni antes era tan malo ni hoy soy tan bueno ni ayer era otra cosa. Simplemente ha venido así pero esto mismo lo llevo haciendo 11 años, lo de improvisar, me refiero. Es cierto que todo ha ido evolucionando y mejorando en cuanto a recursos, actitudes y formas de salir pero esto es lo mismo que llevo mucho tiempo haciendo.

"Tienes que acostumbrarte, tienes que estar cómodo en la incomodidad, en la incertidumbre"

-¿Ha probado a buscar su nombre en Google? Casi todos los resultados son «Juan Dávila vacila a...».

-(Risas). Soy el vacilador nacional, bueno, imagino que es una manera de que expresen lo que hago… Si vacilando llegamos a la risa y la risa crea unión, me gusta ser el vacilador de España.

-¿Ha tenido alguna vez algún problema con ese humor arriesgado que realiza? 

-No, en general nunca he tenido ningún problema. Cuando ha habido alguna historia o así no ha tenido que ver conmigo. De no sé cuántos miles de personas que lo han visto ya, no se ha ido nadie porque yo le haya increpado, se han quedado todos ahí. La gente sabe a lo que viene, no se han ido al principio del 'show' cuando no sabían a lo que venían, no se van a ir ahora que ya es más conocido. La gente viene a que nos riamos de todo, de todos los problemas, enfermedades... Ya es muy duro el día a día y la risa lo alivia.

-¿Nunca ha pensado que se estaba pasando con algo que acabe de decir?

-Bueno,... eso lo pienso constantemente (risas). Lo que pasa es que el personaje del espectáculo es un diablo gamberro que puede permitirse el lujo de sobrepasarse porque es muy difícil estar en la línea todo el rato. Pero si te sobrepasas, el público te lo perdona porque estás todo el rato en la línea y lo entiende perfectamente.

"Hay gente que dice que no tiene mérito, ‘eso yo salgo ahí y lo hago’ o que la función en realidad la hace el público,... Pero no, hay mucho curro detrás"

-¿Detrás de la improvisación hay mucho trabajo, verdad?

-Claro, he estado once años con una compañía de improvisación entrenando todas las semanas, la agilidad mental, la asociación de ideas, el imaginario, las salidas inesperadas, las sorpresas… hay mucho detrás. Hay gente que dice que no tiene mérito, ‘eso yo salgo ahí y lo hago’ o que la función en realidad la hace el público,... Pero no, hay mucho curro detrás.

-¿Le queda algo de su trabajo como policía municipal en su actual carrera?

-Todo lo que hemos vivido es nuestra maleta emocional. En el trabajo de policía estás observando muchas horas, igual que cuando estaba de fisioterapeuta porque también es una observación del cuerpo. Y la improvisación tiene que ver mucho con la intuición, la empatía y con el ponerte en el lugar del otro. Todo eso ayuda.

-Cuando sale al escenario, ¿con ver al público ya sabe por dónde tirar?

-No, no, no, qué va. Voy viendo y tirando cañas y vas saliendo según el público va dando. Tiene que ver mucho con cómo está el público y con cómo lo está llevando.

"Las redes son una elección democrática de la gente, no es un programa de televisión, no es una serie, es que la gente empiece a compartir tus vídeos"

-Vendió 6.000 entradas para Zaragoza en poco más de una hora. ¡Es una auténtica barbaridad!

-Son cuatro salas Mozart… Ya parece como que es normal, pero son muchas entradas. Ayer salieron 4.000 en Sevilla y duraron tres minutos. ¿Sabes lo qué pasa? Que el público repite. El 'show' es diferente cada vez, el principio y el final es lo mismo pero lo que se desarrolla tiene que ver con el público y, por eso, la gente cada vez viene más, repite, trae a su familia, amigos… Parece como que es un bucle infinito.

-¿Recuerda alguna historia que le haya pasado con el público y que le venga recurrentemente a la cabeza?

-Recuerdo una mucho, es la de un marido que me escribió porque su mujer tenía cáncer con metástasis y llevaba cinco meses sin reír hasta que le vio reírse un día en el baño viendo vídeos míos. El marido no sabía de redes y se abrió Instagram para escribirme y, al final, vinieron al teatro. La mujer ya se murió pero dice que siempre la recordará riendo y yo me acuerdo perfectamente de su cara. Y al final eso es lo que más motiva ahora mismo al espectáculo porque, al final, una vez que vendes esa cantidad de entradas tiene que haber una motivación extra. Y esta tiene que ver con lo que ayuda a la sociedad, con el valor que tú aportas a la misma.

-¿Le debe todo a las redes sociales?

-Yo no manejaba nada las redes sociales pero a mí es lo que me ha disparado. Tuve que aprender porque no tenía ni idea y gracias a las redes he llegado tan lejos. Al final, las redes son una elección democrática de la gente, no es un programa de televisión, no es una serie, es que la gente empiece a compartir tus vídeos. Quien me ha puesto a mí ahí ha sido la gente. 

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