CASADEMONT ZARAGOZA

Una prueba de carácter

El Casademont, ya salvado, visita a un necesitado Granada en la antepenúltima jornada de Liga

Hlinason pelea por un rebote durante el partido del pasado sábado ante el Joventut.

Hlinason pelea por un rebote durante el partido del pasado sábado ante el Joventut. / MIGUEL ANGEL GRACIA

Con el objetivo de la salvación ya logrado de manera matemática y la consecuente tranquilidad que eso conlleva, el Casademont Zaragoza afronta una recta final de temporada convertida en un esprint de tres partidos en diez días en los que el equipo de Porfirio Fisac debe buscar la mejor posición posible en la clasificación de la Liga Endesa. El primero le lleva este martes a Granada (21.30 horas) en un duelo crucial para los nazarís, inmersos todavía en la pelea por la permanencia.

Que el objetivo principal esté conseguido desde el pasado sábado –y bien encarrilado desde hace semanas– no quiere decir que no haya otras metas para este final de curso. El gran deseo del club es regresar a competiciones europeas y eso pasa, como mínimo, por no terminar antepenúltimo y repetir la situación del curso pasado, cuando no fue aceptado en la FIBA Europe Cup. Aunque tiene complicado alcanzar la décima posición porque de los equipos que puede alcanzar solo tiene ganado el averaje al Breogán, todavía quedan duelos directos, como el Bilbao Breogán de mañana o el Murcia-Bilbao del fin de semana, que pueden darle la oportunidad de avanzar algún paso y tener más opciones europeas.

Así que estos tres partidos que quedan, frente a Granada, Girona y Tenerife, serán un buen termómetro para calibrar la ambición, ilusión, ganas o llámese como se quiera, de esta plantilla a menos de dos semanas para finiquitar la temporada y con el objetivo principal cumplido. Más aún cuando va a jugar contra rivales como el Granada de esta noche, que necesita imperiosamente la victoria porque se está jugando la vida. El conjunto nazarí llega a la recta final del curso en su peor momento, acumulando siete derrotas consecutivas y ocupando la única plaza de descenso que queda libre desde que el Fuenlabrada se adjudicó el farolillo rojo.

Las bajas

Para el Granada es un día clave porque de no ganar sus opciones quedarían reducidas a la máxima expresión. Por eso buscará una gran entrada en el pabellón y puede contar con alguna novedad en el equipo. Será baja segura, confirmada por el técnico Pablo Pin, el pívot senegalés Petit Niang, uno de los mejores jugadores del equipo que arrastra problemas por un golpe en un brazo que ya le hizo perderse el pasado partido contra el Monbus Obradoiro. No ha tenido nada de suerte el Covirán Granada con las lesiones este año, que han castigado especialmente las posiciones interiores del equipo y han truncado una trayectoria que era buena al inicio de la temporada. Pero las bajas de Luke Maye y, sobre todo, de Cristiano Felicio, han sido demasiado para el equipo.

El brasileño cayó precisamente en la primera acción del partido de la primera vuelta en el Príncipe Felipe y no ha vuelto a jugar desde entonces, aunque podría reaparecer esta noche. Para ello, Pin deberá dar de baja a Luke Maye porque con la llegada del escolta Joe Thomasson la pasada semana ahora cuenta con tres fichas de extracomunitarios. Felicio ya estuvo en Santiago de Compostela este fin de semana pero no llegó a jugar. Otra ausencia segura es la del alero serbio Dejan Todorovic, lesionado de larga duración y que ya no podrá volver a jugar en la presente campaña. Pablo Pin sí podrá contar con Pere Tomás, que vuelve tras una lesión muscular en la zona abdominal.

En el Casademont Zaragoza, que ha viajado este martes hasta Granada, la única duda es la de Chris Wright, que sufrió un tirón muscular en el encuentro del sábado frente al Joventut. El base está en la expedición, pero habrá que ver cuál puede ser su participación con tan poco tiempo de recuperación con respecto al último partido. El resto estarán todos disponibles para buscar un triunfo fuera de casa que al equipo se le resiste desde la salida a Lugo el pasado mes de marzo.

Será una buena prueba no solo para comprobar la ambición de un grupo tan irregular esta temporada sino también para observar si Borisa Simanic es capaz de mantener el nivel de las últimas jornadas, si Yusta conserva la solidez exhibida últimamente, si Hlinason sigue haciéndose fuerte bajo los aros, si Radoncic puede ir cogiendo minutos... pequeños grandes alicientes para disfrutar de los tres partidos que quedan.